Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón, son afecciones complejas que no sólo impactan a quien lo padece, sino también a su entorno familiar. Según explica Beatriz Verdi, dietista-nutricionista especializada en TCA, la terapia familiar es un pilar fundamental para lograr una recuperación sostenible. La especialista remarca la importancia de un tratamiento multidisciplinar que involucre a los seres queridos como parte activa del proceso.
Los TCA son trastornos graves que alteran la relación de una persona con la comida y su cuerpo, con consecuencias tanto físicas como psicológicas. Según Verdi, estos trastornos suelen estar influenciados por una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales, donde las dinámicas familiares juegan un papel crucial. Entre los factores de riesgo se encuentran las presiones sociales, problemas emocionales como la ansiedad y dinámicas familiares disfuncionales. En este sentido, es esencial comprender que la recuperación no puede lograrse de forma aislada: la familia debe involucrarse activamente para generar un entorno de apoyo que promueva la sanación.
¿Cómo ayuda la terapia familiar?
1Mejora la comunicación: fomenta un espacio seguro donde todos los miembros pueden expresar sus preocupaciones y sentimientos. Esta comunicación abierta es clave para desmantelar patrones de interacción disfuncionales que pueden perpetuar el trastorno.
2Identifica y cambia patrones perjudiciales: muchas veces, los TCA se desarrollan en contextos de sobreprotección, control excesivo o críticas constantes. La terapia ayuda a identificar estas dinámicas y a establecer interacciones más saludables.
3Crea un entorno de apoyo: un sistema familiar cohesionado puede ser un recurso invaluable para el paciente. “La familia juega un rol crucial en el manejo de situaciones desencadenantes y en la prevención de recaídas”, señala Verdi.
4Previene recaídas: involucrar a la familia no sólo ayuda en el proceso de recuperación inicial, sino que también fortalece las herramientas necesarias para evitar recaídas en el futuro.
Para que la terapia familiar sea efectiva, es indispensable el compromiso de todos los miembros. “El esfuerzo conjunto es lo que marca la diferencia entre la recuperación y el estancamiento”, recalca Verdi. La selección de un terapeuta especializado y la participación activa en las sesiones son pasos esenciales hacia un tratamiento eficiente. La terapia familiar no es sólo una herramienta, sino una estrategia esencial para abordar los TCA de manera sostenible. En palabras de Verdi, “superar un trastorno alimentario requiere una red de apoyo sólida, y la familia es el núcleo de esa red”.


