Resultados agridulces del sistema educativo catalán. El foco de atención negativo sigue siendo las materias científicas que empeoran desde primaria y no remontan lo suficiente en la educación secundaria.
Si se tiene en cuenta que a partir de los 70 puntos se considera un nivel “aceptable” de la competencia evaluada, es especialmente preocupante la caída de la competencia de medio natural y social en 6º de primaria (de 74,3 en el curso 2023-2024 a 66,3 puntos en éste) y la de matemáticas por lo que supone esta materia y la tendencia que marca la evolución (de 74,3 a 70,4). Estos alumnos, de 12 años, pasan a la ESO con bajas competencias. En ambas materias, es el rendimiento más bajo obtenido por los alumnos de esta edad desde que se realizan estas pruebas.
Con todo, los de primaria son alumnos que se mantienen en el sistema educativo y pueden mejorar en secundaria. Sin embargo, los estudiantes de 4º de ESO, que pasan a postobligatorios (bachillerato o formación profesional en sus diferentes modalidades), bajan sus resultados clave en el contexto actual de fake news y de necesidad de formar profesionales Steam. Bajan en el ámbito científico y tecnológico (de 72,6 a 67,9) y no remontan lo suficiente en matemáticas. Del 64,9 en el curso anterior a 69,8 en éste.
Estos son los datos presentados esta mañana por el Departament d'Educació i FP de la evaluación de final de etapa 2024-2025. Los datos se han obtenido a partir de una evaluación censal que se ha llevado a cabo a 70.064 alumnos de 6º de primaria y a 79.142 de 4º de ESO de centros públicos y privados de Catalunya.
Educació admite que es necesario “actuar” por lo que pondrá más profesores de matemáticas e incluirá pensamiento computacional
La directora general de Innovación, Digitalización y Currículo de la Conselleria de Educación y FP, Mercè Andreu, ha admitido que es necesario “actuar” para revertir los resultados no solo de las materias de ciencias. Más refuerzo de profesores para que puedan hacer codocencia en el aula, más formación al profesorado, así como otros programas específicos.
Andreu, que estaba acompañada por la nueva presidenta de la Agència d'Avaluació i Prospectiva de l'Educació, Núria Planas, ha achacado el bajo rendimiento, especialmente en ciencias, a una deficiente implantación de los nuevos currículums Lomloe.
De modo que en estos primeros años de implantación del nuevo currículum se han producido desajustes y ciertas preguntas competenciales no han podido ser respondidas por falta de conocimiento de conceptos (saberes). Ha puesto el ejemplo de la “condensación”.
Por ello, se van a concretar para el mes de octubre un currículum con los saberes básicos por curso, tal y como se ha realizado en otras materias como matemáticas. Según ha explicado, el objetivo no es contradecir la Lomloe, que impulsa la formación de alumnos competentes, sino orientar a los docentes sobre la concreción de saberes básicos.
Primaria
En matemáticas, si bien el grueso de alumnos catalanes es competente, un 17,5% no alcanza un nivel aceptable. En ciencia, tecnología e ingeniería, aquellos que no llegan a un nivel medio son el 22,6%.
Otro dato preocupante en los resultados de 6º de primaria, además de la bajada en matemáticas y ciencias, es el desequilibrio que se produce entre catalán y castellano que indicaría una tendencia a un mayor dominio de castellano en las aulas. De modo que catalán retrocede levemente (de 74,7 a 73,5) mientras que castellano asciende 2,6 puntos, pasando de 73,9 a 76,5. Además, hay más alumnos en el nivel alto de castellano que de catalán y menos estudiantes con baja competencia en la primera que en la segunda.
Finalmente, se observa que hay más niños con nivel bajo de expresión escrita y comprensión oral en catalán (más del 15%) que en castellano (entre 11 y 12 por ciento).
En inglés, casi dos de cada diez tiene dificultades en la comprensión lectora lo que no sucede con la comprensión oral en la que se encuentran más niños en nivel alto (37%) que en nivel intermedio (35%) y tan solo un 85 en nivel bajo.
Educación secundaria
En 4º de ESO se da el proceso contrario en las lenguas. Mejoran en catalán (de 70,7 a 75,1) y empeora en castellano (de 75,9 a 74,2). En ambas lenguas, el nivel de alumnos con poca competencia es inferior a 15% que es el que se estima como mínimo deseable (12% del alumnado).
Donde presentan más dificultades es en comprensión lectora en castellano (15.5% no alcanza competencia mínima), aunque en esta materia hay una excelencia del 35%.
Pero lo más significativo para los alumnos que acaban la ESO es ciencias y matemáticas. En ciencias, la caída es de 4,7 puntos respecto al curso anterior y dos de cada diez no alcanzan el mínimo. Tienen dificultades en explicar fenómenos naturales y tecnológicos así como en interpretar información de carácter científico-tecnológico. En cambio, “aprueban” conjuntamente en reconocer aspectos principales de la investigación científica.
En cuanto a matemáticas, el marcador ha subido casi cinco puntos respecto al curso anterior, pero se venía de niveles muy bajos. Por dos décimas no se alcanza el 70 deseable.
La buena noticia es que hay menos alumnos en nivel bajo (no llega al 13%) y que la dificultad de los alumnos se concentra en un área específica (espacio, forma y medida) donde pincha cuatro de cada diez. En cambio, en temas como numeración y cálculo, estadísticas o, especialmente, cambios y relaciones, lo niveles competenciales son buenos. Por ejemplo, en cambios y relaciones, la mitad tiene un nivel muy alto.
Esto no ocurre en inglés, que sigue siendo el reto educativo del sistema. Numéricamente hay menos niños excelentes que con deficiencias. Casi el 16% tiene un nivel alto; por contra, el 19,2% lo tiene bajo y no alcanza el mínimo. La comprensión oral es buena, peor la lectora y lo que peor llevan es la expresión escrita donde se ve una polarización: casi tres de cada diez alumnos no llega al mínimo mientras que 2,5 de cada diez tiene un nivel considerado alto.