Zurracapote, la histórica bebida vasco-riojana que ahora quiere conquistar los aperitivos veraniegos

Nueva versión embotellada

Recientemente registrado como marca, este brebaje dulce de vino, frutas y canela pretende alejarse de la fiesta y entrar en el mundo del tardeo 

Las variaciones que convirtieron al spritz en el aperitivo estrella de los veranos

Zurracapote

El Zurracapote es muy conocido en La Rioja, en diferentes zonas del País Vasco, en Navarra y localidades del norte de Castilla

Iker Morán

La mayoría asegura que es riojana. Otros defienden que su origen está en el País Vasco. Tampoco hay acuerdo sobre el año en que alguien decidió mezclar vino con frutas y canela y servirlo en ingentes cantidades para animar las fiestas del pueblo o las Navidades —hasta en ese hay varias versiones—, porque, aunque hay referencias escritas de mediados del siglo XIX no es raro ver por ahí que se inventó en 1954. Debates al margen, desde hace un par de años el histórico Zurracapote se escribe con mayúscula porque es la marca de una bebida embotellada que tiene por delante una complicada misión: convertirse en el nuevo trago veraniego de moda.

“Mi abuela ha preparado zurracapote toda la vida”, nos cuenta Txema. Él es uno de los tres socios que hace un par de años lanzó al mercado Zurracapote, la versión embotellada y refinada de esta popular bebida asociada a las fiestas de muchas localidades del norte del país.

Zurracapote

Con 12 grados de alcohol, ambas versiones (tinto y blanco) se presentan en botellas de 75 cl., con un precio de unos 12 euros cada una

Iker Morán

Una de esas mezclas de vino con cosas en la que la calidad del resultado es casi lo de menos porque lo importante es la cantidad y su capacidad para animar festejos de todo tipo. Algo que ahora los impulsores del Zurracapote quieren cambiar, alejándose de ese carácter popular e incluso de su competidor más directo, la sangría, para darle un toque sofisticado y colarse en las opciones a la hora del aperitivo.

¿Pero qué es zurracapote? Muy conocido en La Rioja, en diferentes zonas del País Vasco —por lo visto en las fiestas de Basauri, en Bizkaia es más popular que el kalimotxo— en Navarra y localidades del norte de Castilla, se trata de una mezcla de vino, frutas (principalmente melocotón y cítricos), azúcar y canela. Hay tantas recetas como pueblos o casas, pero esta especia es su rasgo distintivo y lo que marca distancias respecto a la sangría, tinto de verano y otras mezclas a base de vino.

Tinto y blanco

“Empezamos con diferentes fórmulas hasta dar con el que nos gusta. Pero el zurracapote es como la tortilla, cada uno tiene su receta”, explica Iparraguirre, que asume que al probar la versión embotellada que comercializan algunos dirán que “eso no es zurracapote”. Junto a sus socios José Ángel Sierra y Pablo Mateo, en 2020 surgió la idea. Los tres son vascos, pero han pasado todos los veranos en La Rioja, así que conocen de sobra la bebida.

También el sector, porque se dedican a los estudios de mercado, así que vieron clara la oportunidad. “El mercado de bebidas está muy atomizado, ya no saben qué inventar. Y aquí tenemos una bebida muy antigua a la que nadie le ha hecho caso y que incluso está denostada, porque se piensa más en cantidad que en calidad”, explica Iparraguirre.

Fundadores de la marca Zurracapote

Fundadores de la marca Zurracapote. De izquierda a derecha: José Ángel Sierra, Txema Iparraguirre y Pablo Mateo

Iker Morán

¿Pero se puede registrar como marca el nombre de un producto genérico? Desde Zurracapote prefieren no entrar en este tema, pero el caso es que la marca es suya. Habría que recordar, por cierto, que otro popular, aunque más joven combinado de vino, el kalimotxo, también es una marca registrada y en manos de nada menos que Coca Cola.

Volviendo a la bebida, se presenta en versión con tinto y blanco. El rosado, nos cuentan, han hecho pruebas, pero por ahora no ha convencido. No desvelan su receta, pero sí explican que a la mezcla habitual en el caso del tinto se le suma naranja y para el blanco han apostado por la manzana.

Aperitivo dulce

Con 12 grados de alcohol, ambas versiones se presentan en botellas de 75 cl. con un diseño cuidado y vistoso —un detalle en el que insisten— y un precio de unos 12 euros cada una. Orientada a la hostelería, también se puede comprar on-line en su propia tienda y, por ahora, no se plantean entrar en la guerra de los supermercados. Alejarse del perfil de la sangría y destacar que es una bebida premium —de hecho “premium taste” puede leerse en el envase— es algo en lo que se hace especial hincapié.

Con un sabor dulce muy marcado, aunque se plantea como una bebida para el aperitivo o el denominado “tardeo”, está tan lejos del vermut que cuesta verlo en esa categoría. “Hay un perfil de personas que no les gusta el vino, pero prueban el Zurracapote y les gusta”, explica Txema Iparraguirre.

Zurracapote

Los impulsores del Zurracapote quieren alejarse del carácter popular de su competidor más directo, la sangría, para darle un toque sofisticado

Iker Morán

Además de sólo —en copa y con hielo, proponen— también puede dar juego para combinarlo. Por ejemplo, con gaseosa o refresco puede convertirse en un tinto de verano “de calidad” —matizan— o si se prefiere menos dulce, unas gotas de angostura le pueden sentar muy bien. El blanco con cava, como base de coctelería… enumeran. Las posibilidades son amplias, aseguran. Aunque el zurracapote tiene muchos años, esta es una bebida joven que busca su público y momento.

De momento, por cierto, más en la costa mediterránea y el levante que en la zona norte donde, a priori, podría resultar más familiar. No es casual porque por ahora apuestan más por zonas en la que esta bebida es poco conocida y puede haber menos prejuicios ante un zurracapote que se presenta como premium. ¿Conseguirá hacerse un hueco en los aperitivos veraniegos? El tiempo dirá, pero sus creadores aseguran que no tienen ninguna prisa. Después de todo, hablamos de un combinado que se lleva décadas o siglos bebiendo.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...