“Hasta los 100 años nunca tuve ni una gripe. Ahora los huesos ya no resisten como antes. Si no me hubiese roto ninguno, estaría mejor, pero desde enero me han operado cuatro veces. Tuve una infección del fémur cuando me lo rompí”. Así resume Carme Noguera su estado de salud actual, a los 111 años, en declaraciones a El món a RAC1, cuando se acaba de convertir en la mujer más longeva de Catalunya y de España, tras la muerte de Angelina Torres.
Noguera, nacida el 22 de agosto de 1914 en Olot (Girona), vive en Taradell con su hija, y ha hablado de nuevo con Jordi Basté en la radio de la que es fiel oyente y seguidora, y con la que ha ido manteniendo conversaciones en directo tras algunos de sus últimos cumpleaños.
Hasta los 100 años nunca tuve ni una gripe
Noguera ya explicaba a La Vanguardia que no bay secreto para llegar con una mente tan lúcida a esa edad. “No hay ningún secreto; se trata de trabajar, comer bien y dormir bien”, relataba la enfermera, una de las pocas de su generación que pudo ejercer.
“Con unos cuantos médicos y una enfermera montaron una escuela. Cuando empecé la formación éramos cinco o seis, cuando terminé ya éramos más de cincuenta”, relata al teléfono, en la radio. Como contaba ayer, trabajó como enfermera en el Clínic en los primeros años de la Guerra Civil. Hace siete años, cuando ya pasaba de los cien, se afilió a la ONCE.
Como ante la llamada de La Vanguardia, en conversación con Basté pide una y otra vez que no se la trate de “usted” —sin demasiado éxito, por esa convención que hace que nos suene antipático tratar a un centenario de tú—.
Cuenta Noguera que lo primero que hace tras levantarse es lavarse la cara y desayunar un café con leche y galletas. “Después, al sofá, a hacer el holgazán”, rie y hace reir a quienes la escuchan. Su dieta, afirma, no tiene nada de especial. “Estoy en casa de mi hija y como lo que me dan. Nunca pido nada especial”.
Carme Noguera.
A sus 111 años, va a cantar a la coral, con la que ahora prepara un concierto de navidad. “Será en Taradell, aquí”. Puede que las relaciones sociales sean otro de los ingredientes de esa receta secreta que ella no reconoce tener. “Un día a la semana vienen nuevas amigas y lo pasamos en grande. Pasamos toda la tarde muy bien”. Pasan la tarde charlando, aunque Carme echa de menos leer en la cama. “Un día abrí una novela a las diez y cuarto de la noche, leí y leí, y cuando me di cuenta eran las siete y cuarto de la mañana. Entonces ya me fui a trabajar”, relata, añorando esa afición que ahora no puede llevar a cabo por problemas de vista.
“He fumado un poco, no demasiado”, reconoce. “Ahora tampoco bebo, lo tengo prohibido, porque con los medicamentos que tomo no puedo beber nada de alcohol”, explica animada, Carme. Y ante la insistencia de las preguntas sobre si a los 111 años no se puede permitir una alegría y dar menos importancia a estos consejos, ella insiste: “Si no puedo beber, no bebo, ya está. Hay que obedecer.”
He fumado un poco, no demasiado. Ahora tampoco bebo, lo tengo prohibido
Además de pasar tardes con amigas y dormir cada día la siesta, para Noguera otro placer es la radio. “En la radio escucho al Barça, a Joan Maria Pou. Pero también soy del Girona, porque soy de la provincia”, cuenta. Y es que Carme, como la fallecida María Branyas, es nacida en Olot.
Amigas, dieta sin complicaciones, nada de beber ni fumar, dormir bien y echar la siesta, escuchar la radio… Quién sabe si estos buenos hábitos de Carme Noguera se pueden usar como receta de longevidad. Cada vida es un mundo… pero es cierto que la de Noguera está siendo plena y larga.



