El Ministerio de Sanidad espera que, el próximo 3 de diciembre, la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), apruebe un protocolo conjunto para abordar la epidemia de gripe de esta temporada.
Así lo ha manifestado la ministra, Mónica García, al término del pleno extraordinario del CISNS celebrado esta mañana de forma telemática. García considera que, a diferencia del año pasado, las autonomías gobernadas por el PP “no van a anteponer sus intereses políticos a los de la población” y se adherirán al protocolo que en su opinión, contiene “criterios muy sencillos y adaptables a todas las comunidades autónomas”. En esencia, se trata de la lista de recomendaciones difundida por Sanidad la temporada pasada.
La consejera de Salud de Extremadura abre la vía a la acción conjunta de las comunidades autónomas
De hecho, durante la reunión la consejera de Salud y Servicios Sociales de Extremadura (autonomía gobernada por el PP), Sara García Espada, ha defendido la importancia de mantener una postura común en todo el país respecto al uso de la mascarilla, siempre que dicha estrategia permita flexibilizar las medidas en función de los niveles de contagio en cada momento y en cada territorio.
Básicamente, se regulan las condiciones de obligatoriedad o recomendación de las mascarillas en centros sanitarios y sociosanitarios. También figuran pautas para reforzar las coberturas de vacunación y se plantean medidas higiénicas.
El protocolo sistematiza la respuesta en cuatro escenarios de riesgo (del 0 al 3) en función del nivel de circulación de virus, la ocupación hospitalaria y otros indicadores, según los cuales, gradúa el uso de la mascarilla.
El objetivo, minimizar los efectos de la gripe, que actualmente se encuentra en unas tasas de incidencia relativamente bajas, en torno a 40 casos por 100.000 habitantes, cuando la temporada precedente se alcanzaron los 400. Sin embargo, existe una clara diferencia entre las autonomías, con mayor incidencia en las del norte.
Reunión, hoy, del Consejo Interterritorial del SNS
“La curva está subiendo y queremos evitar llegar a las cifras del año pasado y el anterior”, ha afirmado la ministra, que ha recordado los estragos que causa esta infección, tanto en morbilidad como en impacto en el sistema sanitario: el pasado año, 1.800 muertes, 2.000 ingresos en uci y 33.000 hospitalizaciones.
“Estamos viendo el inicio de la curva y más o menos se está comportando como en la temporada 2022-23. Es el momento de incidir, de actuar, y las comunidades autónomas tienen que valorar poner medidas de contención para minimizar los datos de fallecimientos e ingresos que tuvimos el año pasado”.
Mónica García también se ha referido a la responsabilidad individual: “A partir de ahora, el que tenga síntomas de catarro se debería poner de manera responsable una mascarilla”.
Los escenarios para las mascarillas
En general se recomienda que cualquier persona con síntomas respiratorios utilice mascarilla y reduzca sus interacciones sociales, especialmente con personas vulnerables.
En el escenario 1, con la incidencia al alza pero bajo control, se recomienda mascarilla durante los 5 días posteriores al inicio de los síntomas, combinado con higiene de manos y, cuando sea posible, teletrabajo.
En residencias y centros con personas vulnerables, los trabajadores con síntomas tendrán baja los primeros cinco días y, cuando se reincorporen, usarán mascarilla hasta que desaparezcan los síntomas.
En hospitales y centros de salud, incluso en niveles moderados, se recomienda mascarilla para personal, pacientes y acompañantes en unidades especialmente delicadas. En escenario 2, la indicación se extiende a salas de espera, urgencias y otros espacios comunes. El documento abre la puerta a que comunidades y centros la conviertan en obligatoria si la presión asistencial lo exige. El escenario 3, para situaciones de riesgo muy alto o pandémico, no se refiere a las mascarillas, pero habla de medidas adicionales y excepcionales, en referencia a la posibilidad de aplicar restricciones más duras.


