La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha confirmado la condena a tres directivos de una empresa por acoso y abuso sexual y acoso laboral sobre dos empleadas de las delegaciones de Gran Canaria y Tenerife ocurridas entre marzo de 2017 y febrero de 2018.
El Alto Tribunal, informa Canarias 7, desestima los recursos de casación interpuestos por las defensas de los condenados y ratifica la sentencia. Los hechos probados establecen que un matrimonio que aunaba las labores de delegado y jefe de equipo de la empresa sometieron de forma conjunta a dos trabajadoras (llamadas Patricia y Matilde, en la sentencia, aunque son nombres ficticios para que puedan preservar su identidad) a un trato laboral sistemáticamente degradante. Les impusieron igualmente normas de conducta estrictas y humillantes, tales como desayunar y comer exclusivamente en los lugares que ellos decidieran, dentro del tiempo que ellos fijaran, además de integrar un grupo de WhatsApp en el que debían enviar un mensaje de buenos días antes de las 7.55 h, cuando la jornada comenzaba a las 08.00.
Además, les prohibían mantener relaciones personales fuera del trabajo y eran objeto de expresiones vejatorias frecuentes, como “paquetes”, “caras amargadas”, “follaste”, “lo que necesitas es echar un buen polvo” y “mal follada”. A partir de septiembre de 2017, al ver fotografías en redes donde Patricia y Matilde aparecían juntas, los acusados asumieron que ambas mantenían una relación sentimental. Desde entonces intensificaron el acoso verbal, cuestionando su vínculo y exigiendo que pusieran fin a su relación de amistad o afectiva.
Los “huevos cargados”
Uno de los condenados al cruzarse con una de las acusadas en la oficina habitualmente la sujetaba por la cara mientras le decía: ”¡Qué cara más bonita tienes por las mañanas. Tú sabes que te quiero de verdad!”. En otra ocasión, se acercó por detrás y le acarició los pechos con la mano.
El tercer condenado, que ejercía de delegado en Tenerife, mostró a una de las agredidas una fotografía suya recién salido de la ducha con una toalla en la cintura, diciéndole: “Mira mis abdominales, toca, toca. Tú ya no te acuerdas de lo que es estar con un hombre porque sólo estás con mujeres”. Tras invitarla a cenar y a acudir a un hotel, cosa que no sucedió porque la víctima se negó, el condenado respondió que era “una parada”, que como ella “tenía mujer no se atrevía a nada, que tenía los huevos cargados”.
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Las condenas recogen desde ocho meses de prisión para el jefe de equipo de Gran Canaria, como autora de un delito de acoso laboral, la prohibición de comunicarse con las víctimas y de aproximarse a menos de 150 metros durante tres años, además del pago de las costas. El delegado de la misma isla fue condenado por el mismo delito a un año de prisión, mientras que por acoso sexual a cuatro meses, y por abuso sexual a un año y tres meses, prohibiciones de comunicación y acercamiento a Patricia y Matilde y libertad vigilada tres años una vez cumplidas las penas de prisión.
El delegado en Tenerife fue condenado por abuso sexual a la pena de un año y ocho meses de prisión, prohibición de comunicación y de aproximación a menos de 150 metros de Matilde por cuatro años y libertad vigilada durante cuatro años tras el cumplimiento de la pena privativa de libertad. El Supremo también ratificó las sanciones económicas con las que deberán compensar a las víctimas.