Hay algunas normas de educación aplicadas al momento de sentarnos a la mesa que conocemos desde temprana edad, como no masticar con la boca abierta, o esa frase tan sonada de “con la comida no se juega”. Pero, más allá de estos principios básicos, en materia de protocolo existe una gran cantidad de lecciones que hay que conocer si se quiere alardear de los mejores modales.
Tal es la variedad de normas de etiqueta relativas a la comida que incluso cada plato tiene sus instrucciones, como es el caso de la sopa. Lo más probable es que hasta ahora hayas estado comiéndotela mal desde el punto de vista de los modales más depurados. Y, si bien es cierto que para saborearla en la comodidad de tu hogar puedes hacerlo como gustes, no está de más tener conocimiento de lo que dicta el manual del protocolo.
Cómo comer la sopa desde el punto de vista del protocolo
María José Gómez y Verdú es una experta en protocolo y etiqueta que comparte en su perfil de Instagram (@protocoloyetiqueta.es, con 541 mil seguidores) lecciones acerca de su campo de experiencia. En una de sus publicaciones recientes, ha recopilado tres errores comunes que “tenemos que evitar” cuando tomamos sopa.
El primero de ellos apela a si la sopa está muy caliente. Aquí no vale cambiarse de sitio como hacía Ricitos de Oro en el cuento infantil al que da nombre. Tampoco es correcto soplarla ni removerla en zigzag con la cuchara.
La experta indica que lo mejor en estos casos es “que los anfitriones la sirvan en la temperatura justa”. Pero si está demasiado caliente “solamente tenemos que esperar y dar conversación a la gente que tenemos a nuestro alrededor”, subraya.
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El segundo error a evitar apela al movimiento y dirección de la cuchara. “Nada de comer la sopa dirigiéndola hacia nosotros, la sopa se come desde nosotros hacia el exterior”, explica María José. Además, hay que pasar ligeramente la base de la cuchara por el borde del plato, pues “de esta forma eliminaremos las gotitas que quedan”, evitando así que se derramen manchando el mantel, la ropa o la barbilla del comensal.
Por último, queda descartada la opción de sorber la sopa y, peor aún, de hacer ruido al sorberla. “Cero ruidos en etiqueta, por favor”, dice la especialista en protocolo. Para llevar la sopa a la boca de manera elegante, expone que se tiene que coger una pequeña cantidad con la cuchara, en lugar de llenarla hasta que rebose. A continuación, se vuelca ligeramente la sopa en la boca, “sin ningún tipo de absorción”, insiste.