La intolerancia a la lactosa es una patología muy común en España. De hecho, un estudio de 2024 de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología estima que entre un 15% y un 40% de los adultos la padecen. Uno de los remedios más conocidos para paliar sus incómodos síntomas es el uso de leche que no contenga este componente.
Ahora, la ingeniera en alimentos Mariana Zapién ha revelado algunos de los secretos de este lácteo, tan utilizado por la sociedad. Así, existe una percepción de que la leche sin lactosa es notablemente más dulce que la tradicional. Pero, ¿a qué se debe este cambio en su sabor?
“La leche sin lactosa es más dulce y te explico por qué”, ha comenzado la creadora de contenidos que utiliza su influencia en redes sociales para arrojar luz sobre determinados ámbitos de la nutrición. Zapién, que ya acumula más de 643.000 seguidores en Instagram, suele recomendar técnicas o conceptos que todo el mundo puede poner en práctica a la hora de cocinar.
¿Qué es la lactosa?
Para explicar el curioso sabor de este tipo de leche, la experta en alimentación ha comenzado explicando el significado del término lactosa. Según ha apostillado, se trata del “azúcar naturalmente presente” en esta bebida. “A su vez, se compone por dos tipos de azúcares más simples: la glucosa y la galactosa”, ha señalado.
Estos componentes, sumados a otras variables fundamentales, son los que condicionan el sabor de la leche. El problema, sin embargo, viene cuando el organismo de una persona no produce la enzima necesaria para degradar la lactosa, lo que desemboca en fuertes dolores abdominales, inflamación e incluso diarrea. “Hay muchas personas que son intolerantes a la lactosa”, ha explicado Zapién.
Este es, precisamente, el motivo por el que surgió la leche “deslactosada”, que, según la ingeniera de alimentos “agrega una enzima llamada lactasa que se encarga de romper la molécula de lactosa en sus azúcares más simples”.
¿Por qué sabe más dulce la leche sin lactosa?
El sabor dulce que se aprecia en el paladar, por su parte, proviene de esta ruptura de moléculas. Y es que la “glucosa y la galactosa tienen un dulzor mucho más alto que la lactosa”.
En definitiva, al añadir lactasa, “percibes la leche mucho más dulce”, tal y como ha comentado la ingeniera de alimentos, al tiempo que incidía en que este cambio de sabor no tiene nada que ver con la cantidad de azúcares que se introducen en la bebida, que se mantienen igual en todo momento.
Mariana Zapién, así, ha puesto fin a una duda colectiva acerca del sabor de una bebida tan común como es la leche. Como último consejo, la experta ha advertido de que “las personas intolerantes a la lactosa pueden comer yogur o quesos madurados”, debido a la poca cantidad de esta molécula que presentan. “Claro que esto depende de la sensibilidad de cada individuo”, ha concluido.