¿Utilizas el mismo aceite para todo? ¿Te has preguntado alguna vez por qué hay tantos aceites de oliva diferentes en el supermercado? No todos los aceites de oliva son iguales, y por eso vale la pena clarificar qué quiere decir cada concepto y cuáles son de más calidad.
Una cosecha de olivas pasa por unos procesos y tratamientos, y de cada acción se deriva un aceite diferente. Después, estos aceites se pueden mezclar, y eso da como resultado nuevos productos, que también se incluyen en la lista.
A continuación te ofrecemos la clasificación de aceites de oliva que se pueden encontrar en el mercado.

Aceite de oliva virgen extra
Es zumo de oliva, directamente, y extraído solo por medios mecánicos. Es el aceite de mayor calidad, sin defectos y con una acidez máxima de 0,8 grados, es decir, que como mucho tiene 0,8 gramos de ácido oleico por cada 100 gramos de producto. Es ideal para capitanear una dieta saludable, puesto que está cargado de ácidos grasos monoinsaturados, que tienen acción antioxidante.
Es ideal para comer crudo, en ensaladas, bocadillos y para añadir a cualquier comida cocinada, como unas verduras hervidas.

Aceite de oliva virgen
De calidad algo inferior que el virgen extra. Además, puede tener algún pequeño defecto y un máximo de dos grados de acidez. En este caso, tampoco se ha utilizado ningún medio de extracción que no sea mecánico, a fin de no producir ninguna alteración.
Este también es idóneo para ensaladas y otras formas donde se aplica aceite crudo, aunque también es apto para buenos guisos. Asimismo, puede ser un buen aliado de la buena salud, gracias a su acción antioxidante.

Aceite de oliva lampante
Este no es apto para el consumo. Es el peor de los aceites extraídos mecánicamente, puesto que tiene más defectos en el gusto y una acidez de más de 2 grados, que le da un gusto desagradable.
Si bien no sirve para el consumo, antiguamente se utilizaba para alimentar lámparas (por eso se llama lampante). Actualmente, lo que se hace es someterlo a un proceso de refinado químico, donde se le rebaja la acidez (no supera los 0,3 grados) hasta quedar como una especie de líquido incoloro y sin sabor: el aceite de oliva refinado.

Aceite de oliva
Así, sin apellido alguno. Este ya es una mezcla de aceite virgen (a lo sumo un 20%) y aceite lampante refinado. Es lo que solemos encontrar en mayor cantidad en los supermercados y también el más vendido. Al ser, básicamente, aceite refinado, se trata de un producto adulterado químicamente y ya no se puede considerar un producto natural. Dependiendo de las proporciones de la mezcla, se obtendrá el aceite de oliva suave (normalmente de 0,4 grados) o intenso (de un grado).
Es apto para freír, para guisos y también para salsas, pero si se consume en crudo no será tan apreciado.

Aceite de orujo de oliva
Cuando se han prensado las aceitunas para extraer el aceite virgen extra, lo que queda (la piel, la fibra de la pulpa y los huesos) se somete a un nuevo proceso de extracción mediante disolventes. El poco aceite que se extrae es de muy baja calidad y se utiliza para frituras y otros usos secundarios, o bien para mezclarlo con otros aceites de mejor calidad y obtener un aceite mezcla que se vende a menor precio.
Ahora que ya conoces los diferentes tipos de aceite de oliva que se comercializan, podrás escoger cuál se adapta más a tu paladar, a tu salud y a tu bolsillo.

