Costalara 2022 es el vino de una nueva mirada, un nuevo concepto de Ribera del Duero más contemporáneo y actual. Se persigue conjugar la personalidad de la zona y el terruño de Anguix. Todo ello, aseguran desde la bodega, con el objetivo firme de alcanzar “sutileza, finura y, fundamentalmente, elegancia”. Afirman que “disfrutable desde ahora, este vino demuestra un notable potencial para ganar complejidad y refinamiento con el paso del tiempo”. Este nuevo tinto se ha presentado este pasado miércoles en la bodega de Pagos de Anguix.
Muchas cosas se estrenan en este tinto fino ribereño que marca el nuevo camino cualitativo de Pagos de Anguix, del grupo de las cavas Juvé & Camps. Para empezar, este tinto forma parte de la nueva etapa en la que se ha cambiado, incluso, el protocolo para vinificar.
Se han introducido maceraciones en frío con el fin de preservar los precursores aromáticos de las uvas, y potenciar la expresión de la fruta. Costalara también estrena, con la añada del 2022, una nueva etiqueta. Además, fue una añada récord en cuanto a IPT (el índice para medir de manera objetiva, a través de un análisis con espectrofotómetro, la materia colorante de los mostos y vinos).

La ribereña bodega de Pagos de Anguix
Costalara es el nombre de un paraje de Anguix, en la provincia de Burgos. Se crio durante 12 meses en barricas (75% de roble francés y el resto de americano) en una bodega en la que no se ha dejado de invertir en los últimos años y que ha actualizado su parque de barricas. Un tercio de la madera en la que se ha criado el Costalara 2022 es nuevo, un tercio de un año y el otro tercio de dos. Se afinó durante un año en botella antes de salir al mercado.
Se trata de un Ribera del Duero con certificación ecológica. Es un 100% tinto fino nacido en suelos pedregosos sobre un fondo arcillo-calcáreo, con vides conducidas en Cordón Royat (2.500 pies por hectárea). Fue elaborado con uvas concentradas, fruto de la calurosa añada. Se vendimió huyendo de las pasificaciones. La acidez total en tartárico, sin embargo, alcanzó los 5,3 gramos por litro, y el pH 3,74. Se vinificó por parcelas. Su filtración fue suave. De esta añada se han elaborado 100.024 botellas de 75 cl y 8.140 de litro y medio.

Viejo viñedo en vaso de este paraje burgalés
Está muy bien cubierto (de capa alta) y muestra el color de las cerezas picotas. Es brillante y con las lágrimas tintadas. En fase olfativa despliega profusión de notas que recuerdan a la fruta negra y también a la roja, a la violeta, a especies (especialmente pimienta), a balsámicos (romero) y torrefactos (café). Todo ello en un lecho láctico y con marcadas notas chocolatosas y las que recuerdan al regaliz.
En fase gustativa recuperamos la fruta fresca algo licorosa, bien compensada por una buena sensación de acidez. Los taninos son algo recios. Algo más de paso por botella le sentará bien. El final es largo y refrescante, con recuerdos mentolados. Excelente es la integración de la crianza en madera.

Meritxell Juvé, Joan Juvé y José Manuel Pérez Ovejas
El director técnico de Pagos de Anguix, el enólogo José Manuel Pérez Ovejas, lo describe como un vino “opulento y con volumen”. Afirma que “se ha buscado un tanino más preciso y envolvente”. De hecho, han querido huir de la rusticidad buscando la sedosidad. La también enóloga de la bodega Belén Miguel no tiene duda alguna de que “es la mejor interpretación de nuestro terruño hecha hasta ahora”.
Es el vino que marca el rumbo de los últimos años, mostrando a dónde queremos llegar”
Para la consejera delegada, Meritxell Juvé, “es el vino que marca el rumbo de los últimos años, mostrando a dónde queremos llegar”. Y añade que la altitud donde crecen sus viñas, a unos 850 metros sobre el nivel del mar, “se tiene que notar”. El presidente de la compañía, Joan Juvé, no esconde que le “encanta”. Destaca que es “de trago sutil”, y que “su volumen arropa bien sus 15º de alcohol”. Destaca la armonía, y añade que “al ser todo viñedo propio nos permite conseguir continuidad en cuanto a la personalidad”.

Vinificación de la añada del 2023 del Costalara
La próxima añada de este vino será la del 2023, que se embotelló el pasado mes de mayo. Es un vino que exhibe más frescor que la del 2022, y también una menor graduación alcohólica (14º). Se ha criado en barricas (también un 75% de roble francés y un 25% de americano) durante 14 meses. Ya apunta muy buenas maneras.
Desde esta bodega burgalesa recomiendan acompañar el Costalara 2022 con platos de sabores intensos. Proponen desde un cochinillo a asados de carne blanca o roja y pescados intensos a la brasa. José Manuel Pérez Ovejas lo prefiere con un solomillo a la brasa, Belén Miguel con un lechazo del tradicional restaurante Nazareno de Roa, Meritxell Juvé con una butifarra con judías o bien con un fricandó, el enólogo Perico Elena Viadero (histórico miembro del equipo técnico de la bodega) con atún rojo con salsa suave de Roquefort y Joan Juvé con una buena perdiz estofada. Recomiendan una temperatura de servicio de 16 ºC.

Sala de barricas de Pagos de Anguix
En esta bodega, que se ha abierto a enoturismo bajo demanda concertada, elaboran unas 200.000 botellas anuales. Exportan en torno a un 12% de su producción. Suiza, México, Estados Unidos, Dinamarca, Puerto Rico y Alemania son sus principales mercados internacionales.
Pagos de Anguix es uno de los sueños hechos realidad de Joan Juvé, que retomó este proyecto coincidiendo con la vendimia del 2018. Adquirió la bodega y sus viñedos en 2019. Llevaba muchos años visitando una zona que siempre le ha atraído. Recuerda que ya en los primeros años de los 90 del siglo pasado “me obligaba a venir aprovechando que iba a vender a Madrid”.
Con los años fue cimentando una relación de amistad con muchos bodegueros ribereños. Entre quienes entabló una buena amistad se encuentra Agustín Alonso, quien fue director técnico del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero. De hecho, Agustín Alonso llegó a ayudarlo en los inicios de este destacado proyecto.

Vendimia manual en esta bodega de la DO Ribera del Duero
En Pagos de Anguix suman 42 hectáreas de viñedos, y otras 40 en Olmedillo de Roa (el Mirador). En el año 2000 ampliaron su apuesta por este proyecto comprando el antiguo proyecto de Campos Góticos. Para conseguir sus viñas se vieron obligado a comprar su bodega. La edad media de las 82 hectáreas de viña de Pagos de Anguix es de 35 años.
Explican que “la continuidad de una gran labor y la búsqueda de la excelencia se unen en la filosofía de elaboración de Pagos de Anguix”. Y, la vez, señalan que disponen de “un valioso patrimonio vitícola, situado en una de las mejores zonas de la Ribera del Duero, una acentuada conciencia ecológica y la vocación de hacer vino que perdure en el tiempo”. También manifiestan que “la exigencia, el rigor en el trabajo de campo y el compromiso con el entorno se reflejan en unos vinos con vocación de grandeza”.
Costalara 2022, de Pagos de Anguix
DO Ribera del Duero
Variedades de uvas: tinto fino
Precio: 22,90 euros