Una investigación de Bellvitge abre la vía a nuevas terapias para el cáncer de ovario

Avance científico

Identifica un pseudogen implicado en la presencia y el crecimiento de los tumores

El cáncer de ovario es un tipo de cáncer que se desarrolla en las células de los ovarios o en las zonas donde se encuentran las trompas de Falopio o el peritoneo.

El cáncer de ovario se origina en las células epiteliales de los ovarios o en las trompas uterinas 

LV

Un estudio biomédico del instituto de investigación de Bellvitge (Idibelll) y el Institut Català d’Oncologia (ICO) abre el camino a nuevas terapias más efectivas y menos invasivas contra el cáncer de ovario, uno de los tumores ginecológicos con mayor tasa de mortalidad.

El trabajo ha consistido en evaluar el rol de un pseudogen específico, RPSAP 52, en la evolución del cáncer de ovario, una vez se había comprobado en otros tipos tumorales que su expresión estaba llamativamente elevada, cuando en el tejido normal es baja.

Los investigadores presentan al pseudogen RPSAP52 como diana terapéutica y marcador de pronóstico

Los investigadores han demostrado que bloquear este pseudogen (segmento de ADN estructuralmente parecido a un gen pero que no es capaz de codificar una proteína) reduce significativamente el crecimiento tumoral sin mostrar signos de toxicidad en los modelos preclínicos estudiados. Así, RPSAP52 se muestra como una prometedora diana terapéutica.

Adicionalmente, el estudio, recientemente publicado en European Journal of Cancer, presenta este pseudogen como un marcador de pronóstico en los estadios iniciales (I y II) del cáncer de ovario pero no en las fases avanzadas (III y IV). A mayor presencia de RPSAP53, más riesgo y peor pronóstico para las pacientes.

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“Hemos visto que silenciando el pseudogen mediante diversas estrategias las células tumorales crecen mucho menos y de forma mucho más lenta y, por otra parte, utilizando muestras de pacientes con cáncer de ovario epitelial vemos que, cuanto más expresión de RPSAP53 hay, menor es el nivel de supervivencia global”, explica Lourdes Farré, que lidera los equipos investigadores junto a Sònia Guil.

El estudio pone a los investigadores sobre la pista, pero “hay que hacer muchos estudios complementarios y aumentar el número de modelos que hemos mirado”, apunta la doctora Farré respecto al papel del pseudogen en el desarrollo tumoral. Asimismo, aunque se ha mostrado como un potencial biomarcador en los estadios iniciales del cáncer, “hay que mirar en otras cohortes de pacientes, más amplias, para ver si se replican los resultados”, agrega.

El Idibell en l'Hospitalet de Llobregat

Sede del Idibell, en l'Hospitalet de Llobregat

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Los científicos de Bellvitge entienden que los resultados pueden contribuir al diseño de nuevos tratamientos para una enfermedad que suele tener recaídas. “Ir a buscar fármacos que puedan actuar de manera mucho más dirigida a las células tumorales sin afectar a otros tejidos normales o cambiar las concentraciones de fármacos existentes para reducir la toxicidad y combinarlos con otros fármacos más dirigidos”, plantea Farré, que se muestra “muy cauta” respecto a la traslación de los hallazgos a la práctica clínica.

“Sé que hay muchas pacientes pasando por momentos clínicos complicados y muchas familias que los sufren, por lo que no hay que exagerar las expectativas sobre una posible estrategia”, afirma. Pero el proceso avanza: “Tenemos que validar los resultados con más modelos y más pacientes. RPSAP52 es un potencial candidato, como diana terapéutica y como marcador de pronóstico, pero los primeros resultados indican que vale la pena estudiar más”.

Solo el 20% de los casos se diagnostican en estadios avanzados

A pesar de haber perdido la capacidad de codificar proteínas, los pseudogenes están frecuentemente involucrados en la regulación de vías moleculares y se ha demostrado que pueden tener un impacto significativo en diversos tipos de cáncer.

El cáncer de ovario, el octavo más común en las mujeres, es especialmente difícil de detectar porque no existen sistemas fiables de detección precoz y los síntomas no son evidentes hasta los estadios avanzados. Así, solo el 20% de los casos se diagnostican en estadios iniciales, por lo que la supervivencia media a los cinco años no llega al 50%.

“Es necesario y urgente mejorar tanto el diagnóstico como el tratamiento del cáncer de ovario. Tenemos que mejorar las herramientas diagnósticas para llegar a tiempo y optimizar las terapias para focalizarlas en el tumor y evitar los efectos adversos. Con investigaciones como esta u resultados tan prometedores, vamos por el buen camino”, afirma Farré.

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