Tres estudiantes de la demarcación de Barcelona han obtenido la calificación más alta de las PAU con un 9,90 compartido. Son estudiantes del Instituto Vilanova del Vallès; del colegio Canigó de Barcelona; y del colegio La Vall de Bellaterra. Se trata de un centro público y dos concertados. Se da la circunstancia que estos dos últimos centros, adscritos al Opus Dei, tienen alumnado únicamente femenino y, por ello, pierden el concierto económico y se convertirán en privados.
En el resto de demarcaciones, las calificaciones más altas han sido todas para alumnos de institutos públicos. Un 9,80 en Girona (en el Institut Frederic Martí i Carreras); un 9,50 en Tarragona (en el Institut Gabriel Ferrater i Soler); y un 9,30 en Lleida, con empate en el Institut Lo Pla d'Urgell y el Joan Brudieu de La Seu d’Urgell.
Los estudiantes que realizaron las PAU los pasados días 11, 12 y 13 de junio en Catalunya ya pueden consultar sus notas a partir de esta mañana. Los resultados están disponibles en este enlace.
El promedio de la nota de acceso (contando con el expediente de bachillerato) ha caído casi un punto (0,98).
Las tres estudiantes de Barcelona, 9.90, son chicas aplicadas que aún no han cumplido los 18 años (entre septiembre y octubre). Comunicación audiovisual, filología hispánica y educación primaria y bioquímica son las titulaciones escogidas.
Raquel Giménez (9,90)

Raquel Giménez
Estudiante barcelonesa del centro educativo La Vall, en Bellaterra, desde que tiene cuatro años. Aplicada, constante. Como el resto de estudiantes no esperaba esta nota. “Me he esforzado mucho, pero no me lo imaginaba”. Tiene un expediente académico de 9,89 y ha obtenido suficiente nota para entrar en comunicación audiovisual en la Pompeu Fabra (UP).
Estudiará allí junto a su hermana gemela, Mònica, también gran nota en bachillerato y las PAU. “Pensé en estudiar humanidades, pero luego me decidí por comunicación audiovisual porque también me gusta desarrollar la creatividad y la practicidad de una profesión”.
Detrás de una cámara, guion, producción… “tengo que ir viendo lo que es más adecuado”. Su madre es periodista de TV3 y su padre trabaja en banca.
Me he esforzado mucho, pero no me lo imaginaba”
El arte le atrae como espectadora. Ha visitado museos en París, Madrid y Barcelona, para ver a los pintores impresionistas y del renacimiento. Ha estudiado en un colegio femenino y, por primera vez, estudiará con compañeros chicos. “Yo lo he vivido con normalidad”.
También aprecia la lectura, sagas juveniles y obras de misterio como el escritor suizo Joël Dickers, “pero no rollos de terror como Stephen King”. También El diario de Anna Frank, Mujercitas o el Conde de Montecristo.

Berta García
Berta García Soronellas (9,90)
Berta, estudiante del centro público Vilanova del Vallés, situado en la localidad del mismo nombre, ha sido una alumna excelente siempre. Superó todas las pruebas de selectividad con un diez, excepto catalán, en la que obtuvo un 9,50. Nota de acceso: 13.96.
De vacaciones en Menorca, aún no ha respondido la llamada de La Vanguardia, pero su orgulloso padre, David, ofrece un perfil de urgencia de su hija. “Constante, responsable, incluso en exceso, autoexigente, ha trabajado muy duro estos dos últimos años”. Por encima de todos estos adjetivos destaca otro que si no fuera así descalificaría (a su juicio) al resto: “Es una muy buena persona”.
Berta quiere convertirse en estudiante de ingeniería biomédica en la Universitat de Barcelona (UB).

Catalina Goytisolo
Catalina Goytisolo (9,90)
Catalina estudió en el Canigó de Barcelona, al pie del Tibidabo. Familiar de los escritores Juan y José Agustín Goytisolo (primos de su abuelo), va a estudiar filología hispánica en la UB, por el placer de descubrir y sumergirse en los libros, y, al tiempo, se va a matricular en educación primaria en la Abat Oliba (“un centro familiar”). Tiene un nota de acceso de 13.80.
Profesionalmente quiere dedicarse a la enseñanza, “una profesión muy necesaria que determina la infancia”. Ha visto en su madre, profesora de lengua y literatura castellana y latín, la experiencia de volver a casa con vivencias a manos llenas. “Quiero que enseñar, con cariño y paciencia, sea mi manera de contribuir al mundo”, afirma.
Quiero que enseñar, con cariño y paciencia, sea mi manera de contribuir al mundo”
Lectora de clásicos ahonda en el humanismo y la comprensión del ser humano como se aprecia en los últimos libros que más le han gustado: David Copperfield (Charles Dickens), Crimen y Castigo (Dostoyevski) y momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig. “Me encanta la historia también”.
Precisamente aunó historia, arte y literatura en su treball de recerca al investigar y dibujar un icono ruso de Jesús y la Virgen. Sus hermanos mayores (cuenta con cuatro) han estudiado derecho, como su padre que es interventor.

Ivan Kapustin, del IES Frederic Martí i Carreras de Palafrugell, mejor nota de las PAU de Girona
Ivan Kapustin (9,80), mejor nota en Girona
Ivan Kapustin, la mejor nota de las PAU de Girona (9,80), ha sido el primer sorprendido al saber la buena nueva. “Para nada me lo esperaba”, explica a La Vanguardia. “Es más, después de cada examen que hice en las PAU no salí muy satisfecho. No me esperaba esa nota ni de broma. Como mucho, un 9”, agrega.
Quiere estudiar Bioquímica y no tiene claro aun si lo hará en la Autónoma de Barcelona (UAB) o en la de Madrid (UAM). Dice que ambas tienen, en su plan de estudios, asignaturas que le interesan. Relata que si cursa el gardo en Barcelona, el cambio será pequeño. “Por el contrario, si voy a Madrid, más lejos de casa, el cambio será mayor y puede ser una buena experiencia”. Mientras se decide, este verano lo aprovechará para sacarse el carnet de conducir (tiene 18 años y reside en Palafrugell).
No me esperaba esa nota ni de broma”
Afirma que ha sabido que era la nota más alta de Girona porque su madre –que es profesora de matemáticas en secundaria- lo ha llamado (su padre es ruso y trabaja como lampista). Desde el Departament de Recerca i Universitats dieron –se entiende que por error- como teléfono de contacto el de su madre, que recibió una retahíla de llamadas de varios medios de comunicación que querían hablar con su hijo por ser la nota más alta de las PAU en Girona.
No solo dedica tiempo a sus estudios, también a la música. Desde hace unos cuatro años, toca el bajo, un instrumento que, junto con la batería, es el encargado de marcar el ritmo de una canción. A él, no obstante, le gusta tocarlo como si fuera un instrumento solista. “Toco la melodía de canciones conocidas y lo cuelgo en la redes”.
Le gusta el metal y sigue a bajistas que, como él, prefieren ser solistas que marcar el tiempo de los temas. En concreto, a los estadounidenses Victor Wooten y Marcus Miller y al británico Charles Berthoud.

Ònia Amenós, mejor nota de Tarragona, junto con otro estudiante
Ònia Amenós (9,50), mejor nota en Tarragona, compartida con otro estudiante
Enamorada de las “lenguas románicas y de la lengua catalana”, Ònia tenía ya muy claro que antes de hacer la sele quería estudiar filología catalana. Cuenta que hizo los exámenes con nervios porque temía que la nota de corte subiera este año “porque se ha hecho mucha campaña” para que más jóvenes estudien filología catalana.
Mejor nota de la provincia de Tarragona (9,50), mérito compartido con otro estudiante, la noticia la ha pillado esta mañana de “sorpresa” justo antes de subir a un ferry desde Menorca para volver a Barcelona. Cinco días de vacaciones con unas amigas. “No me lo esperaba, para nada, pensé que me había ido mal”, explica.
Inquieta, vivaracha y encantadora, su nombre ya presagiaba hacia donde podían ir sus estudios. “Ònia significa esperanza en catalán antiguo”, cuenta. Su pasión por las letras cuenta que empezó con la asignatura de latín, gracias sobre todo a su maestra: Montserrat Alberich.
Pensé que me había ido mal”
Nieta de Jaume Amenós, quien fue director y alma del Bràvium Teatre de Reus, entidad cultural con mucha solera, recuerda que hace unos años pensó en ser médica. “Me gustaba mucho la biología”. Finalmente vio claro que las letras eran su gran devoción y cursó el bachillerato humanístico. Le encanta leer a Mercè Rodoreda y a la escritora irlandesa Salley Rooney. Sobre su futuro, le gusta la docencia pero también piensa en poder dedicarse a la investigación.
A sus 18 años, Ònia, aficionada además a la danza, que vive en Botarell (Baix Camp), pensó en ir a estudiar traducción e interpretación en una universidad del extranjero. Por esta razón ha cursado un bachillerato internacional en su instituto, el Gabriel Ferrater de Reus, público. Doble trabajo y esfuerzo. Ahora tiene claro que se matriculará en Filología Catalana en la Universitat Rovira i Virgili (URV), cerca de casa. El verano lo dedicará sobre todo a “descansar y desconectar, han sido dos años muy potentes”.

Marc Urgell
Tarragona
Marc Urgell (9,50)
“Esperaba una bona nota, pero no tanto”, admite Marc Urgell, mejor nota de la sele en Tarragona (9,50) junto a Ònia. Las ciencias siempre han sido lo suyo, recuerda, especialmente las mates y la física. Se matriculará en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) para cursar la ingeniería en Telecomunicaciones en Barcelona. En su casa, sus padres (Arquitectura) y su hermano mayor han estudiado en la misma universidad.
Necesitaba sobre un 10 de 14 de nota de corte pero irá sobrado (13,4). “No fui con mucha presión y esto me ha ayudado”, explica. Sereno y tranquilo, aficionado al básquet, se prepara para ir a vivir a Barcelona sin perder el arraigo. Es de Banyeres del Penedès y juega en el equipo de l’Arboç, donde ha estudiado el bachillerato científico-tecnológico. Su método para sacar buenas notas, “ser constante y estudiar bastante”. Hijo de arquitectos, recuerda que a principios de curso estaba preocupado por los cambios en la selectividad pero que se tranquilizó al ver los modelos de los nuevos exámenes. “Ha sido normal, ni muy fácil ni tampoco muy difícil”.
“No fui con mucha presión y esto me ha ayudado”
Marc no tiene muy claro de qué le gustaría trabajar en un futuro. Tiene tiempo y seguro que lo hará de forma reflexiva y sosegada. Del verano espera tener tiempo para desconectar, para ir a hacer excursiones a la naturaleza con su hermano mayor y salir con sus amigos. La notaza le ha sorprendido en la playa de Coma-ruga, con unos colegas, soportando el calor dentro del agua.
Aina Arqué (9,30)
Dos chicas han empatado en Lleida con un 9, 30 en la selectividad: Aina Arqué Giribet, de Preixana y estudiante del Institut Lo Pla d’Urgell de Bellpuig y Clàudia Sanllehí, del instituto Joan Brudieu de La Seu d’Urgell.
Con su 9.30 Aina Arqué Giribet, ha alcanzado una nota global de 13,6. Consiguió matrícula de honor en el bachillerato. Eligió el científico.
Estudiante del Institut Lo Pla d’Urgell de Bellpuig. Ha conocido su noticia en un campus en EEUU, al que llegó hace una semana.
Estudiará Bioquímica en la Universitat de Barcelona, la misma universidad en la que estudia Relaciones Laborales su hermana Laura, que también consiguió buena nota.
Es una niña diez en todo”
Aina siempre ha sacado dieces y compaginado sus buenas notas con el fútbol . “Es una niña diez en todo, desde siempre ha sido brillante, estoy muy orgullosa”, cuenta su madre, Montalbà Giribet.
La directora de su instituto y su profesora de química, Tere Guiu, utiliza la misma expresión que su madre: “Es brillante, además de en los contenidos, como persona”.

Clàudia Sanllehí Solé.
Clàudia Sanllehí (9,30)
Clàudia Sanllehí Solé todavía no ha decidido en qué grado se matriculará. Con un 13,6 de nota global tiene claro que hará una ingeniería en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).
Ha estudidado el bachillerato tecnológico puro. Duda entre Ingeniería aeroespacial o de telecomunicaciones. “Estoy feliz, emocionada, tengo tiempo para decidirme hasta el día 30”, ha afirmado horas después de conocer que su nota estaba entre las mejores de Catalunya.
En un primer avance de datos, un 94,97% de los estudiantes ha superado la prueba de acceso a la universidad (PAU) según los resultados globales iniciales correspondientes a la fase de acceso (antes general). Esto son dos puntos menos respecto a los aprobados del curso pasado (2,12). Ya se preveía un descenso con los cambios en el modelo de las PAU realizados (más competenciales, menos opcionalidad). Esto es lo que ha sucedido en la mayoría de autonomías donde se ha caído entre medio punto y los tres de Baleares o los cinco de Andalucía.
Catalunya estaría situada, en términos porcentuales de descenso, en la media española. Pero el 94,7% de aptos está por debajo de comunidades como Navarra, Aragón, Murcia, País Vasco, Madrid o Castilla La Mancha.
El resultado de las notas también ha descendido, aunque levemente. Así, el promedio de la nota de acceso (contando con el expediente de bachillerato) ha caído casi un punto (0,98).
La nota media de acceso a la universidad (donde la nota de bachillerato tiene un valor del 60% mientras que la de las PAU de la fase de acceso tiene un valor del 40%) de 7,181.
En cuanto a la nota media de las PAU en la fase de acceso (solo las materias obligatorias) ha sido de 6,440, un 0,31 puntos menos.
Por otra parte, todas las materias de estas PAU han obtenido una nota media por encima de 5.
Resultados globales
- Matriculados: 34.683
- Presentados: 34.488
- Aprobados: 32.754
- Porcentaje de aprobados/presentados: 94,97%
- Media del expediente (aprobados): 7,67
- Media de las PAU (aprobados): 6,440
- Media de acceso (aprobados): 7,181
Resultados por demarcaciones (fase de acceso):
- Barcelona. Aprobados 24.621 / media del expediente: 7,69 / media de las PAU: 6,454 / media de acceso: 7,192.
- Girona. Aprobados: 3.039 / media del expediente: 7,55 / media de las PAU: 6,482 / media de acceso: 7,121.
- Lleida. Aprobados: 1.804 / media del expediente 7,72 / media de las PAU: 6,286 / media de acceso: 7,144.
- Tarragona. Aprobados: 3.290 / media del expediente: 7,69 / media de las PAU: 6,382 / media de acceso: 7,167.