La inteligencia artificial está transformando el mundo tal y como lo conocemos, brindando nuevas oportunidades para resolver problemas que antes parecían mucho más difíciles de abordar. Uno de los campos que está experimentando una verdadera revolución, gracias a las posibilidades que ofrece esta tecnología, es el de la audiología. Tal como explica el Dr. Francisco Ramos, otorrinolaringólogo en el Complejo Universitario de Cáceres y coordinador de la Unidad de Implantes Cocleares de Extremadura, la inteligencia artificial ha aportado “nuevas soluciones auditivas que hace unos años parecían ciencia-ficción”.
Los dispositivos dotados con esta tecnología “van a permitir que el paciente tenga una experiencia auditiva más clara y cómoda, mejorando la calidad sonora y el reconocimiento del habla, al permitir una reducción adaptativa del ruido”, afirma. De este modo, el paciente mejorará su capacidad de entender las conversaciones en distintas situaciones, personalizando la amplificación según sus necesidades, y disfrutando de una percepción más cercana a la de la audición natural.

Dr. Francisco Ramos, otorrinolaringólogo en el Complejo Universitario de Cáceres y coordinador de la Unidad de Implantes Cocleares de Extremadura
Esto es posible porque las soluciones con inteligencia artificial de última generación tienen la capacidad de adaptarse automáticamente a los cambios que se producen en el entorno acústico; lo cual significa que detectan dónde se halla el usuario y cuáles son las condiciones del ambiente que le rodea, sin necesidad de realizar ajustes manuales.
Así, según el Dr. Ramos, estas soluciones auditivas “son capaces de distinguir si el usuario se encuentra en un lugar silencioso, en una calle con tráfico o en una cafetería concurrida, analizando en tiempo real las características del sonido y comparándolas con perfiles pre-entrenados de distintos ambientes. De manera inmediata, ajustan sus parámetros para enfocarse en las voces cercanas, reducir el ruido del viento o amplificar señales débiles, según resulte conveniente en cada contexto”.
La capacidad de la inteligencia artificial de aprendizaje continuo y adaptación automática es esencial para proporcionar una solución efectiva a la dificultad para entender las palabras en ambientes ruidosos
La capacidad de la inteligencia artificial de aprendizaje continuo y adaptación automática es esencial para proporcionar una solución efectiva a uno de los mayores problemas que suelen padecer los usuarios de estos dispositivos, la dificultad para entender las palabras en ambientes ruidosos. Ahora, la voz humana pasa a ser más nítida y clara, incluso en las situaciones más desafiantes. Esto conlleva que el paciente deba realizar un menor esfuerzo auditivo, disfrutando de mayor comodidad y disminuyendo la sensación de fatiga.
La tecnología de redes neuronales profundas, que es la que hace posible esto, se basa en algoritmos de aprendizaje automático, compuestos por muchas capas de neuronas artificiales interconectadas, que pretenden replicar el funcionamiento del cerebro humano. Estas redes pueden aprender a partir de un gran volumen de datos. En el contexto auditivo, dichas redes han sido entrenadas con un gran número de sonidos para reconocer y procesar.

Las soluciones con inteligencia artificial de última generación tienen la capacidad de adaptarse automáticamente a los cambios que se producen en el entorno acústico
De esta manera, como señala el Dr. Ramos, “los dispositivos con inteligencia artificial pueden entender el escenario sonoro y responder de manera natural, ajustando automáticamente su respuesta según el perfil auditivo de cada paciente, acercándose a la experiencia de una persona sin pérdida auditiva”. Al aprovechar las redes neuronales profundas, las soluciones auditivas son capaces de distinguir el habla del ruido, adaptándose en tiempo real a cambios del entorno.
Una nueva era para el diagnóstico auditivo
Además, las nuevas tecnologías también están realizando aportaciones decisivas en las evaluaciones y el diagnóstico de la audición, “apoyando la detección temprana de la hipoacusia (la pérdida parcial de la capacidad de oír, que puede dificultar la comunicación) y la interpretación de pruebas audiológicas complejas, aumentando la eficiencia y precisión del diagnóstico”. Para diagnosticar la hipoacusia, la inteligencia artificial permite desarrollar métodos de cribado masivos y eficaces, por ejemplo, mediante aplicaciones móviles y herramientas de teleaudiología que realizan audiometrías automatizadas.
Esto supone la agilización de la audiometría tonal tradicional, aumentando, además, su eficiencia. Una vez realizada la prueba, la inteligencia artificial puede ayudar interpretar audiogramas de manera automatizada. Recientemente, nos dice el Dr. Ramos, “se desarrolló un modelo de inteligencia artificial entrenado con más de 15.000 audiogramas etiquetados por audiólogos, capaz de clasificar el tipo de pérdida auditiva con más del 99% de precisión”.
La IA está otorgando nuevas esperanzas en la comprensión y el manejo de los acúfenos, permitiendo conocer qué pacientes evolucionarán hacia 'tinnitus' más severos, y pudiendo predecir cómo reaccionarán a un determinado tratamiento
El modelo distingue si una audiometría es normal o patológica, con un acierto equiparable al de los expertos. Este tipo de tecnológica permitirá que un médico de atención primaria realice un diagnóstico muy precoz y decida si el paciente requiere derivación al otorrinolaringólogo. Por otro lado, sirve para reducir su carga de trabajo y minimizar los posibles errores humanos. “No se trata de reemplazar al profesional”, señala el Dr. Ramos, “sino de aportar una segunda opinión, basada en la experiencia acumulada de miles de casos”.
Además de las pruebas básicas, la inteligencia artificial permitirá hacer predicciones clínicas en audiología, anticipando cómo evolucionará la hipoacusia o cómo responderá a un determinado tratamiento. De hecho, ya existe modelos de machine learning (el aprendizaje automático a través del tratamiento masivo de datos) para predecir la probabilidad de recuperación de la audición en la hipoacusia súbita tras tratamiento, así como el riesgo de pérdida auditiva en trabajadores industriales expuestos al ruido.
Las aplicaciones más especializadas
En lo que se refiere al procesamiento auditivo central, o sea a la forma en que el cerebro interpreta y da sentido a la información sonora que le llega desde el oído, la inteligencia artificial puede contribuir de varias maneras. Ayudando en la evaluación con algoritmos que analizan pruebas especializadas o potenciales evocados auditivos centrales que detectan automáticamente patrones indicativos de un trastorno central. En la rehabilitación de estos trastornos, la inteligencia artificial permitirá un entrenamiento auditivo adaptativo, similar a un tutor inteligente. Se entrenarán las áreas donde la persona muestra más dificultad, potenciando la plasticidad cerebral para mejorar sus habilidades de procesamiento auditivo.
En el caso del tinnitus o acufeno (los sonidos que se escuchan en el oído sin que procedan de una fuente externa), la inteligencia artificial está aportando nuevas esperanzas tanto en la comprensión del fenómeno como en su manejo. Un estudio reciente de gran envergadura, publicado en la revista Nature en mayo de 2025 por diversos investigadores de universidades francesas y canadienses, empleó la inteligencia artificial para analizar datos de casi 200.000 personas, para descubrir cómo ciertos factores se combinan a la hora de influir en la severidad del tinnitus. En concreto, el algoritmo identificó que la salud auditiva es el factor más importante asociado con la presencia y gravedad del tinnitus. Además, pudo comprobarse que variables como el estado de ánimo, la calidad del sueño y ciertos rasgos psicológicos como el estrés son predictores significativos de qué pacientes sufren un tinnitus más intenso.
Variables como el estado de ánimo, la calidad del sueño y ciertos rasgos psicológicos como el estrés son predictores significativos de qué pacientes sufren un 'tinnitus' más intenso
Con estos datos, los investigadores crearon un modelo predictivo, que pudo anticipar con muy buen rendimiento qué individuos iban a pasar de un acúfeno leve a uno severo con los años. En cuanto al tratamiento del tinnitus, la inteligencia artificial también está aportando su granito de arena, al predecir qué pacientes responderán mejor a ciertos tratamientos. Este tipo de predicción podría, en el futuro, ayudar a elegir la terapia más adecuada en función del perfil individual.
Para descubrir qué posibilidades ofrece la inteligencia artificial para mejorar nuestra audición, mediante un dispositivo acústico de última generación, lo mejor es acudir a profesionales de primer nivel, como los que podemos encontrar en los centros GAES repartidos por la geografía española. Ahora, la tecnología ofrece soluciones, que hasta hace poco parecían impensables, para mejorar nuestra calidad de vida, y merece la pena aprovecharlas. Además, como bien observa el Dr. Ramos, estamos solo en los albores en el uso de una herramienta que “ha llegado para revolucionar nuestro futuro y transformar nuestra manera de ver y entender el mundo”.