Nacidas en 2005 y provenientes de contextos de vulnerabilidad económica, Divya Babani y Marta Pavón destacan tanto por su talento académico como por su compromiso social. Ambas realizan acciones de voluntariado y cursan estudios universitarios gracias a la Fundación La Caixa, que otorga 55 becas para estudios de grado o enseñanza artística superior en centros públicos de España.
Babani nació en Torremolinos, un pueblo en Málaga, y es hija de padres inmigrantes: su padre es de India y su madre de Chile. Actualmente estudia un doble grado en Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica en la Universidad de Málaga. Su interés por la Ingeniería empezó en el colegio, donde sus profesores motivaban a los alumnos a crear proyectos. “Desde pequeña me interesaron las presas hidráulicas e, investigando, me di cuenta de que los estudios en Ingeniería Eléctrica y Mecánica me permitirían trabajar en una”, anota.
Talento académico
Babani cursa un doble grado en Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica, y Pavón estudia Ingeniería Aeroespacial
Finalizó sus estudios de bachillerato tecnológico con matrícula de honor. Además participó en la Cátedra Mujer y Tecnología Hedy Lamarr, un proyecto que busca fomentar la presencia femenina en el sector tecnológico, y ganó el primer premio del concurso Hilda Ericsson con un proyecto sobre seguridad vial. Babani atribuye sus logros académicos a sus padres, que siempre la motivaron a esforzarse y dar lo mejor de sí.
Por su parte, Pavón nació en Alcalá de Guadaíra, Sevilla, y sus padres son peluqueros. Cursa el grado en Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Sevilla, y recuerda que su gusto por este sector empezó a los diez años, cuando viajó en avión por primera vez: “Pasé todo el vuelo preguntándome cómo un objeto tan grande podía volar. Ahora, gracias a mi carrera, me estoy interesando más por el espacio, los cohetes y la propulsión”, señala.
La paz que me da el haber ayudado a personas que no conozco hace que el voluntariado valga la pena
También ha participado en proyectos como la NASA Space Apps Challenge, donde resultó ganadora a nivel local. Este proyecto le permitió aplicar lo aprendido en clase y conocer su pasión por el trabajo en equipo, la cooperación y el trato con las personas. Ahora forma parte del programa de talento e innovación Sputnik, el cual, según comenta, ha supuesto un antes y un después: “Gracias a éste tengo claro que quiero dedicar mi vida a hacer el bien, algo que mis padres siempre me han enseñado”.
Tanto Babani como Pavón destacan por su compromiso social y su vocación para ayudar. Babani es voluntaria en Cruz Roja Juventud y participa en iniciativas europeas del programa Erasmus+ sobre inclusión, emprendimiento, igualdad o programación. Cerca de su colegio había una sede de Cruz Roja que la inspiró, y tiempo después decidió sumarse como voluntaria. “A pesar de que es una inversión de tiempo, la paz que me da el haber ayudado a personas que no conozco hace que valga la pena”, reflexiona.
Y Pavón colabora con Aspace Sevilla, una entidad que ofrece servicios de rehabilitación y atención psicológica a las personas con parálisis cerebral. “Ver felices a personas que sufren esta enfermedad me da una visión de la vida completamente distinta. No se trata de ayudar para sentirme bien, se trata de dar mi tiempo, conocer y apoyar a quienes realmente lo necesitan. Muchas veces la gente pierde el tiempo en cosas que no merecen la pena”, señala.
Ambas tienen claro qué proyectos y metas quieren lograr en el futuro, y se esfuerzan desde ahora para conseguirlo. Babani comparte que le gustaría trabajar en el extranjero, en países como Noruega, Alemania o Dinamarca. Su objetivo es aplicar sus conocimientos de ingeniería en proyectos que tengan un impacto real, como el desarrollo de sistemas de aire accesibles que mejoren la calidad de vida de las personas.
Además de esforzarme en mis proyectos, siempre intento ser amable y mostrar una sonrisa a los demás
Pavón, por su parte, quisiera cursar un máster en el extranjero y trabajar en proyectos internacionales del sector espacial, colaborando con personas de todo el mundo. Y después, le gustaría regresar a España para compartir lo aprendido. Para ella, la ciencia y la innovación no solo deben mirar al espacio como un destino, sino como una fuente de investigación con aplicaciones concretas en la Tierra, desde la agricultura hasta la salud.