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“Nuestro sueño sería morirnos juntos, aunque al menos se nos ha concedido vivir juntos”: Joan y Glòria, 83 y 81 años, la historia de amor imposible entre un cura y una mujer casada 

Longevity

Joan y Glòria tienen más de 80 años, y hace solo 20 que están casados. Este es el final de una historia con muchos tropiezos, pero con una sola idea: el amor lo puede todo

Glòria y Joan, protagonistas de una historia de amor que rompe esquemas. 

Cedida

Joan Homs y Glòria Pujol se vieron por primera vez cuando tenían 12 y 10 años, respectivamente. Fue en el cine del Cercle Catòlic de Torelló, en Osona. Poco se esperaban la montaña rusa y las dificultades que tendrían que vivir hasta poder casarse, 50 años más tarde, en el 2005, en el santuario de la Virgen de Rocaprevera, en Torelló. 

Joan tiene ahora 83 años, “desde que era bien pequeño, con seis o siete años, no sé exactamente por qué motivo, decidí que quería ser cura”, explicaba en el Via Lliure de RAC1. No era una obligación familiar, sino un deseo interior. Se vieron por primera vez aquel 1952, pero los caminos ya se separaban. Joan empezó a estudiar, interno, en el seminario de Vic, y Glòria se marchó, también interna, a la escuela de las dominicas de Horta, en Barcelona. Quería ser maestra.

Desde pequeño, decidí que quería ser cura

Joan Homs 83 años

Y no se volvieron a encontrar hasta a principios de los años 60. Fue en Vic, él estudiaba teología y magisterio y ella también hacía magisterio. Eso hizo que compartieran algunos espacios, como conferencias y charlas. “Poco a poco fuimos estableciendo una relación de amistad en el entorno de la parroquia; y tengo que decir que a mí ya me gustaba Glòria, pero tenía muy claro que quería ser cura”, confiesa a Joan. 

Pero a partir de los 17, Glòria empezó a salir con otro hombre. “Yo ya miraba a Joan, pero él quería hacer su camino al seminario y yo quería marcharme de casa. Yo no estaba enamorada de él, no era el hombre que yo necesitaba”, explica ella en los micrófonos de RAC1. Joan asegura que le dolió la decisión de Glòria, pero también “quería que fuera feliz”.

Yo ya miraba a Joan, pero él quería hacer su camino al seminario y yo quería marcharme de casa

Glòria Pujol81 años

Y así fueron pasando los años. Los dos fueron haciendo su vida. Él, con 22 años, se marcha a estudiar a la Universidad de Deusto, en Bilbao, y ella va poniendo los pilares de la relación con su nueva pareja. Dos años más tarde, con 24 años, Joan fue ordenado cura, un 28 de agosto de 1966. El domingo siguiente ya ofició la primera misa para la familia en Vinyoles, Osona.

La sorpresa llegó dos días después. Alguien lo llamó. Era Glòria. “Me preguntó si quería oficiar la boda con la pareja que tenía en aquel momento. Dije que sí”, explica a Joan con una sonrisa. De esta manera, el 20 de septiembre de 1966, Joan y Glòria se encontraron por primera vez, juntos, en el mismo altar, pero no para casarse juntos, sino que Glòria lo hacía con otro hombre.

Glòria me preguntó si quería oficiar la boda con su pareja, dije que sí

Joan Homs83 años
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En este punto de la historia, los caminos de los dos protagonistas se vuelven a separar. Hasta 1975, cuando Joan coge la dirección del seminario de Vic. En aquel momento, el centro se había convertido en una escuela abierta, y eso permitió a Glòria apuntar al más pequeño de sus cuatro hijos. 

De esta manera, cuando ella lo iba a recoger en la escuela, se podía encontrar con Joan. “No fue ninguna casualidad, sino que pensé que esta sería la excusa para poder vernos un poco. ¡Sin pensar en ningún futuro juntos!”, confiesa a Glòria. Y continúa: “Había días que me daba poemas. Nadie lo sabía. Eran poemas de amor. Los guardo todos en la mesilla de noche y, de vez en cuando, todavía los leo”, cuenta. “En aquel momento nos empezamos a sentir atrapados. Hay gente que fue a hablar con el obispo”, explica él. “Tuvimos una conversación y yo le dije que tenía que ser feliz con su hombre”, apunta Joan.

Gloria y Joan explican que su sueño es morir juntos. 

RAC1

Todo cambia en 1995. Glòria se separa de su marido y los dos tienen vía libre para casarse. “Cuando ella se separa, algún fin de semana ya lo empezamos a pasar juntos, y en aquel momento yo dejo de decir misa”, explica a Joan. Se querían casar, pero no lo querían hacer por la Iglesia para no tener que pedir la nulidad matrimonial. Todo cambia, sin embargo, un año después. El primer marido de Glòria muere y ya no había que anular la primera boda. Joan pidió el permiso de secularización en Roma, y lo consiguió.

Y así fue como, 40 años después de la primera boda de Glòria, los dos volvieron a compartir altar. Eran un poco más viejos, pero todo era como el primer día. De hecho, se casaron en el mismo lugar, en el santuario de la Virgen de Rocaprevera, “y con la misma organista”, añade Joan. Eso fue el 2005, y todavía hoy continúan felizmente casados.

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“Yo no he tenido hijos, pero sí que he tenido nueve nietos”, dice Joan mientras mira a Glòria. Los cuatro hijos del primer matrimonio de ella tuvieron nueve criaturas y Joan se ha hecho cargo de todos y cada uno de ellos, y con mucho esmero. “A veces, me pregunto cómo es que hemos tenido tanta suerte sin buscarla activamente. Somos unos afortunados”, asegura él.

La pareja vive en Torelló. No piensan mucho en la muerte, pero en el fondo lo tienen todo hablado. “Nuestro sueño sería poder morirnos juntos, auque al menos se nos ha concedido vivir juntos”. Han tenido que pasar muchas sacudidas a la vida, sin embargo, explican, el amor lo puede todo. Se aman mucho y se amarán cada día del resto de su vida. Para siempre. “Todo lo que nos ha pasado, nos ha unido mucho. Estabamos predestinados. Luchamos mucho, sufrimos mucho, pero tenía que ser así”, explica Gloria. “Hemos construido nuestro proyecto libremente, hemos tenido que hacer un ejercicio de libertad continua”, añade Joan. Hasta que la muerte los separe. En el fondo, se lo han prometido dos veces.