¿Cómo es ser mujer dentro del sistema penitenciario? La actividad que acerca esta realidad a las empresas

Proyecto fotográfico

​La Fundación Setba, que realiza talleres fotográficos en las prisiones catalanas, dirige al sector empresarial una propuesta destinada a generar empatía e informar sobre la realidad de las mujeres internas

Naty Sanjurjo conversa con Glòria Pladellorens, en un balcón de la Fundación Setba.

Naty Sanjurjo conversa con Glòria Pladellorens, en un balcón de la Fundación Setba.

Ana Jiménez / Propias

¿Qué sabemos sobre la vida en prisión? ¿Cómo es ser mujer dentro del sistema penitenciario? Con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía, la Fundación Setba lleva a cabo una actividad dirigida a empresas, destinada a generar empatía e informar sobre la realidad que viven las mujeres privadas de libertad. “Te das cuenta de que no tienes ni idea, de que desconoces cuántas prisiones hay y de que estas no están hechas para las mujeres”, dice Glòria Pladellorens, una participante reciente del Parc Científic de Barcelona.

La actividad se inspira en el proyecto fotográfico de transformación social Traspasando el objetivo, que la entidad realiza a mujeres presas de los diferentes centros penitenciarios de Catalunya des del 2020. La Fundació Setba trabaja para contribuir la transformación de la sociedad a través de la cultura, impulsando proyectos que empoderen a colectivos en riesgo de exclusión.

Un proyecto para “empoderar, mejorar la autoestima y generar vínculos”

Ante la falta de oferta cultural en las prisiones de mujeres, Cristina Sampere, directora de la Fundació Setba, decidió ponerse manos a la obra y hablar con la fotógrafa Marta Fàbregas, quien acabaría convirtiéndose en la directora artística de un proyecto que busca “empoderar, mejorar la autoestima y generar vínculos”.

A lo largo de diez sesiones —dos por semana—, “tratamos de empoderarlas, por un lado, a través del aprendizaje de conocimientos fotográficos, y por otro, mediante el trabajo con su propia imagen. Trabajamos la fotografía de retrato en parejas, donde cada participante tiene la oportunidad de ser fotógrafa durante un tiempo y modelo durante otro”, asegura Fàbregas.

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Fundación Setba proyecto de fotografía en Wad-Ras.

Ana Jiménez / Propias

El gran reto es evitar que se desvinculen y dejen de acudir al taller. Por eso, cada día añaden algo nuevo que despierte su interés, ya sean elementos de atrezo, vestuario o entregando las fotos impresas que se han disparado la semana anterior.

Naty Sanjurjo participó en el proyecto en 2022, cuando aún estaba interna en Brians 1. Actualmente, sigue vinculada a la entidad asistiendo a las actividades de sensibilización para empresas, dentro del mismo proyecto fotográfico en el que participó y del que solo tiene palabras bonitas. “Aprendí mucho y el tiempo se me pasaba volando. No había ningún funcionario, nadie vigilando lo que hacíamos o dejábamos de hacer, solo nos preocupábamos en aprender y conectar con nuestras iguales. Se crearon vínculos muy sanos”, reconoce.

Volver a estar frente a una cámara y poder decirte ‘tampoco estoy tan mal’ es brutal”

Naty SanjurjoParticipante de 'Traspasando el objetivo' en Brians 1

La fundación Setba sigue apostando por este taller fotográfico que se ha llevado a cabo no solo en el módulo de mujeres de Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires, sino también en Wad-Ras (Barcelona) y en el centro Ponent (Lleida), de la mano de fotógrafas profesionales. Un total de 12 ediciones en las que han participado decenas de mujeres: “Es muy bonito que podáis, afuera, transmitir que somos mujeres súpernormales”, dice una de las participantes del taller. El próximo objetivo de la fundación es impartir el taller en la prisión de Mas d’Enric, en Tarragona, y a Puig de les Basses, en Figueres.

Las internas no disponen de espejos. Se tienen que conformar con una especie de “objetos de plástico, rayados y desenfocados”. “Volver a estar frente a una cámara y poder decirte ‘tampoco estoy tan mal’ es brutal”, dice Naty mientras sonríe. Y añade: “El día que nos maquillamos va mucho más allá; es una forma de recordarnos que todo esto es transitorio y que merecemos una segunda oportunidad”.

Para Cristina Sampere, directora de la Fundación Setba, cree que “si conseguimos que las mujeres internas refuercen sus vínculos, mejoren la convivencia y disminuyan los conflictos, también podemos lograr un impacto similar en grupos de empresas donde a veces existen problemas de comunicación o falta de cohesión”. Al mismo tiempo, la intención es romper ciertos esquemas preconcebidos y, sobre todo, generar empatía. “Cualquiera puede acabar en prisión, y la sociedad debe ser consciente de ello”.

Antes de acabar la actividad, los trabajadores tienen la oportunidad de preguntar a una mujer, que en su momento estuvo en prisión y participó en el taller fotográfico, para extraer conclusiones sobre cómo adaptarse a realidades diferentes. Además, el equipo entrega postales ilustradas, hechas por las internas, e invita a los participantes a escribir ideas y sentimientos que les ha sugerido esa imagen. La importancia de recibir mensajes del exterior cuando estás interna es imprescindible para reducir el aislamiento y no perder la perspectiva de la realidad.

Es positivo reflexionar sobre las personas en situaciones desfavorables. Nos ayuda a no mirarnos tanto el ombligo

Trabajador de una empresa participante

La fundación asegura que muchos participantes que la experiencia les ha hecho reflexionar y despertar su interés para implicarse en voluntariados y acciones sociales. “Creo que es positivo parar a reflexionar sobre las vidas de las personas que se encuentran en situaciones desfavorables. Nos ayuda a no mirarnos tanto el ombligo”, sentencia un participante.

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