El presidente francés, Emmanuel Macron, anfitrión de la tercera Conferencia del Océano de la ONU, que se ha abierto este lunes en Niza, ha arremetido -sin citarlo- contra Donald Trump por su pretensión de explotar por su cuenta los fondos abisales.
En alusión a su homólogo estadounidense, que no acudirá a la cumbre en la ciudad mediterránea, y a su antiguo aliado Elon Musk, Macron ha afirmado que “antes de precipitarse sobre Marte es mejor que conozcamos nuestra última frontera, el océano, nuestro mejor amigo”. El jefe de Estado francés también ha recordado, en tono vehemente, que “ni los fondos abisales ni Groenlandia ni la Antártida están en venta”.
Macron no solo habla en su calidad de anfitrión del encuentro sino como presidente del segundo país del mundo, después de Estados Unidos, con más zonas económicas exclusivas (ZEE) en los océanos del planeta, gracias a sus múltiples territorios de ultramar, como la Polinesia Francesa o Nueva Caledonia, en el Pacífico, las islas de la Reunión y Mayotte, en el Índico, y otros. Francia piensa que la inhibición y el negacionismo norteamericanos en materia medioambiental -Washington ha enviado a Niza solo una delegación técnica- no debe impedir seguir avanzando al resto en la protección del océano.

Emmanuel Macron, durante su intervención en la apertura de la conferencia de Niza sobre el océano
Primer éxito de la reunión
El tratado sobre la alta mar podrá entrar en vigor al comprometerse más países a ratificarlo
Para el presidente francés, es un sinsentido y una muestra de “oscurantismo” querer explotar las profundidades marinas sin antes explorarlas a fondo para conocer bien su riqueza y sus posibilidades. Macron puso énfasis en su gran capacidad para capturar carbono y su extraordinaria biodiversidad, alertando sobre las graves consecuencias de una carrera descontrolada por extraer minerales o sacarles otro tipo de rendimiento económico. La ciencia, a su juicio, debe ser escuchada antes de tomar decisiones.
El secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, reforzó los argumentos dados por Macron. En su turno de palabra, el alto funcionario internacional alertó, también en alusión a Trump: “Los fondos marinos no pueden convertirse en Far West (salvaje oeste)”. Guterres expresó su preocupación por la amenaza a la biodiversidad. “Las poblaciones de peces se están desplomando”, avisó.
Un primer resultado de la conferencia de Niza (denominada técnicamente UNOC 3), según adelantó Macron, es el compromiso de un número adicional de países para ratificar el tratado sobre la alta mar, firmado hace dos años y promovido por Francia, para luchar, por ejemplo, contra la pesca ilegal. Se va a superar el umbral de 60 signatarios para que el tratado entre en vigor.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, instó a ratificar el tratado sobre la alta mar. “Europa aportará 40 millones de euros al programa Océano Global -dijo-. Así que hoy les pido a todos: por favor aceleren la ratificación. El océano necesita que desempeñemos nuestro papel”.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, cuyo país está en primera línea en la crisis climática debido a la deforestación amazónica, realizó una lectura ideológica más global de la situación. “Vemos ahora planear sobre el océano la amenaza del unilateralismo –advirtió–. No podemos permitir que llegue al mar lo que ha llegado al comercio internacional”

La posición de España
Sánchez: “La economía azul da empleo a 900.000 personas”
“Les hablo de un país, España, que ha forjado su historia mirando de frente al mar, al océano”, dijo Pedro Sánchez ante el plenario de la conferencia de Niza. El presidente del Gobierno recordó que la economía azul (ligada a la actividad marítima) da empleo en España a 900.000 personas y supone casi 100.000 millones de euros al año. Sánchez insistió varias veces en que “los océanos son la memoria a largo plazo del clima” y que la degradación, según constata la comunidad científica, es tan evidente que “algunos ya no se esfuerzan en negar, simplemente la omiten”. En la intervención confirmó la creación de cinco nuevas áreas de protección, alcanzando un 25,7% del total de aguas bajo jurisdicción española, y se comprometió a llegar al objetivo del 30% para el 2030. “España cree profundamente en el multilateralismo”, subrayó, que debe aplicarse a los océanos y a todos los problemas que trascienden fronteras. “No es una cuestión ideológica, sino de supervivencia y del futuro de la humanidad”, concluyó.