El PP ha decidido tirar del freno de mano como solución para escapar de la polémica por la moción que los populares aprobaron la pasada semana junto a Vox en Jumilla para vetar la celebración de retos islámicos en recintos municipales. Y tras la escalada de declaraciones -especialmente las de Santiago Abascal atacando a la Conferencia Episcopal Española- ha optado por plantarse, al tiempo que ha acusado a socialistas y ultras de busca hacer “ruido” para sacar “beneficio de la confrontación”.
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