Un 9% de los menores sufre situaciones de pobreza visual. Así lo indica el informe Radiografía de la pobreza visual infantil en España , un trabajo que ha servido para que Adelante Andalucía llevara hasta el Congreso de los Diputados, con el apoyo unánime del parlamento andaluz, la propuesta de gafas gratuitas para los menores.
El portavoz de Adelante, José Ignacio García, acompañado por las diputadas Beatriz Jurado, del PP, y Pilar Navarro, del PSOE, será el encargado de defender en la tribuna del Congreso una norma que considera “de sentido común, porque hay aspectos de la salud que no pueden depender del dinero que tenga cada uno en el bolsillo”. “Queremos que todos los productos de salud visual sean gratuitos para los niños y que para los adultos se paguen en función de la renta, para que ver bien deje de ser un privilegio de clase”, defendió el diputado de Adelante durante la tramitación en Andalucía.
A su juicio, las gafas y lentillas tienen que dejar de ser “algo que cuesta tanto dinero que mucha gente no puede graduarse o cambiarlas porque directamente no puede pagarlo”. Esta iniciativa, insiste, cambia el concepto de salud visual, puesto que consideraría que ambos son “productos de salud que se tienen que abordar como un elemento más de salud y no de moda, y por tanto los tiene que cubrir el sistema sanitario público”.
El 61% de la población de más de 15 años utiliza gafas
La ley de gafas gratuitas podría beneficiar al 61% de la población mayor de 15 años que utiliza gafas, señala la Encuesta Europea de Salud. Según el texto que hoy se debate, las gafas, lentillas o lentes, productos de salud visual son ampliamente utilizados por la población en general, cuya única vía de acceso en la actualidad pasa por el ámbito privado, “lo que determina una importante desigualdad por razones sociales y económicas”.
Esa misma encuesta revela la existencia de hasta 12 puntos de diferencia entre el porcentaje de uso de gafas y lentillas entre las categorías profesionales de “trabajadores no cualificados” y “directores y gerentes” en favor de los segundos. Esto indica un claro sesgo de clase en el uso de gafas y lentillas, que estaría relacionado con el precio de los productos ópticos y de salud visual, además de otros condicionantes sociales, señala la proposición que hoy se debate.