“Muy racializada, demasiado lesbiana”: la discriminación que persiste en el audiovisual catalán

Estudio pionero

Dones Visuals y la UB han publicado un estudio que analiza las violencias y desigualdades del sector desde una mirada interseccional

Las personas entrevistadas destacan una “normalización” de las violencias sexuales, especialmente en rodajes con equipos masculinos 

Rodaje de cine

Imagen de archivo de un rodaje de cine.

JCCM / Europa Press

“Me decían que en España sería muy difícil que hiciera algún anuncio, porque estaba muy racializada”. “Una amiga no pudo hacer una carrera de cine porque no podía hacer todas las asignaturas donde era un requisito la audición, y no se lo querían convalidar”. “Después de la entrevista me comentaron que les había gustado mucho por mi perfil y el 'jefe' dijo: 'No, es que es demasiado lesbiana y al cliente no le va a gustar'”.

Estos son solo algunos de los testimonios recogidos en el estudio Violències i desigualtats a l’audiovisual català, que pone de manifiesto las situaciones de discriminación presentes en el sector audiovisual catalán. Se trata de un estudio pionero, con una mirada interseccional, al analizar de forma transversal las violencias, observando cómo se cruzan factores como el género, el origen, la orientación sexual o la identidad, y va más allá del binarismo de género. 

Para identificar los mecanismos que perpetúan la exclusión e identificar todas las formas de violencia, Dones Visuals y la Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals (FIMA) de la Universitat de Barcelona han presentado este jueves el estudio, basado en 52 entrevistas a mujeres del sector y profesionales con entidades de género disidentes, racializadas, miembros del colectivo LGTBIQA+ y/o con discapacidad.

“Normalización” y “trivialización” de las violencias sexuales

“Las violencias que sufren no son una percepción, sino datos que permiten entender cómo operan estos patrones estructurales. Nuestro objetivo es diagnosticarlos, visibilizarlos y promover medidas”, ha expresado Carme Puche, portavoz de Dones Visuals, una organización con casi diez años de trayectoria que trabaja para erradicar estos relatos y cuya continuidad peligra hoy por falta de financiación.

Miembros del equipo de rodaje de la serie 'Berlín' en el puente de Triana. A 28 de julio de 2025, en Sevilla (Andalucía, España).
La conocida serie 'Berlín' protagonizada por el actor Pedro Alonso se está rondando en las calles de Sevilla hasta finales de julio. La serie de Netflix, spin-off de 'La casa de papel', ya ha rodado en la calle Laraña, el palacio del Marqués de la Montilla, la Facultad de Bellas Artes y Triana.

El estudio 'Violències i desigualtats a l’audiovisual català' pone de manifiesto las situaciones de discriminación presentes en el sector audiovisual catalán.

María José López / Europa Press

Las personas entrevistadas señalan múltiples prácticas y formas de violencia, entre las que destacan la “normalización” y la “trivialización” de las violencias sexuales. “Hemos detectado que los espacios donde se producen más casos son los rodajes con equipos masculinos, que obligan a las profesionales a cambiar de área profesional para protegerse”, ha detallado Maria-Jose Masanet, una de las autoras del estudio.

La falta de accesibilidad, llena de barreras arquitectónicas y comunicativas, constituye otra forma de discriminación que dificulta la participación de profesionales con discapacidad, propiciando su expulsión del sector. También han constatado casos de negación explícita de oportunidades por motivos vinculados a la orientación sexual o al origen. 

Formas y prácticas de violencia de carácter simbólico

Al margen de las formas más específicas de violencia, el estudio recoge otras prácticas de carácter simbólico. Prácticas sutiles de dominación y exclusión que operan sin necesidad de confrontaciones abiertas ni acciones explícitas, sino que se manifiestan a través del lenguaje, los hábitos y las normas sociales y que perpetúan desigualdades estructurales. “Hemos registrado casos en los que el departamento de maquillaje y peluquería solo cuenta con productos para pieles blancas, o situaciones en las que los trabajadores se dirigen a personas trans usando su nombre de nacimiento, en lugar del que actualmente utilizan”, ha detallado Salima Jirari, investigadora de Dones Visuals.

La segregación o el encasillamiento también son habituales, particularmente en las mujeres racializadas. Así como las actitudes condescendientes y paternalistas, que infantilizan o trivializan las opiniones y aportaciones de las profesionales. 

Son necesarias responsabilidades tanto individuales como colectivas

Salima JirariInvestigadora de Dones Visuals

Las personas entrevistadas denuncian también trabajos no remunerados, contratos de prácticas que no deberían serlo, presiones para trabajar muchas horas seguidas sin descanso y la apropiación de películas ya producidas.

“Estas violencias son ejercidas por una gran diversidad de agentes, desde compañeros, pasando por cargos superiores y hasta grandes empresas e instituciones. Por eso, son necesarias responsabilidades tanto individuales como colectivas”, ha afirmado Jariri. Además, estas situaciones empujan a las personas afectadas a recurrir a mecanismos de “autorregulación” para proteger su salud mental, en un contexto donde los protocolos están desactualizados o quedan en “papel mojado”.

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Carme Puche, portavoz de Dones Visuals, ha asegurado que este diagnóstico es una “llamada a la acción”: “Las violencias afectan también a los imaginarios que consumimos y limitan los marcos culturales, alimentando estereotipos. Es necesario reclamar una respuesta institucional clara y valiente, y convertir este estudio en políticas públicas transformadoras. La responsabilidad no puede recaer sobre las mujeres que la sufren, porque ello supondría una doble discriminación”.

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