El calvario de una actriz que suma 13 cirugías en la cara por la supuesta mala praxis de un médico

Blanca Espino

La intérprete, que ha denunciado al cirujano y acumula una década de sufrimiento, padece múltiples secuelas tanto físicas como psicológicas, con tres ingresos en urgencias psiquiátricas

Algunas de las lesiones que el cirujano provocó a Blanca en sus intervenciones

Algunas de las lesiones que el cirujano provocó a Blanca en sus intervenciones 

La Vanguardia

La actriz Blanca Espino, conocida por formar parte del elenco de la serie Isabel que emitió RTVE, lleva diez años de auténtico infierno. Lo que a priori tenía que ser una simple intervención para solventar un pequeño sobrante de tejido que le había quedado tras una cirugía a la que se tuvo que someter por un desgaste óseo severo mandibular -y para subsanar una maloclusión dental que arrastraba desde los 14 años-, acabó siendo el inicio de un calvario que hoy continúa. Las secuelas que sufre desde entonces, tanto físicas como psíquicas, son innumerables. De ahí que haya denunciado por la vía civil al cirujano plástico que le practicó esa cirugía que no revestía dificultad y cuatro más para arreglar el daño que le causó en la primera, generándole más lesiones. Después de esas cinco operaciones vinieron ocho más (de otros cuatro cirujanos) para intentar reparar las afectaciones causadas por el demandado. En la última, realizada en el 2023, el doctor que la operó le dijo que no había más opciones terapéuticas para ella.

Todo comenzó tras una cirugía maxilofacial a la que se sometió en Barcelona en el 2014. La operación resultó exitosa. No obstante, le quedó un pequeño sobrante de tejido con una leve retracción.

Yo no pedí nada de lo que me hizo”

Blanca Espino

Fue casualidad que acabara cruzándose con el cirujano plástico que a la postre acabaría arruinando su vida, como ella misma asegura a La Vanguardia. Su madre, Neus, tenía cita con un traumatólogo en una clínica de Lleida, donde residía y es originaria la familia. La recepcionista –conocedora del pequeño problema que arrastraba Blanca tras la cirugía maxilofacial- le comentó que un ala de la clínica acababa de ser alquilada por un cirujano plástico, y ahí es cuando acudieron a él.

En principio, el problema requería tan solo de una simple incisión. “Era entrar y salir”, remarca Neus. No obstante, y según se explica en la demanda –a la que ha tenido acceso este diario-, el cirujano quiso ir más allá. Lo que anotó tras esa primera cita en el historial clínico (que la demandante ha podido consultar años después) fue, entre otros procedimientos, “reducción del mentón, limado óseo” y “lipoláser de papada y mentón”. “¡Yo no le pedí nada de eso!”, reclama indignada Blanca.

Pequeño sobrante de tejido que le quedó a Blanca tras la cirugía maxilofacial

Pequeño sobrante de tejido que le quedó a Blanca tras la cirugía maxilofacial y que se le hacía muy visible al reír 

La Vanguardia

Según recoge la denuncia, y una vez fue informada por parte del cirujano de que le iba a subsanar los leves resultados estéticos derivados de la intervención de la mandíbula, Blanca se sometió a la cirugía el 26 de marzo del 2015. El resultado no pudo ser peor. Lejos de corregir lo que la llevó a pasar por el quirófano, la intervención le provocó “lesiones que empeoraron grave y ostensiblemente el estado previo que presentaba”, quedando “sin sensibilidad en el mentón, al haber sido este limado en toda su extensión, con afectación también en el labio inferior”, reza la demanda.

“Tras la intervención tenía toda la cara tapada y no entendía el porqué”, arguye Blanca. “Y es que la cirugía, a priori, se limitaba a una pequeña incisión. Me notaba todo el rostro inflamado”, agrega.

Cicatriz vertical que el médico le provoca a Blanca tras la segunda intervención

Cicatriz vertical que el médico le provoca a Blanca tras la segunda intervención 

La Vanguardia

Tan solo un mes después, y según el historial clínico, el cirujano le inyectó vía intradérmica trigón depot –un corticosteroide con intenso efecto antiinflamatorio- “en los laterales del mentón por inflamación”. “Y lo hizo sin consentimiento”, advierte Neus. La demanda cita un informe pericial del doctor Manuel Francisco Carrillo Rodríguez en el que se subraya “una falta de adecuación de medios” en el uso de este medicamento, “cuya ficha técnica publicada por el Ministerio de Sanidad advierte contra la inyección del mismo que no sea estrictamente intramuscular profunda, por el riesgo de atrofia cutánea, que de hecho se dio en este caso”.

El 2 de junio el cirujano la somete a una segunda intervención -“confiábamos en él, era un médico quien nos hablaba”, arguye Neus- para solucionarle la afectación en el labio inferior derivada de la primera cirugía. Como consecuencia de esta reintervención –sostiene la demanda-, Blanca quedó afectada por una cicatriz vertical en medio del labio inferior. “Nosotras no sabíamos que en la primera cirugía le había quitado el mentón”, esgrime Neus. “Claro, si te quitan ese soporte, el labio cae”, añade.

Le inyectó tal cantidad de trigón la primera vez que le tuvo que poner a posteriori hasta tres veces relleno facial”

NeusMadre de Blanca

En esa segunda intervención además, y según el historial clínico, el demandado le inyecta un relleno facial en los lados del mentón “que se deprimieron con el trigón depot”.

“Le inyectó tal cantidad de trigón la primera vez que le tuvo que poner a posteriori hasta tres veces relleno facial”, apunta Neus. “Y no solo eso –agrega-, le administró al mismo tiempo tanto relleno que tuvo que volver a inyectarle trigón para disminuir los bultos”.

Detalla la demanda

Varios procedimientos se realizaron sin consentimiento informado

El 24 de julio Blanca vuelve a pasar por quirófano para reparar la cicatriz del labio, una cirugía de la que “no existe consentimiento informado”, subraya la demanda. El resultado tampoco es positivo. “La cicatriz se fue abriendo dejando una zona sin mucosa interna”, quedando el labio inferior “más bajo en su zona media y con incontinencia”, sin “apenas fuerza” y “ausente de toda sensibilidad y movilidad”.

El 9 de marzo del 2016 Blanca se somete a una cuarta intervención. Y lo hace porque el demandado –arguye la actriz- le dice que la única manera de corregir los defectos que en ese momento acumula su rostro es a través de otro lipoláser, que acaba realizando.

Quemadura de tercer grado que el cirujano lo provoca a la actriz tras un lipoláser

Quemadura de tercer grado que el cirujano le provoca a la actriz tras un lipoláser 

La Vanguardia

Según han detallado varios facultativos a Blanca y consta en la demanda, la aplicación de un lipoláser está contraindicado tras el uso de relleno facial “por la posibilidad de provocar quemaduras en la piel”, un extremo –reza la denuncia- que no fue señalado en el consentimiento informado.

Tras esa intervención, la demandante sufre una ostensible quemadura en el mentón de tercer grado, según consta en el historial clínico. “Cuando me lo estaba realizando ya le avisé de que me estaba haciendo mucho daño”, subraya Blanca, quien a partir de ese momento requirió ayuda psiquiátrica para asumir lo que le estaba ocurriendo. Posteriormente, otro lipoláser –al que se somete sin mediar consentimiento informado y pensando que se li iba a realizar una liposucción, señala la denuncia- le genera otras dos quemaduras en la zona mentoniana.

Estas son las graves quemaduras que le quedan a Blanca tras varios lipolásers

Estas son las graves quemaduras que le quedan a Blanca bajo el mentón tras varios lipolásers 

La Vanguardia

Por esas fechas, Blanca recibió –relata- sendas propuestas para participar en dos películas, una de ellas junto a Blanca Suárez. Pero no pudo aprovechar esas oportunidades –y más que le llegaron de otras productoras- por la situación en la que estaba. Desde entonces, no trabaja, ni de actriz ni ejerciendo otra profesión.

A esas cinco intervenciones le siguieron otras ocho (realizadas por cuatro cirujanos distintos) para intentar reparar lo que el demandado habría causado en su rostro. En la última, el doctor que la atendió le dijo que se habían agotado para ella todas las opciones terapéuticas. Ahí es cuando ambas (madre e hija) empiezan las gestiones para emprender la vía judicial. Aconsejadas por un abogado, envían un burofax al demandado para que el caso no prescriba.

El resultado es fruto de una continuada mala praxis”

Doctora especialista en cirugía plástica reparadora y estética

Una doctora especialista en cirugía plástica reparadora y estética consultada por este diario afirma que “ni el razonamiento de todos los procedimientos” que aplicó el demandado “es lógico, ni tampoco los tiempos en los que se realizan”. Y añade: “El resultado es fruto de una continuada mala praxis para intentar resolver no sé qué realmente”.

A su vez, asegura que este cirujano es ampliamente conocido en el gremio. “Todos sabemos que es un profesional entre comillas. Conocemos su trayectoria y los casos desafortunados en los que ha participado. Está acostumbrado a visitar los juzgados. Nunca lo recomendaría”.

Mi actuación se ajustó perfectamente a la 'lex artis'”

Cirujano demandado

Ciertamente, este médico está hoy inhabilitado hasta abril del 2026 para el ejercicio de la práctica médica por otro caso. Consultado por La Vanguardia, se limita a decir que en el de la actriz su actuación “se ajustó perfectamente a la lex artis”, el criterio que emplea el Derecho para determinar la corrección de la práctica médica.

Son múltiples las secuelas físicas y psicológicas que le han quedado a Blanca. Del primer grupo, y según se cita en la demanda, padece clara alteración del perfil facial, a expensas del tercio medio e inferior, siendo sobre todo evidente un perfil de la zona labio-mental de apariencia no natural, con descolgamiento y zonas de insensibilidad del labio inferior que le produce incontinencia del mismo, sobre todo para líquidos, y dificultades para la vocalización. También sufre un déficit de proyección y relieve mentonianos, además de diversas formaciones cicatriciales evidentes en la región látero-anterior de la zona mandibular.

Múltiples secuelas

Las del segundo grupo, las psicológicas, también son extensas. Entre el 13 de febrero del 2016 y el 25 del julio del 2021 Blanca sufrió tres ingresos en urgencias psiquiátricas, incluyendo dos intentos autolíticos más varios episodios autolesivos no tratados y confesados por ella. Y todo ello a consecuencia del trastorno depresivo que sufre tanto a causa de su estado, como por los efectos secundarios producidos por el trigón depot.

Las consecuencias no se acaban ahí. Neus, la madre, tuvo que venderse el piso en el 2016 que tenía en Lleida para pagar las intervenciones a las que se sometió su hija para intentar solucionar sus lesiones. Asimismo, pidió varios préstamos que la llevaron a la ruina. En el 2021, pudo acogerse a la ley de la segunda oportunidad.

Quiero justicia porque tengo la verdad”

Blanca Espino

Está previsto que el juicio contra este cirujano se celebre en febrero del año que viene. “Quiero justicia porque tengo la verdad”, sostiene Blanca. “Nos la merecemos. Nos han destruido a mi madre y a mí, y estoy viva de milagro. Las intervenciones que me hicieron los otros cirujanos me salvaron de una posible parálisis facial e incluso de la muerte”, añade. “En este mundo tienen que ganar las buenas personas, no las malas a las que no les importa la salud de los demás o sus sentimientos”, reflexiona. 

Y concluye: “Quiero alzar la voz ya que tengo la oportunidad, porque mucha gente no puede o ya no está en este mundo por culpa de estas situaciones inhumanas”.

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