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Más de 23 millones de personas sufren algún tipo de trastorno neurológico

Salud cerebral

Estas enfermedades ocasionan el 44% de la discapacidad por enfermedad crónica

Durante toda la vida hay que cuidar el cerebro, con buenos hábitos, poco estrés, chequeos regulares y ganas de aprender

cnythzl / Getty Images/iStockphoto

Los datos son abrumadores. En España, más de 23 millones de personas padecen algún tipo de enfermedad neurológica. Enfermedades como el ictus, la epilepsia, la enfermedad de Alzheimer, el parkinson, la esclerosis múltiple, la ELA o las cefaleas, entre otras, son las responsables del 44% de la discapacidad por enfermedad crónica y del 14% del total de fallecimientos. En los últimos 35 años el volumen total de discapacidad y muertes prematuras causadas por las enfermedades neurológicas ha aumentado más de un 18%. El coste económico estimado es del 8% del PIB. Y todas estas cifras aumentarán de manera clara en los próximos años a consecuencia del envejecimiento de la población.

¿Alguna buena noticia? Pues sí, que las enfermedades neurológicas son prevenibles. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), hasta el 90% de
los casos de ictus y el 40% de los
de alzheimer podrían evitarse cuidando adecuadamente el cerebro­.

“La salud cerebral empieza antes del nacimiento. Cada etapa es una oportunidad para cuidar el cerebro”

Los expertos lo tienen claro, hay que promover el cuidado del cerebro durante todas las etapas de la vida e incorporar el concepto de salud cerebral “no solo como una cuestión médica, sino de futuro. El cerebro es lo que nos hace humanos. La salud cerebral es un derecho”, indicó Mara Dierssen Sotos, presidenta del Consejo Español del Cerebro, en el acto de presentación del Plan Español del Cerebro, una herramienta que busca priorizar la salud cerebral a lo largo de la vida y posicionar la investigación en neurociencia en el centro de las políticas sanitarias y científicas tanto nacionales como europeas.

“La salud cerebral de cada persona empieza incluso antes del nacimiento. Porque cada etapa de la vida es una oportunidad para cuidar y fortalecer nuestro cerebro”, señala Jesús Porta-Etessam, presidente de la SEN.“Es imprescindible políticas de prevención y educación en salud cerebral para toda la población y, especialmente, en contextos con menos recursos donde la brecha en atención neurológica aún es alarmante”.

Los expertos aseguran que nunca es tarde para adoptar hábitos cerebrosaludables y porque la salud cerebral se construye día a día, desde los primeros momentos de la vida, incluso antes de nacer. ¿Cómo? Desde la SEN se señala que, en la preconcepción, los hábitos saludables de los padres, como una buena nutrición y controles médicos adecuados, pueden influir directamente en el desarrollo cerebral del bebé. Y durante el embarazo, cuidando el bienestar físico y emocional de la madre, algo vital para el crecimiento cerebral saludable del bebé. “El cuidado prenatal, una nutrición adecuada y el manejo del estrés ayudan a proteger tanto a la madre como al bebé”, ase-guran.

Los primeros años de una persona, la infancia, son clave para el aprendizaje, el crecimiento emocional y el desarrollo social. “Fomentar entornos seguros, la correcta vacunación y una crianza positiva forman una base sólida para la salud cerebral a lo largo de la vida”, apuntan.

Y en la edad adulta, tener un estilo de vida equilibrado –alimentación saludable, ejercicio y control del estrés– mantiene el cerebro sano y reduce el riesgo de muchas enfermedades neurológicas.

En la edad avanzada, los chequeos regulares para la detección temprana de las enfermedades neurológicas y mantenerse social y mentalmente activo ayudan a preservar la independencia y la calidad de vida en la vejez.

“Debemos apostar tanto por la prevención primaria, adoptando estilos de vida saludables, evitando factores de riesgo como el tabaquismo o la inactividad física, y promoviendo la educación sanitaria desde edades tempranas; como por la prevención secundaria, fomentando la detección temprana y el tratamiento oportuno de las enfermedades neurológicas mediante revisiones y el acceso adecuado a los servicios sanitarios”, resume Porta-Etessam.

Además, piden reducir el estigma de los trastornos neurológicos, garantizar un acceso equitativo a la atención neurológica y a la rehabilitación y promover políticas que fortalezcan los sistemas de salud.

“Invertir en salud cerebral es invertir en bienestar y productividad a lo largo de toda la vida. Debemos apostar por sistemas sanitarios más inclusivos”, señala Porta-Etessam.