Un joven italiano nacido en Reino Unido que murió de leucemia en 2006 se convertirá el domingo en el primer santo católico de la generación millenial, en una ceremonia presidida por el papa León XIV en la plaza de San Pedro, que se espera atraiga a decenas de miles de fieles.
Carlo Acutis, fallecido a los 15 años, aprendió informática para crear sitios web y difundir su fe. Su historia ha atraído la atención de la juventud católica y ahora será elevado al mismo nivel que la Madre Teresa y Francisco de Asís.
La ceremonia del domingo estaba prevista inicialmente para abril, pero se pospuso tras la muerte de Francisco. León XIV, que en julio recibió a cientos de influencers católicos dentro del Jubileo de los Jóvenes, presidirá ahora por primera vez un acto de este tipo.
León XIV también canonizará a Pier Giorgio Frassati, un joven italiano conocido por ayudar a los necesitados y que murió de poliomielitis en la década de 1920.
La madre de Acutis, Antonia Salzano, dijo a Reuters a principios de este año que el corazón del atractivo de su hijo para la juventud católica era que vivió la misma vida que otros adolescentes en la década de los 2000. “Carlo era un niño normal y corriente como los demás. Jugaba, tenía amigos e iba al colegio. Pero su cualidad extraordinaria era el hecho de que abrió la puerta de su corazón a Jesús y le dio prioridad
“Utilizó esta habilidad para difundir la buena nueva, el Evangelio”, añadió. “Quería ayudar a la gente a tener más fe, a entender que hay una vida después de la muerte, que somos (peregrinos) en este mundo”.
Acutis, fallecido a los 15 años, aprendió informática para crear sitios web y difundir las enseñanzas de la Iglesia católica
A medida que Acutis avanzaba en el camino oficial de la Iglesia hacia la santidad, su cuerpo fue trasladado a una iglesia de la ciudad de Asís, en el centro de Italia, de donde era originario San Francisco, de acuerdo con los últimos deseos de Acutis.
El lugar de descanso final del nuevo santo, donde Acutis está enterrado con un molde de cera elaborado a su imagen, vestido con su chándal, vaqueros y zapatillas deportivas, se ha convertido en un lugar de devoción popular, que atrae a miles de fieles cada día.