Primero fueron las estrellas. Después, las llaves (de hotel, que llegaron en 2024), y ahora, la Guía Michelin prepara su desembarco en el mundo del vino. La noticia, confirmada por su director Gwendal Poullennec y adelantada por el británico The Times, marca un nuevo capítulo en la expansión de la firma francesa hacia un modelo de autoridad global en materia de life style.
El movimiento no sorprende, ya que en los últimos años Michelin ha dejado de ser únicamente una guía gastronómica para convertirse en una marca global de legitimación. Su sello -que nació en 1900 cuando los hermanos André y Edouard Michelin decidieron proporcionar a los automovilistas que compraban sus neumáticos una pequeña guía que facilitase el viaje- no solo distingue restaurantes y hoteles, sino que construye además un valor simbólico que poco a poco se ha ido convirtiendo en un negocio financiado por gobiernos y grandes marcas que buscan asociarse a su aura.
La gala de la Guía Michelín llegará a Málaga con el apoyo principal de la Junta de Andalucía, la Diputación provincial y el Ayuntamiento de la capital.
La entrada en el universo del vino - propiedad que Michelin ya tocaba desde que adquirió en 2019 The Wine Advocate, revista especializada en vino en la que el crítico estadounidense Robert Parker puntúa botellas de todos los rincones del mundo - responde a la misma lógica que la de las guías predecesoras: reforzar el papel de la Guía Roja como árbitro del gusto.
“Será más influyente que la clasificación de Parker”, ha declarado el CEO de Michelin Florent Menegaux sobre la nueva guía de vinos, que aún no tiene fecha confirmada de lanzamiento. Y probablemente tenga razón, ya que el poder de la Guía Roja ya no reside tanto en la crítica como en su capacidad de transformar el prestigio en economía.
“Será más influyente que la clasificación de Parker”, ha declarado el CEO de Michelin Florent Menegaux
El gran riesgo que se corre, según apuntan los expertos, es que el mapa del vino acabe uniformado, como se critica que ha sucedido ya con el mundo de la restauración. ¿Serán, en lugar de estrellas o llaves, copas las nuevas insignias? Todavía se desconoce tanto el nombre con el que se otorgarán los sellos como los criterios bajo los que estos se entregarán.
