Científicos de la Universidad de Loma Linda en California, entre otros, han encontrado y registrado con gran detalle 16.600 rastros de terópodos, la clase de dinosaurios que abarca al Tyrannosaurus rex. Su investigación, que abarca seis años de expediciones frecuentes y que fue dada a conocer el miércoles anterior en la publicación PLOS One, señala que este descubrimiento constituye la mayor cantidad de huellas de terópodos documentadas a nivel global.
El mayor hallazgo de huellas de dinosaurios del mundo
Según la investigación, los dinosaurios que reinaban en la Tierra y se desplazaban por esta zona también hicieron esfuerzos torpes para nadar aquí, marcando lo que era sedimento blando en el lecho del lago para dejar otras huellas 1.378.
Sus garras se hundieron en el lodo justo antes de que el nivel del agua aumentara, ocultando sus huellas y salvaguardándolas de la erosión a lo largo de los siglos, según los científicos.
A pesar de que la naturaleza ha logrado conservar estas huellas, la actividad humana las ha puesto en peligro en numerosas ocasiones. Durante años, los agricultores cultivaron maíz y trigo en las mesetas donde se encontraban estas huellas. Los canteros de las cercanías, al extraer caliza, ignoraron en gran medida estas formaciones. Y hace tan solo dos años, según los científicos, equipos de construcción que realizaban excavaciones en las laderas estuvieron a punto de destruir un sitio significativo de huellas de dinosaurios, hasta que la intervención del parque nacional lo evitó.
Los especialistas sugieren que estas anomalías podrían vincularse a la notable falta de restos fósiles, incluyendo huesos, dientes y huevos de dinosaurio, en el área. A pesar de la abundancia de huellas y evidencias de desplazamiento acuático descubiertas en Toro, Bolivia, se ha encontrado una escasez casi total de material óseo, a diferencia de lo que se observa en las elevaciones y depresiones geográficas de la Patagonia argentina y la Campanha brasileña.
Sin embargo, la ausencia de restos óseos podría atribuirse a factores naturales. El grupo de investigación señaló que la abundancia y disposición de las pisadas, junto con su hallazgo uniforme en una sola capa de sedimento, indican que los dinosaurios no establecieron su hábitat en la actual Bolivia, sino que transitaron por una antigua ruta costera que abarcaba desde el sur de Perú hasta el noroeste de Argentina.
La diversidad en las dimensiones de las pisadas sugería que seres colosales de unos 10 metros de estatura transitaban en grupo junto a pequeños dinosaurios emplumados, de apenas 32 centímetros de alto a la altura de la cadera.
Al ofrecer una visión general de las actividades diarias, las pisadas “revelan lo que los esqueletos no pueden”, según indicó Anthony Romilio, un paleontólogo de la Universidad de Queensland (Australia) que no formó parte de la investigación. Únicamente a partir de las huellas, los científicos pueden establecer cuándo los dinosaurios se desplazaban, aumentaban su velocidad, paraban o cambiaban de dirección.
No obstante, la razón por la cual se congregaron en gran número en esta meseta expuesta al viento aún no está clara.