El gato doméstico se originó en el norte de África y se extendió por Europa hace solo 2.000 años

Ciencia

La mayor investigación genómica del felino revela que el Imperio romano fue clave en su expansión

Un gato montés africano, la especie de la que desciende el gato doméstico, tras cazar un lagarto

Un gato montés africano, la especie de la que desciende el gato doméstico, tras cazar un lagarto

Fanie Heyman / Getty

El gato doméstico (Felis catus) se originó en el norte de África a partir del gato montés africano (Felis lybica) y, tras ser venerado en el Antiguo Egipto, se expandió por Europa hace unos 2.000 años de la mano del Imperio romano. Así lo demuestra la mayor investigación genómica sobre el felino, en que científicos de 13 países -entre ellos España- han analizado el ADN de 70 gatos hallados en sitios arqueológicos de los últimos 11.000 años y de 17 gatos salvajes.

Los resultados, que se presentan hoy en la revista Science, refutan la hipótesis popular de que los gatos empezaron a convivir con los humanos como cazadores de roedores en los inicios de la agricultura y que se expandieron desde Oriente Medio durante el neolítico para proteger las cosechas. 

La especie del gato doméstico (Felis catus) desciende del gato montés africano (Felis lybica)

La prueba más antigua de convivencia de gatos con humanos corresponde a un espécimen de hace 9.500 años enterrado junto a una persona en Chipre. También se han encontrado restos de gatos en yacimientos arqueológicos de comunidades agrícolas de hace unos 8.000 años en Israel. Dos mil años más tarde, hace 6.000, aparecen los primeros restos en Egipto, donde llegaron a ser venerados hasta el punto que la diosa Bastet se representaba con cabeza de gato.

Pero, aunque los gatos domésticos y los salvajes son especies diferentes, sus esqueletos son tan parecidos que es imposible determinar si los restos arqueológicos corresponden a unos o a otros. Además, los cachorros de gatos salvajes pueden aprender a convivir con personas. “Un gato arqueológico encontrado en un entorno doméstico no es necesariamente un gato doméstico”, explica en un artículo de análisis publicado en Science el biólogo evolutivo Jonathan Losos, de la Universidad Washington en San Luis (EE.UU.), que no ha participado en la investigación.

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Los antiguos egipcios veneraban a los gatos. En la imagen, copia de una pintura de una tumba faraónica de alrededor del año 1.500 antes de Cristo

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El análisis genómico confirma que los gatos domésticos están más estrechamente emparentados entre ellos que con cualquier especie de gato salvaje y, por lo tanto, que forman un grupo aparte. Entre las diferentes especies de gatos salvajes, su mayor parentesco es con el gato montés africano (Felis lybica), y no con el euroasiático (Felis silvestris), lo que indica que descienden del africano.

Todos los gatos de más de 2.200 años de antigüedad que se han analizado, y que se habían hallado junto a restos humanos en contextos arqueológicos, tienen genomas de gato montés euroasiático. Por lo tanto, no son gatos domésticos (de la especie Felis catus) sino gatos salvajes domesticados. 

Para los análisis genómicos, los investigadores han secuenciado el ADN del núcleo de las células, que aporta más información que el de las mitocondrias. Una investigación anterior basada en ADN mitocondrial había sugerido en 2017 que los gatos se habían extendido por Europa con la expansión de la agricultura hace 6.000 años, pero no había demostrado que los gatos fueran domésticos y no salvajes.

Con los nuevos datos, los restos más antiguos de gatos domésticos en Europa corresponden a un animal que murió entre 50 y 80 años  antes de Cristo en Mautern (Austria). “Desde la era del Imperio romano, los gatos se extendieron por toda Europa a partir de una población del norte de África”, escriben en Science los autores de la investigación, dirigida por Claudio Ottoni, de la Universidad de Roma Tor Vergata. “El ejército del Imperio romano y su séquito jugaron un papel en la expansión de los gatos domésticos”. En el primer siglo de la era cristiana los gatos domésticos ya habían llegado al norte de Europa y a Inglaterra.

Gato

El gato doméstico tiene la cabeza algo más pequeña que los salvajes y se ha adapado a no temer a las personas 

MEHMET SALIH GULER

La investigación se enmarca en el proyecto Felix, una iniciativa liderada por Claudio Ottoni y financiada por el Consejo Europeo de Investigación para estudiar los orígenes y la evolución de los gatos domésticos y sus relaciones con las sociedades humanas. Un próximo objetivo del proyecto, iniciado en 2021 y con financiación hasta finales de 2026, es secuenciar más genomas de gatos del norte de África para ubicar con más precisión el lugar en que aparecieron los gatos domésticos y el momento en que lo hicieron.

“¿Fue la tierra de los faraones realmente el lugar donde se produjo todo el proceso de domesticación, o fue simplemente el lugar final donde los cazadores de ratones que se habían adaptado en otro lugar a vivir cerca de los humanos evolucionaron hacia compañeros domésticos?”, se pregunta en Science Jonathan Lossos, que es especialista en la evolución de los gatos. Los datos obtenidos por el proyecto Felix hasta la fecha sugieren que el noroeste de África, entre Túnez y Marruecos, pudo ser el lugar de origen de los gatos domésticos.

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