El uso de inteligencias artificiales (IA) ya está extendido entre los jóvenes de 18 a 22 años que van a la universidad (prácticamente el 90% los usa), pero los campus aún no se han adaptado a la situación. Detectan su uso en los exámenes y trabajos, pero no han cambiado los métodos de evaluación. Están formando a los profesores, pero no a los alumnos.
El estudio Uso y percepción de la IA en el entorno universitario de la Fundación CYD analizó el empleo de estas herramientas por parte de estudiantes y de las universidades. Para ello elaboró dos encuestas diferenciadas, una a 800 estudiantes de grado de campus mayoritariamente públicos en febrero de este año. Otra a 80 universidades de las que respondieron 20 entidades (12 públicas y 8 privadas).
Pese a la irrupción de las IA, menos de la mitad de las universidades ha cambiado su enfoque en la evaluación
“La IA generativa está mucho más extendida entre los estudiantes, que la emplean para resolver dudas y buscar información, que entre las propias universidades, que la incorporan en la generación de contenidos y la investigación”, explica Ángela Mediavilla responsable del gabinete técnico de la Fundación CYD.
En la encuesta, nueve de cada diez estudiantes usan chatbots, una buena parte con bastante frecuencia (el 35 % a diario). Lo usan para muchas actividades, pero cada vez más para redactar trabajos (45%). El uso principal que dan es el de consultar dudas o resolver problemas específicos (el 66% del total). La mitad también usan las IA como fuente de información o herramienta de análisis, es decir, para recopilar información, investigar o analizar datos.
Y un aspecto que no declaran los jóvenes, pero sí lo aseguran las universidades es el uso de chatbots en las evaluaciones. “La gran mayoría” de campus ha detectado que los estudiantes han incluido respuestas generadas por IA en sus exámenes, indica el estudio.
Pese a ello, menos de la mitad de las universidades ha cambiado aún su enfoque en la evaluación.
Los estudiantes han aprendido a usarlas por su cuenta, sin que ningún profesor se lo haya enseñando (un 34% sí ha recibido formación). Valoran estas herramientas que consideran como un activo en sus aprendizajes y afirman que les gustaría saber cómo sacarles el máximo partido (el 49%).
La percepción sobre cómo afrontan las universidades el uso de esta tecnología varía. En general, “el alumnado considera que la universidad no promociona el uso de estas herramientas y las universidades creen que no se está aprovechando todo su potencial”, considera Mediavilla.
Así, un 12% de jóvenes cree que su universidad no solo no fomenta el uso sino que la restringe directamente implementando medidas de prohibición. En el extremo contrario, el 23% dice que la ha incorporado en los estudios y la fomenta de forma activa.
En el grupo intermedio se encuentras aquellos que la fomentan tímidamente o no la fomentan nada.
En la encuesta a los campus se observa que éstos han iniciado la formación en inteligencias generativas con el colectivo de docentes para mejorar sus clases.
Casi todos los que han participado en este estudio usan herramientas de IA, básicamente para generar contenido y facilitar la investigación, y, de forma limitada, para tutorías personalizadas con los alumnos.
Respecto a las consecuencias que el uso de la IA puede suponer, al 74% de los estudiantes le preocupa el impacto ético y al 79% los aspectos vinculados a la seguridad o privacidad.
Por su parte, las inquietudes entre las universidades se centran en los posibles plagios, la dificultad de detectar el uso de la IA entre el alumnado y que ésta pueda fomentar un aprendizaje sesgado y reducir el esfuerzo de los alumnos.