La protección de la salud de los menores explica la reforma de la ley del tabaco. Eso es al menos lo que dice el equipo de la ministra de Sanidad, Mónica García, para justificar dos medidas novedosas incluidas en el anteproyecto de ley que modifica la norma del 2005. La primera: como con el alcohol, se prohibirá a los menores de edad consumir tabaco o productos relacionados (ahora se persigue la venta). En caso de incumplimiento, serán los padres y tutores quienes asumirán la sanción de hasta 600 euros.
La segunda medida es la prohibición de vender cigarrillos electrónicos o vapeadores de un único uso, siguiendo la estela de Bélgica y Francia. La justificación es que estos dispositivos desechables dañan el medio ambiente. Además, son los más usados por los menores, por su precio, su diseño y su facilidad de compra. Según diversas investigaciones, el porcentaje de adolescentes que ha probado alguna vez este tipo de productos es del 54,6%.
Estos dispositivos electrónicos vienen precargados con e-líquido (líquido para vapear) y tienen una batería no recargable. Una vez que el e-líquido se agota o la batería se descarga, el dispositivo completo se tira en lugar de rellenarse o recargarse. La ley da 12 meses para permitir a los fabricantes adaptar sus productos al nuevo marco legal, y para permitir el agotamiento de existencias de cigarrillos electrónicos de un solo uso, según establece el anteproyecto.
Casi el 60% de los menores de 18 años ha probado los cigarrillos electrónicos
Estas son las principales novedades de la reforma legal que ayer aprobó el Consejo de Ministros. No solo incorpora medidas para proteger a los colectivos más vulnerables, sino que ofrece mayor claridad jurídica frente a la proliferación de nuevos productos relacionados con el tabaco y que, hasta la fecha, carecían de una regulación específica.
La norma, además, amplía los espacios donde está vetado fumar e incorpora nuevos entornos de uso colectivo, tanto interiores como al aire libre, en línea con las recomendaciones de la Comisión Europea, entre ellos, las terrazas de bares, estaciones de transporte, espectáculos y conciertos al aire libre. También se incluyen los exteriores de los centros sanitarios, educativos, universitarios y sociales, así como en los parques infantiles y zonas culturales o deportivas, además de los vehículos de transporte con conductor.
Las terrazas de bares y los vehículos de transporte con conductor serán nuevos espacios sin humo
El anteproyecto incorpora una definición y una regulación propia para los productos relacionados con el tabaco, incluso aquellos que no contienen tabaco ni nicotina, pero están vinculados al acto de fumar o inhalar. Así, incorpora en el texto los cigarrillos electrónicos, con o sin nicotina, incluidos todos sus componentes (cartucho, depósito, dispositivo); las bolsitas de nicotina para uso oral, compuestas total o parcialmente por nicotina natural o sintética, en forma de sobres, polvo o comprimidos. También productos a base de hierbas, utilizados para fumar, vaporizar o inhalar, como las mezclas vegetales sin tabaco o para cachimbas. En esta lista se añaden los dispositivos para el consumo de productos calentados, incluidos los que funcionan con tabaco u otros preparados. Todos estos productos quedarán sometidos a las mismas restricciones legales que el tabaco convencional.
El anteproyecto modifica de forma sustancial el régimen aplicable a la publicidad, promoción y patrocinio de productos del tabaco y productos relacionados. El texto establece la prohibición de toda forma de publicidad, directa o indirecta, incluyendo cualquier tipo de comunicación comercial o promoción de productos del tabaco y productos relacionados, ya sea a través de medios impresos, audiovisuales, digitales, redes sociales, o mediante distribución de muestras o descuentos.
Una reforma “insuficiente”
El anteproyecto aprobado ayer recibió críticas de las asociaciones médicas y científicas, así como de entidades como la Asociación Española contra el Cáncer, al considerar que el texto es “insuficiente” para evitar el 30% de las muertes por cáncer que provoca el tabaco y proteger a los menores de productos adictivos y cancerígenos. Estas organizaciones echan en falta el envasado neutro, limitar los puntos de venta de los nuevos dispositivos y avanzar en la subida del precio de los productos del tabaco y de la nicotina, todas ellas medidas eficaces en la lucha contra el tabaquismo y para seguir aumentando las barreras de acceso de niños y jóvenes al tabaco. Desde el Ministerio de Sanidad, se ha informado que se intentará incluir el empaquetado genérico durante la tramitación de la norma, mientras recuerdan que la subida de precios no se hace en la ley antitabaco.
