La enfermedad ocular que afecta más a mayores y es la primera causa de ceguera irreversible: “Casi la mitad de quienes la sufren, no lo saben”

Salud

La edad es un factor de riesgo para desarrollar glaucoma, la prevalencia se multiplica por dos, aproximadament, por cada década a partir de los 40

Javier Albacete, de 61 años, tiene glaucoma y sigue una disciplina estricta para conservar la visión que le queda

El riesgo de padecer glaucoma crece con la edad

El riesgo de padecer glaucoma crece con la edad. 

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Javier Albacete tiene 61 años y sufre glaucoma. Se trata de una lesión del nervio óptico que hace que, poco a poco, se te vaya cerrando el campo de visión hasta el punto de perder la vista en caso de no intervenir. El problema es que la visión perdida ya no se puede recuperar de ninguna manera, el tratamiento se enfoca a detener la progresión. En el caso de este testimonio, el glaucoma está causado por una leucemia que padece desde hace 30 años, además de tener historial familiar de la enfermedad.

 “El optometrista me decía que estaba en 21 de presión intraocular y que se tenía que controlar”, relata. “Fui al oftalmólogo del ambulatorio, en el Centro de Atención Primaria, y no le dio importancia; de hecho, fue más bien desagradable”, añade Javier.

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Me puse en manos de un médico privado, que me dijo que me quedaría ciego al cabo de cinco años

Javier

Un día el optometrista le dijo que le veía una especie de manchas en el ojo y le hizo unas pruebas, que envió a una clínica privada. “Al cabo de cuatro días (el año 2008), me llamaron y me dijeron ‘no vayas al oftalmólogo, ¡corre!’”, recuerda Javier. “Me puse en manos de un médico privado, que me dijo que me quedaría ciego al cabo de cinco años”.

La desesperación de Javier era considerable. Varios intentos de controlarle el síntoma principal (la alta presión intraocular) no funcionaron y la enfermedad iba avanzando lentamente. “Estaba horrorizado, pero en el 2011, en el Hospital Clínic, me visitó la doctora Elena Millá y me hizo una cirugía que me ha ido muy bien”, recuerda. “La visión que he perdido, perdida está, pero con la válvula que me puso, ya no irá a más”. 

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Actualmente, en Catalunya podría haber más de 176.000 personas con glaucoma, muchas de las cuales no lo saben, según datos de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF). “Cerca del 50% de las personas con glaucoma no lo tienen diagnosticado. Javier es un paciente muy consciente de su enfermedad, que no es fácil,” asegura la doctora Millá, especialista en cirugía de glaucoma del Hospital Clínic. “En 10 años se han hecho muchos avances y hay muchas opciones. Empieza por aplicarse gotas. Si no funcionan, se puede probar la intervención con láser, y como última tentativa, tenemos la cirugía”. 

La cirugía del glaucoma, actualmente, tiene múltiples opciones, la mayoría de las cuales hacen un drenaje del líquido interno del ojo, reducen la presión intraocular y evitan que el nervio óptico se lesione todavía más. 

Cerca del 50% de las personas con glaucoma no lo tienen diagnosticado

Elena MilláEspecialista en cirugía de glaucoma del Hospital Clínic

La enfermedad de los disciplinados


Javier se tiene que poner colirio cada 12 horas y cumple la pauta estrictamente “Hace falta ser muy disciplinado”, dice. Eso sí, tiene que tener mucha precaución, porque no puede hacer nada que le suba la presión intraocular. “No me puedo agachar, si me cae alguna cosa, tengo un palo con una pinza para cogerlo y dispongo de teleasistencia en casa. Tampoco puedo practicar según qué deportes ni variedades de yoga, y cuando voy andando siempre miro hacia abajo para no tropezar con nada”, comenta. “Yo trabajaba en el aeropuerto antes de prejubilarme y no me podía estrechar la corbata. Tampoco puedo beber agua muy de golpe, lo tengo que hacer a sorbitos pequeños”. 

También lamenta que la gente es muy poco sensible con las personas de baja visión, que es un grado menos que la ceguera. “A veces salgo con el bastón para estar más seguro, pero eso me genera problemas: la gente no me ve, no miran el bastón e incluso algunos se ofenden porque lo utilizo”.

Javier Albacete, paciente de glaucoma

Javier Albacete, paciente de glaucoma. 

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La importancia de prevenir: acudir al médico, calve


Javier tiene decenas de anécdotas. “Incluso han intentado robarme creyente que soy ciego. Me meten la mano en la bolsa y, claro, yo respondo y reacciono”, recuerda. “Te reirás, pero ya he roto dos bastones en dos cabezas”. 

Millá pone mucho énfasis que el glaucoma solo lo puede detectar el oftalmólogo y que, por lo tanto, se tiene que ir a partir de los 40 años, que es cuando más incidencia de glaucoma hay (un 3% en la población que supera esta edad). Y si hay antecedentes familiares, incluso antes de los 40. “Todo el mundo va al dentista, todas las mujeres van al ginecólogo, pero nadie piensa en el oftalmólogo”, lamenta la especialista. “La única manera de no perder la visión es abordando la enfermedad a tiempo”.

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