La mejor ceremonia en la historia de los premios. Así la consideraban ayer no pocos de los asistentes, patronos, autoridades, premiados y amigos que llenaron el Gran Teatre del Liceu. Y se argumentaban dos razones.
Primero, la consolidación ya definitiva de la Fundación Princesa de Girona, que en sus dieciséis convocatorias ha premiado a ochenta investigadores, emprendedores, trabajadores sociales y creadores menores de treinta y cinco años, y en sus distintos programas anuales de enseñanza y estímulo a iniciativas múltiples acoge a cerca de 50.000 jóvenes. En su discurso, el Rey agradeció el apoyo de todos quienes la han hecho situado como una de las grandes iniciativas europeas en su género.
Fue un acto de gran belleza y solemnidad en un espacio simbólico
Segundo, la de ayer fue una ceremonia de gran belleza y solemnidad en un espacio de enorme simbolismo. Los Reyes, la princesa de Girona y la infanta Sofía fueron calurosa y largamente aplaudidos a su entrada y salida de la platea. El Liceu lucía imponente, como lo hace cuando está repleto de un público entregado. La tecnología visual de Hansel Cereza recreaba como fondo de escenario unas partículas marinas en movimiento.
Tanto la princesa como el Rey alternaron catalán y castellano y se refirieron a la relevancia cultural y social del coliseo operístico. “Ha sido una gala fantástica, ¡en un lugar tan único!”, se felicitó Felipe VI. En ambos parlamentos se detectaba la voluntad de sintonizar con aquello que ha configurado Barcelona, incluyendo la literatura de Eduardo Mendoza. La presencia del presidente de la Generalitat, el ministro de Industria, el alcalde de Barcelona y otras autoridades sellaban este entendimiento.

Un selfie de los premiados ayer
Todo ello es remarcable tras unos años complicados para la Fundación que preside Francisco Belil. El procés la afectó, el ayuntamiento de Girona sorprendentemente se desentendió, algún año la celebración fue movida. Ayer los galardones se entregaron en el corazón histórico de la capital catalana. Y con la presencia de 200 jóvenes valencianos, comprometidos con la reconstrucción tras la Dana.
La llamada sociedad civil catalana respondió a la convocatoria. Javier Godó, editor del Grupo Godó; y su esposa Marisa Falcó; Carlos Godó, presidente ejecutivo, y el director de La Vanguardia Jordi Juan no se perdieron el acto. También asistieron entre otros Josep Oliu, del Banc Sabadell, José Creuheras del grupo Planeta; Núria Cabutí de Penguin Random House; Stefano Palumbo de la Fundaciòn Elsa Peretti; empresarios como Gonzalo Rodés o Luis Sans; el publicitario Lluís Bassat; gestores culturales como Marko Daniel de la Fundació Miró, Llucià Homs, Ainhoa Grande o Elisa Duran. Los máximos responsables del Gran Teatro, Salvador Alemany y Valentí Oviedo. Y Paco Gaudier del Círculo del Liceo.
A las 22.22 horas los Reyes, la princesa y la infanta, tras haber conversado en el Salón de los Espejos y el Círculo, abandonaban, de nuevo entre aplausos el histórico espacio de la Rambla.