Van al restaurante peor valorado de Valencia y se quedan sin palabras con lo que les sirven en plena playa de la Malvarrosa: “Sabe que tira para atrás”

Desastre gastronómico

Pagaron más de cien euros por unas alitas tenía demasiado aceite, un arroz que era incomible y un fritura demasiado blanda

Los youtubers no quedaron nada contentos

Los youtubers no quedaron nada contentos

Treinta y cinco euros por un plato que rebota si lo tiras al suelo. No es una exageración ni un chiste, es la experiencia real de Cocituber y Boufit en el restaurante peor valorado de Valencia. En pleno paseo de la Playa de la Malvarrosa, el lugar prometía vistas al mar y una auténtica paella valenciana, pero la realidad fue muy distinta.

Los youtubers querían comprobar si todo lo que se decía del local era cierto. Y las críticas no iban nada desencaminadas: la comida se convirtió en un desfile de platos que dejaban mucho que desear, desde alitas aceitosas hasta frituras gomosas que “saben que tiran para atrás”.

Numerosas malas experiencias

Los clientes escribieron verdades como puños

El local, que en Google aparece bajo el nombre de Casa Zaragoza pero en la fachada se llama El Chiringuito, es famoso por sus pésimas críticas. “Una estrella porque no se puede poner menos”, reza uno de los comentarios en la plataforma, y después de lo vivido, no parece exagerado. 

La ubicación es perfecta, justo en la Malvarrosa, pero la calidad de la comida parece haber quedado en el olvido. Empezaron con una fritura de pescaditos por la que pagaron 35 euros, un precio que prometía mucho más de lo que entregó. El pescado tenía textura de goma, como si hubiera sido frito y refrito en el mismo aceite una y otra vez. Las alitas de pollo, también muy caras, llegaron aceitosas al máximo. Al probarlas, la reacción fue inmediata: “Buah, qué puto asco, tío”. 

En ese momento, la indignación no era solo por el sabor, sino por lo que representa para la gastronomía local. “Esto hace un daño de la hostia a la gastronomía española, tío. Y a vosotros. Aquí en Valencia esto hace un daño de la hostia”, sentenció Cocituber, lamentando cómo lugares pensados para estafar a turistas perjudican la imagen de la comida española. 

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No ayudó tampoco la actitud indiferente del servicio. Cuando pidieron una Coca-Cola Zero, le sirvieron Pepsi normal sin ningún esfuerzo por explicar la diferencia. Aunque sí se interesaron por si estaban tratando bien a los clientes.

Mala a rabiar

La pealla no había quien se la comiera

El momento cumbre llegó con la paella, el plato estrella que, según Cocituber, no sabía a nada y tenía una pinta muy mala. Para rematar la experiencia, el restaurante intentó colar dos raciones más de lo pedido. La justificación fue que no quedaba paella valenciana, pese a haberla ofrecido inicialmente. La solución fue sacar más platos de arroz a banda “por si acaso”, una táctica que los youtubers captaron rápidamente. Al final, el mal sabor de boca no fue solo por la comida, sino por la sensación de haber sido engañados.

Se fueron sin postre, con la cartera más ligera al haber pagado más de 100 euros y el estómago pesado, pero con un relato que evidencia cómo una ubicación privilegiada no siempre garantiza calidad. “Sabíamos a lo que veníamos”, intentaron consolarse para finalizar una crónica sincera de una comida para olvidar en un lugar que, a juzgar por las críticas, sigue abierto gracias a los turistas despistados.

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