Pone una queja por la molestia que le ha ocasionado una mesa cercana y el restaurante le responde con elegancia: “Me parece un poco injusto”
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El ruido que han hecho unos clientes ha indignado a esta persona, que lo ha pagado con el establecimiento
Unos clientes vuelven a un bar después de poner una mala reseña en Google y la reacción del camarero sorprende: “Hay veces que solo buscan la provocación”
Pone una queja por la molestia que le ha ocasionado una mesa cercana y el restaurante le responde con elegancia: “Me parece un poco injusto”
Una persona que acude a un bar o a una cafetería tiene dos formas de estar allí: si queda con un grupo de amigos querrá conversar con ellos y divertirse. Si está solo, lo que necesita es tranquilidad y sosiego.
En una misma sala puede encontrarse gente de todo tipo. Los que están reunidos deben mantener un tono normal. El suficiente para que todos se escuchen, pero sin molestar al resto de clientes.
Eso es lo que le sucedió a una persona, que no dudó en criticar el comportamiento de un grupo de gente en un bar. El problema es que fue el establecimiento el que pagó los platos rotos, como ha enseñado la cuenta de Twitter de @soycamarero.
La crítica residen en que estuvo todo el tiempo escuchando sin querer el diálogo de otros clientes. “Me impusieron la conversación con la voz a tope”, protesta el que escribe la reseña negativa.
La respuesta del restaurante a la crítica
El establecimiento no se ha querido callar y ha contestado. Lamentan la situación, pero no entienden que les hayan calificado con una estrella cuando ellos no pueden hacer nada. Acaba diciendo que no pueden mandar callar a nadie “ya que sería atentar contra la libre expresión”, para sentenciar al cliente afirmando que “estaba muy atento a la conversación”.