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El soldado, la bebida con café y gaseosa que muchos confunden con un cortado aunque no se le parece en nada: ”50 años en hostelería y es la primera vez que lo oigo”

Clásico español

El recuerdo de esos cafés pasa de generación en generación y en algunos locales se mantiene vivo, aunque casi siempre escondido

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Muchas personas, incluso hosteleros, no saben de qué se trata

En las barras españolas sigue habiendo cafés que apenas suenan entre las nuevas generaciones. Uno de ellos es el soldado, un nombre que puede confundir a cualquiera con referencias militares, pero que en realidad designa una bebida peculiar.

Se trata de una combinación que durante años muchos han asociado a recuerdos familiares, sobre todo en sobremesas donde el café se servía acompañado de gaseosa. Con el tiempo, este preparado quedó arrinconado frente al auge de los cortados, lattes o cappuccinos, pero todavía sobrevive en algunos locales que se resisten a dejarlo desaparecer. ”50 años en hostelería y es la primera vez que lo oigo”, dijo un usuario en redes.

La receta es sencilla en apariencia, aunque tiene sus matices. El punto de partida es un espresso, servido en taza o vaso, y un segundo vaso con gaseosa o tónica. La clave está en verter el café sobre la bebida carbonatada, generando un contraste entre lo amargo y lo burbujeante.

En ciertos bares se ofrece también un vaso de hielo aparte para que el cliente decida si quiere rebajar la intensidad y tomarlo frío. Hay quienes incluso lo acompañan de una rodaja de limón fresco, que potencia los matices cítricos y suaviza el amargor del café.

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El caso es que, mientras otros cafés se abren paso en cafeterías más modernas, el soldado sigue apareciendo de vez en cuando en bares de carretera o en locales con parroquianos fieles. Y aunque hoy se hable más de los cafés de autor que de estas mezclas clásicas, pocos pueden negar que este café con burbujas conserva un encanto particular, sobre todo cuando lo sirven bien frío en un vaso helado.