El ámbito de la geriatría, en la mayoría de casos por trabajar sin titulación homologada, y el de las comadronas son dos de las especialidades que más denuncias acumulan por intrusismo en la enfermería. La falta de experiencia en situaciones complejas puede acabar derivando en errores en la administración de medicación o poner en riesgo la vida de un bebé son algunas de las malas prácticas, apuntan las enfermeras.
A finales del 2024 el Colegio de enfermeras y enfermeros de Barcelona COIB se decidió a crear una Comisión de Intrusismo para articular y gestionar las denuncias de esta temática en el ámbito de la enfermería. Ese mismo año se cerró con 39 casos de intrusismo, mientras que en los siete meses que han pasado de este ya han registrado 32. 13 de ellos se han dado en geriatría (12 por no tener el título homologado y uno por falsificación documental). Otras ocho denuncias atañen al ámbito de las comadronas (6 por denuncias a doulas, una a otros profesionales y otra por no contar con título homologado). También se han registrado ocho quejas en el ámbito médicoquirúrjico y tres en el de la medicina familiar y comunitaria, según datos facilitados por la entidad.
Profesionales sin título homologado y mala praxis
En el ámbito de la geriatría se dan casos de intrusismo por personas que ejercen de enfermeras sin tener titulación, casos “puntuales” de falsedad documental y también trabajadoras de otros países con titulación pero pendientes de homologación, explica la coordinadora de la comisión de intrusismo del COIB, Concepción Lázaro. En esta última situación, acostumbran a ser personas contratadas como técnicas auxiliares que acaban trabajando de enfermeras. “Los de geriatría son pacientes que cada vez llegan con más edad, con más patología y con más cronicidad y que requieren de cuidados complejos y es necesaria una experiencia y conocimientos para poderlo gestionar”, apunta Lázaro. La coordinadora explica que han tenido denuncias por errores en la administración de la medicación en los que ha habido complicaciones. Por ejemplo, caídas o hipotensiones. También aumentan las “heridas complejas”, prosigue la enfermera, con casi 30 años de experiencia. “Se dan casos de heridas que aparecen por mala praxis”, explica Lázaro. Entre las denuncias recibidas está la de una familia con un paciente con broncoaspiración (se atragantó) pero la sanitaria no lo comunicó y, cuando llegó la familia, el usuario de la residencia tuvo que acabar siendo derivado al hospital y acabó teniendo que recibir un tratamiento “más agresivo”. Lázaro lamenta las situaciones que no se saben valorar adecuadamente por no tener los conocimientos necesarios. “Si tienes la formación adecuada para detectar los signos de alarma, se evitan derivaciones”, señala la enfermera, que recuerda que el de la geriatría es un sector con mucha vulnerabilidad y que esto debe tenerse en cuenta a la hora de escoger a personal cualificado.
Las denuncias acostumbran a llegar principalmente por familiares de pacientes o usuarios, también por parte del personal sanitario de la misma residencia, personal sanitario externo y también por los sindicatos. En la página web del COIB hay habilitado un apartado para ello en el que se deben aportar datos y un pequeño resumen de lo denunciado. Pero se está trabajando en un enlace que sea más fácil. Las enfermeras piden ayuda a la población para denunciar el intrusismo, pero recuerdan que son necesarias “evidencias” para poder darle curso.
Cada vez se detectan más casos de falta de homologación. Lázaro reconoce que se trata de personal que llega de fuera con mucha ilusión, pero apunta que estas trabajadoras saben que “sin homologación están cometiendo un delito penal” porque no tienen la titulación necesaria. Son contratadas, cuenta, con salarios inferiores y condiciones “pésimas” y no tienen seguro de responsabilidad. A pesar de las denuncias, Lázaro puntualiza que la mayoría de residencias trabajan de una manera “excepcional” pero que hay que señalar las que contratan sin titulación.
Las enfermeras animan a denunciar los casos de intrusismo
También el de las comadronas es un ámbito que genera quejas, en la mayoría de casos por doulas o parteras que “no tienen la formación necesaria para acompañar”. Lázaro avisa que dejarse aconsejar o guiar por personas sin formación adecuada durante el embarazo o el parto puede comportar consecuencias que pueden llegar a ser graves. Es el caso de un parto en casa asistido por dos doulas sin título homologado en el que se acabó decidiendo derivación al hospital y en el que el bebé acabó falleciendo. Fue la propia madre en este caso la que interpuso la denuncia de la que se ha habido sentencia condenatoria este mismo año.
En la primaria, técnicos que están realizando procedimientos que no están habilitados a hacer sin supervisión como controles de tensión o electros representan algunas de las restantes denuncias por intrusismo. Lázaro subraya la importancia de denunciar el intrusismo porque “repercute” en la salud de las personas.


