La infancia representa una etapa determinante para una persona, ya que todas aquellas experiencias y relaciones que se construyen durante esos años tendrán un impacto en la vida adulta. Los niños que han experimentado situaciones o circunstancias traumáticas tendrán más posibilidades de desarrollar problemas psicológicos en su etapa adulta, aunque esto no siempre tiene por qué ser así. Uno de los factores clave para que eso suceda es que los menores carecen de recursos psicológicos que les permitan lidiar con esas experiencias negativas. El resultado consiste en una serie de heridas emocionales que llegan hasta la edad adulta y que se manifiestan cobrando forma de diferentes trastornos y enfermedades.
Los problemas de autoestima, los pensamientos obsesivos, la dificultad para manejarse en las relaciones interpersonales o la ansiedad son algunos de ellos, según enumera la psicóloga Raquel Aldana. Además, destaca que el desarrollo o no de estas heridas emocionales que se cultivan durante la infancia y afectan a la vida adulta dependen a su vez de diferentes condicionantes, como pueden ser la intensidad del evento traumático, la madurez emocional de la que se disponía y el apoyo recibido o la falta de este. En lo que se refiere a estas heridas emocionales, la especialista destaca cinco tipos en particular.
¿Qué tipos de heridas emocionales de la infancia existen?
Las experiencias traumáticas durante la infancia pueden dar lugar principalmente a cinco tipos de heridas emocionales en la vida adulta, explica la psicóloga Raquel Aldana.


