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Tesoros mendocinos: 7 vinos de altura para descubrir Argentina

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Viñedo en Mendoza, Argentina

Getty Images

Después de una semana visitando las bodegas más emblemáticas mendocinas, he seleccionado estos siete vinos. Escoger solo este número ha sido una tarea ardua. Se trata de vinos de montaña de gran calidad, elaborados en un lugar donde el agua es un tesoro.

El viaje empezó con la visita a esta espectacular bodega, absolutamente impresionante. En ella encuentro una mezcla de vinos de corte más moderno con otros más clásicos y fruto de la paciencia. En este caso la crianza ha sido de 12 meses en toneles de roble francés de gran tamaño, de tal manera que le da complejidad al vino, pero respeta su parte frutal. Es fragante, con fruta negra, violetas, finos ahumados y especias. La boca es jugosa, tersa y con un tanino fino, que le regala equilibrio.

Si la uva Cabernet Franc es una de mis favoritas, todos los vinos tintos elaborados con ella en lares mendocinos, han sido fantásticos. Este es un buen ejemplo. Unos 1400 metros de altitud garantizan su frescor. Los viñedos se desarrollan en suelos de cal y piedra. Es un vino muy complejo, estructurado y herbáceo en su conjunto. Desprende aromas de mora, arándanos, ciruela negra, finos vegetales y especias dulces debido a su estancia en roble.

En Zuccardi el despliegue varietal fue muy espectacular. Uno de los más emocionantes era este chardonnay de montaña, cuyas viñas son testigos de un paisaje único y crecen en condiciones muy extremas. Lo definiría como un vino muy puro, fresco y mineral. En aromas se acentúa la parte cítrica y herbal. Se aprecian además notas de piedra mojada y flores blancas. En el paso de boca ofrece buena acidez, es muy amplio y se siente ligero amargor en el final. Su crianza combina hormigón y barricas usadas de roble francés de 500 litros.

Esta bodega busca de modo incansable el mejor terreno para que cada variedad exprese su mejor versión. Se trata de un vino blanco muy elegante, elaborado con uvas de viñas muy viejas de distintos lugares de Tupungato y envejecido en hormigón y barrica. En nariz es perfumado, con notas florales, especias dulces, fruta blanca madura y cítrica. En la boca pasa con sutileza, buena acidez y cierta untuosidad. El final es aromático y salino.

Los viñedos están instalados a 1300 metros de altitud en Los Árboles y sobre suelos aluviales de las terrazas del río Tunuyán. Gran trabajo el que desarrolla esta bodega con la variedad de uva que más nos traslada a Mendoza. La elaboración del vino se lleva a cabo en huevos de cemento. Es un vino tinto con carácter, tanino fino pero presente, herbáceo y de cuerpo estructurado. La fruta negra es fresca y se expresa así tanto en aromas como en la boca.

La visita fue una gran experiencia y la bodega es espectacular en un entorno único y ubicada en Las Compuertas. Probamos muchos vinos de distintas variedades e incluso con crianza bajo velo de flor. En este caso, las viñas de pie franco están plantadas en parral y en suelos permeables franco-arenosos. Las crianzas son en cemento, durante medio año. El vino se expresa fresco, cítrico, floral, con fruta de hueso y es muy refrescante en el paladar.

Broche de oro para cerrar esta cata. Impresionante bodega, fruto de la unión de dos grandes casas, siendo una argentina y otra francesa y donde nada fue en vano. Se respiran ambos países en cada rincón. Tuvimos la suerte de hacer una vertical y discutir sobre las diferentes añadas. Es un vino tinto de estilo bordelés muy complejo en nariz y rotundo en el paso de boca. Fruta roja en su punto de madurez, fina madera, tostados, especias, café y toques herbáceos. La boca es tersa y corpulenta, pero de fino tanino y equilibrada.