España es el tercer país de la Unión Europea donde más retrocede la natalidad. Entre 2008 y 2023 la cifra de nacimientos se ha reducido un 38%, porcentaje que solo superan Letonia (41%) y Grecia (40%). Y Cantabria ostenta el dudoso honor de ser la región europea donde más ha retrocedido la natalidad en ese periodo, un 49%. De hecho, quince de las diecisiete comunidades autónomas y Ceuta y Melilla figuran entre las 50 regiones de la UE (de un total de 220 datos) con las mayores caídas desde 2008.
Así se desprende de un informe que ha publicado Funcas con motivo del Día Mundial de la Población, que se celebra mañana, y que pone de manifiesto que desde el inicio de la denominada Gran Recesión (2008) todos los países de la Unión Europea están viviendo una transformación demográfica sin precedentes debido a la persistencia de unas tasas de fecundidad que no alcanzan el nivel de reemplazo.
De acuerdo con los datos reunidos por Funcas, la cifra de nacimientos ha disminuido en 22 de los 27 países de la Unión Europea durante los últimos 15 años. La natalidad solo aumenta en Alemania (2% de aumento entre 2008 y 2023) y en países pequeños como Luxemburgo (12,9%), Chipre (11,2%) o Malta (11,2%).
En España, la cifra actual de nacimientos, de poco más de 300.000 al año, apenas alcanza la mitad de los registrados antes de que se iniciara el desplome de la natalidad, a finales de los años 70 del siglo pasado.
“Hasta entonces, la cifra de nacimientos anuales se había mantenido por encima de los 600.000, con pocas excepciones, desde mediados del siglo XIX”, apuntan los analistas de Funcas, que recuerdan que luego, tras la caída iniciada a mediados de los 70, se alcanzó un nuevo máximo relativo de más de 500.000 nacimientos en 2008. Pero, desde entonces, la natalidad solo volvió a crecer levemente en 2014, y la caída acumulada es del 38%, con retrocesos superiores en algunos territorios.
Más allá del 49% de Cantabria, que lidera el ranking de descenso de nacimientos en Europa, superan notablemente la media Asturias (con un 45% menos de nacimientos), La Rioja (43%), Canarias (42%), Castilla y León (41%) y Galicia (40%). En el otro extremo, Baleares y Murcia son las comunidades que han experimentado descensos más moderados, aunque significativos: 31% y 34%, respectivamente.
“En las próximas décadas, España, como buena parte del mundo, experimentará una transformación demográfica sin precedentes”, dice María Miyar, directora de Estudios Sociales de Funcas, que vaticina que la persistencia de tasas de fecundidad inferiores al nivel de reemplazo repercutirá en una reducción muy sustantiva de la población activa y tensionará la sostenibilidad de los sistemas de pensiones, sanitario y de atención a mayores dependientes.
Por otra parte, esta economista y socióloga prevé que el menor tamaño de la población conlleve grandes transformaciones en los mercados de la vivienda y de otros bienes duraderos, así como en la provisión de servicios como los educativos. “Se trata de un desafío para la planificación pública, pero también para la inversión privada, que tendrá que adaptarse a una realidad poblacional muy distinta”, añade Miyar.
Porque, según su análisis, la reducción de las cohortes jóvenes no se circunscribirá a España ni a los países de la Unión Europea porque la natalidad también está registrando un descenso notable en Latinoamérica, el África subsahariana, el norte de África y Oriente Próximo. Por ello el informe de Funcas apunta hacia “una ralentización o una reversión de los flujos migratorios que hoy tienen como destino las economías desarrolladas”, y su previsión es que “hacia mediados de siglo la población global empiece a descender”.