Un estudio de la Universitat de València alerta sobre la alta presencia de parásitos en la caballa estornino, un pescado azul que se encuentra habitualmente en supermercados. Los investigadores analizaron 250 ejemplares —125 capturados en el Atlántico y 125 en el Mediterráneo— y detectaron larvas en 78, lo que equivale a una prevalencia del 31%.
Los parásitos encontrados pueden provocar anisaquiasis, una infección intestinal asociada a la ingesta de pescado crudo o poco cocinado que puede causar dolor abdominal, vómitos y reacciones alérgicas. España tiene la mayor incidencia de esta enfermedad en Europa, y la segunda a nivel mundial, después de Japón, con 150 casos notificados al año. Sin embargo, un modelo predictivo basado en el consumo de boquerón estimó que el número de casos anuales superaría los ocho mil.
Como medidas preventivas, se recomienda cocinar el pescado a una temperatura central de 60ºC durante al menos un minuto, o congelarlo a -20ºC durante tres días o a -35ºC por 15 horas. Esto, con el objetivo de inactivar las larvas y prácticamente eliminar el riesgo de infección en el consumo de esta especie, que es rica en ácidos grasos omega-3 y proteínas.
Se recomienda cocinar el pescado a una temperatura central de 60ºC durante al menos un minuto, o congelarlo a -20ºC durante tres días o a -35ºC por 15 horas
El análisis también descubrió larvas de otros parásitos que, aunque no suelen ser patógenos, deterioran el aspecto y la textura del pescado. Además, detectó la presencia en algunos casos del gusano Rhadinorhynchus pristis, que es grande y visible y que, si bien no es peligroso para la salud, puede afectar la calidad del producto.
Mediterráneo v/s Atlántico
La publicación también destaca que la prevalencia de larvas varía de forma significativa según el origen de los peces: de los ejemplares con parásitos, 52 provenían del Atlántico y 26 del Mediterráneo.
Por lo anterior, los investigadores sugieren también revisar la información en las etiquetas de los puntos de venta para certificar su origen, ya que el riesgo de anisaquiasis disminuye si el pescado procede del Mediterráneo en lugar del Atlántico.

