Wilhelm Schmid, filósofo, 72 años: “Para tener consuelo cuando pierdes a un ser querido, debes pensar en cómo obtener energía; puede ser con una sopa, un abrazo, o pensamientos útiles e inteligentes”
Longevity
Schmid, filósofo alemán premiado y conocido por su capacidad de hacer accesible el pensamiento filosófico al gran público, publica en castellano ‘Sobrevivir a la muerte’
“La felicidad de sentirse completo viene cuando puedes mirar atrás la vida con todas sus dificultades y encontrar la visión amable, soportable”, escribe este especialista en el duelo
Wilhelm Schmid, filósofo y autor de 'Sobrevivir a la muerte'.
¿Quién no ha imaginado alguna vez lo que le falta en su existencia para conseguir que un balance vital satisfactorio en lecho de muerte? Morir en paz es un regalo que no todas las personas recibimos, un premio que no todas merecemos. “Hasta el final de la vida puede ejercer un papel la felicidad. (…) La felicidad (del moribundo) de sentirse completo se presenta cuando se puede echar la vista atrás sobre el conjunto de la vida con todos sus inconvenientes y la visión resulta soportable”.
La reflexión la escribe Wilhelm Schmid, filósofo alemán conocido por su capacidad de hacer accesible el pensamiento filosófico al gran público. Premio Meckatzer de Filosofía en 2012 y Premio Egnér suizo por su obra sobre el arte de vivir, en 2013, Schmid estudió Filosofía e Historia en Berlín, París y Tubinga, y fue profesor emérito en la Universidad de Erfurt. También ha ejercido como profesor invitado en Letonia y Georgia, y como asistente espiritual filosófico en un hospital suizo. Ahora acaba de publicar en castellano Sobrevivir a la muerte (Espasa), un buen compendio para entender lo que significa morir, el duelo, la pérdida del ser más amado cuando somos ya mayores, o en definitiva, para comprender que la muerte es parte de la vida.
Si puedo entender lo que pasa con la muerte, espero poder lidiar mejor con ella
Dice que el método preferido hoy en día para sobrevivir a la muerte es simplemente no hablar de ella. ¿Cómo se aprende a hablar de la muerte sin miedo, de forma natural, para integrarla en la vida?
Espero que empezar mi libro pueda ayudar (ríe). Es un experimento hablar de la muerte sin religión de por medio y de manera racional, a base de experiencias personales. Es muy importante la experiencia personal de una persona que no pertenece a una religión concreta. Como filósofo, solo quiero entender lo que pasó —con la muerte de mi esposa, y con la muerte en general—, y tuve la experiencia de cómo lidiar con esta situación; quizás esto ayude a la gente, primero, a encontrar palabras, y segundo, a encontrar ideas sobre como afrontarlo.
¿Por qué es tan importante entender la muerte, según usted? ¿Por qué cree que es tan relevante para nuestro ser?
Si entendemos algo, podemos sostenerlo o transitarlo mejor. Un ejemplo, si entiendo lo que es la pubertad —la situación por la que pasan los adolescentes— lo puedo lidiar. Si no lo entiendo, no puedo transitarlo. Si puedo entender lo que pasa con la muerte, espero poder lidiar mejor con ella.
El problema es que quizás nadie sabe lo que pasa con la muerte. Porque nadie sabe lo que sucede después. Es la gran incertidumbre de la humanidad…
Sí, hay algunas respuestas que resultan muy útiles. Por ejemplo: con la muerte, lo único que muere es el cuerpo, pero lo más importante de la vida permanece. ¿Y qué es eso tan esencial? La energía. Piénselo: si una mañana nos levantamos sin energía, el día está perdido, ¿verdad? La energía es lo más relevante de la vida. Y cuando llega la muerte, toda esa energía abandona el cuerpo en un instante. No es una simple teoría: lo vemos en la práctica clínica, al medir lo que ocurre en el cerebro y en el corazón. Ambos funcionan gracias a impulsos eléctricos, y en el momento de la muerte esa energía sale. Hablamos de energía física, medible, no de algo irracional. Y en física sabemos que la energía no desaparece: se transforma en calor, en movimiento, en otras formas. ¡La energía nunca muere! Esto me da la certeza de que la esencia de mi esposa permanece, y ese pensamiento es fundamental para poder afrontar su ausencia.
Entonces, una persona muere, pero su energía no. ¿Cómo se manifiesta, por ejemplo, en el día a día de la persona amada que ha perdido a su pareja?
Es una cuestión de sentimiento. Yo puedo percibir la presencia energética de mi esposa, pero eso depende mucho del tipo de relación que existía. Si fue una relación cercana, esa presencia se siente; si no lo fue, no hay nada que percibir. Algunos dirán que se trata de una ilusión. Puede ser, pero es una ilusión compartida por muchísimas personas. Para mi libro hablé con muchas de ellas en situaciones similares, y todas describían esa misma sensación: la presencia energética del ser querido. No se trata de una verdad objetiva, sino de una experiencia intersubjetiva. Si tantas personas coinciden en vivirla, algo debe de haber, aunque no sepamos con certeza qué es.
Con la muerte, lo único que muere es el cuerpo, pero lo más importante de la vida permanece: la energía
¿Qué piensa de las experiencias cercanas a la muerte? Cada vez tenemos más testimonios, y también más investigación sobre ellas…
Yo mismo tuve una experiencia como esta, cercana a la muerte, hace mucho tiempo, en mi juventud. Aunque han pasado muchos años, recuerdo muy bien que fue increíble, maravilloso, mágico. Fue mágico estar fuera del cuerpo, mirar desde afuera en mi propio cuerpo. Y no fue sufrimiento volver al cuerpo, sino que fue sufrimiento volver a dentro. Si esto es similar a la situación después de la muerte, es una experiencia fantástica, pero no lo sabemos realmente, no tenemos pruebas.
Citando Epicuro, escribe “una buena vida es la mejor preparación para la muerte”. Pero, ¿qué significa una buena vida? ¿En qué sentido?
Normalmente, evito hablar de una buena vida, hablo de una vida hermosa —que también puede ser mala, pero profunda a la vez, y por eso hermosa—. Estar presente en la situación de una persona muriendo no es la mejor situación, pero es muy profunda, y por tanto también hermosa. Una buena vida siempre significa evitar experiencias malas, pero no las podemos esquivar. En una vida hermosa, la pregunta es ¿estoy cumplido con mi propósito de vida? No me refiero solo a las buenas experiencias, sino también a las malas. De hecho, yo he tenido una experiencia maravillosa porque acabo de estar viajando por todo el mundo, durante dos meses. En una situación como esta, no solo tienes buenas experiencias, sino también malas. Y si me preguntaran si fue bello, diría que sí.
Tuve una experiencia cercana a la muerte. Fue maravilloso, mágico
Para alguien que tiene 70 u 80 años y piensa que es demasiado tarde para tener una buena vida o una vida plena, ¿qué les diría?
Les diría: “Miren, tengo 72 años; en mi cumpleaños este año, me pregunté qué me faltaría hacer, qué puedo echar de menos haber hecho a los 75 u 80 años. Y mi respuesta fue, un viaje alrededor del mundo, lo que había soñado con mi esposa”. Me di cuenta de que ahora es el día, a los 72 años, en mi cumpleaños decidí que lo haría y lo hice. Así que, con 70 años, la vida no termina. No puedes hacerlo todo, pero puedes hacer cosas, y deberías hacerlas. No puedes estar lamentándote.
¡Felicidades! Y en el libro escribe también que “la felicidad de sentirse completo viene cuando puedes mirar atrás la vida con todas sus dificultades y encontrar la visión amable, soportable”. Creo que cuando estás muriendo estás en paz si piensas que has hecho lo que deberías y que no tienes muchos sueños por cumplir, ¿no es así?
No puedo hacer todo, nadie puede hacer todo lo que quiso en la vida, y es muy útil decirse que habrá vida después de la vida: “lo que no hice ahora aquí, lo haré entonces allí”. Si la gente me dice “¡Oh, es una ilusión!”. Yo responderé “¡sí, tal vez sea una ilusión! Pero es una ilusión hermosa”.
Cuando habla de cuidados paliativos dices que el sentido del tacto permanece hasta el último momento de la vida y también el oído. ¿Qué consejos le daría a la gente acompañándola en los últimos días de una persona amada? Es muy importante el tacto, como el habla…
Sí, eso es fundamental. Las personas hospitalizadas, en ese momento, necesitan recibir una mano, solo una mano. Tal vez quien está muriendo no sea capaz de hablar porque requiere mucha energía, pero puede escuchar y es crucial hablar con esa persona.
También dice que “hasta el fin de la vida, la felicidad todavía puede jugar un papel”. ¿Cómo podemos ayudar a alguien que está muriendo a experimentar momentos de bienestar y felicidad incluso mientras se acerca al final de sus vidas?
Depende de la persona. ¿Qué es la felicidad para esta ella? Cuando trabajaba en un hospital, un paciente pidió, al final de sus días, salir al exterior sin ropa en un día de lluvia, para notar el agua sobre el cuerpo. ¡Lo pudimos cumplir! Y creo que la pregunta es, “¿qué es un momento feliz para usted?”. Podemos intentar darle este momento feliz a la persona que está en sus últimos días. La vida no está llena de momentos felices, pero so muy necesarios. Tal vez una bebida o algo para comer especial… Pequeñas cosas. Al final de la vida pequeñas cosas se convierten en muy importantes.
Una bebida o algo para comer especial… Al final de la vida pequeñas cosas se convierten en muy importante
Describe las etapas de la tristeza que se mueven de la negación a la magia y finalmente a la gratitud… Y usted dice que la tristeza puede ser letal porque el fenómeno del corazón roto es real.
Sí, el fenómeno del corazón roto es real, lo sabemos por las estadísticas; muchas personas mueren después del ser querido, pocas semanas o meses después. Era consciente de este peligro, y mi esposa también. Además, éramos conscientes porque tenemos hijos y uno debía permanecer. En este caso, soy yo. ¿Cómo evitar el corazón roto? Le pregunté a un amigo, un amigo español, que sufrió la misma situación hace algunos años y le pregunté “¿cómo puedo sobrevivir sin mi querida esposa?” Y me respondió: “necesitas un proyecto hermoso”.
¿Qué es un proyecto hermoso, por ejemplo?
Estar ahí para los hijos es un proyecto hermoso, para los amigos, para mi trabajo… ¡Tengo un trabajo maravilloso, estoy escribiendo libros! Mi esposa tenía un proyecto magnífico, un jardín que yo llevé a cabo con su espíritu, ahora es un jardín para mí, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, un jardín para los próximos cien años, para todo el mundo. Yo lo llevé a cabo.
Wilhelm Schmid, filósofo.
Enhorabuena de nuevo… También habla del poder del consuelo, y dice que lo que consuela más cuando perdemos a nuestro ser querido —o uno de ellos— son las experiencias significativas. Explíquenos… ¿Cómo se consigue el consuelo?
Fue mi pregunta personal, ¿cómo puedo conseguir consuelo? Mi problema era que en ese momento, cuando murió mi esposa, no tenía energía. Además, estaba totalmente desconsolado. Así que me di cuenta de que hay una relación entre no tener energía y no tener consuelo. Y, ¿cómo obtener energía? Hay que pensar, de acuerdo con cada etapa de la vida, empezando por la cuestión física, cómo puedo conseguirla. Por ejemplo, una sopa simple, me da calor, me da bienestar. Emocionalmente y físicamente quizá obtengo energía con un abrazo: si tengo hijos, amigos… me pueden abrazar. Tercero, puedo obtener energía con pensamientos inteligentes, útiles. En una situación difícil encontrarás estas sentencias o soluciones que te consolarán.
Dice que el sexo consuela también. Así que tal vez la sexualidad, la intimidad, es importante en este momento de la vida cuando estás viviendo esto. ¿No?
Sí, aunque es difícil de hablar sobre ello. Pero en efecto, ayudaría mucho tener sexualidad, plenitud en la sexualidad. Si hubiese tenido otra edad, 50 o 55, hubiese podido mirar a otra persona, pero ahora tengo 70-72. Y por eso decidí que es el final de la sexualidad. No usé la energía que viene de la sexualidad, pero en efecto, es una buena idea usar la sexualidad en este sentido.
Durante el duelo hay que pensar, de acuerdo con cada etapa de la vida, empezando por la cuestión física, cómo puedo conseguir energía
En su libro advierte contra las promesas de inmortalidad: «La muerte es un argumento muy fuerte a favor de la vida, no en contra». No cree que sea una buena idea pensar en vivir para siempre, ¿verdad?
Podemos experimentar, pero estoy muy seguro que no es una buena idea llegar a ser inmortal, porque entonces la vida no significa nada. La vida significa algo o mucho porque puede terminar. Tal vez es similar al oro. ¿Por qué el oro tienen tanto valor? Porque no hay demasiado. Podríamos decir que los años de vida son puro oro. Si la vida no termina 500 años o 1.000 años… ¡Sería aburrido!
Dice que hemos perdido las formas tradicionales de relacionarnos con la muerte. Por ejemplo, yo sé que acompañar a la persona hoy en día es muy diferente que hace unas décadas antes. ¿Es un problema? ¿Hemos perdido madurez ante la muerte y los rituales?
Sí, es un problema, pero no podemos evitarlo. La tradición no era una cuestión de decisiones, teníamos o debíamos hacer esto y aquello. Rompimos con esas tradiciones porque queríamos decidir y ahora podemos decidir. Podemos decidir si queremos la forma tradicional de despedida, la religiosa, o no. Ahora tenemos esa libertad.
Pero, ¿por qué cree que es un problema perder las formas tradicionales de manejar la muerte?
Porque la gente no tiene otra idea de cómo lidiar con ello. Deberíamos tener ideas de cómo lidiar con la muerte, estamos perdidos. Yo tuve que preguntarme como afrontar la muerte de mi esposa, si no creo en ninguna religión, aunque la considere importante. Hubo muchas decisiones, tuvimos que decidir muchas cosas, y lo hicimos. Pero por eso sé que es difícil. Sería mejor tener tradiciones, tener religión. Esta fue una cuestión del desarrollo de nuestras sociedades, las sociedades modernas podían desarrollarse solo rompiendo con la religión y la tradición. Y ahora tenemos que hacer el trabajo de crear nuevas formas, de cómo lidiar con la vida y con la muerte, pero es complicado. Lo haremos, pero nos costará siglos.