Los bares, restaurantes y otros locales gastronómicos se suelen asociar con el hecho de pasar un buen rato en familia o junto a la buena compañía de amigos mientras se disfruta degustando comida distinta a las que se consume habitualmente en casa. Sin embargo, no todo es de color de rosa en el sector de la hostelería.
Y es que las condiciones laborales lamentables de muchos trabajadores, con jornadas interminables y constantes conflictos y discusiones entre propietarios, camareros y clientes son tan solo algunos ejemplos de los conflictos que sufren los trabajadores habitualmente en este sector.
Situaciones así seguramente se han producido desde toda la vida, pero antes solo quedaban en el recuerdo de quienes las habían vivido. Sin embargo, con la entrada de las redes sociales en el juego, hoy en día estos conflictos tienen mucha más repercusión. En ellas, los camareros han encontrado un espacio virtual donde poder dar voz a todas las injusticias a las que se enfrentan a diario. Y también los clientes.
Uno de los perfiles más conocidos que da voz a los conflictos que se dan en la hostelería es la cuenta de X (antes Twitter) Soy Camarero. Este perfil se hace eco día tras día de situaciones que le explican sus compañeros de profesión y también de clientes enfadados por malos servicios. Recientemente, el camarero detrás de este perfil, Jesús Soriano, ha difundido la reseña publicada por una pareja de alemanes tras acudir a un bar de Madrid.
El escrito de la pareja, que puntúa con una estrella al local, dice así: “Antipático y mal servicio. Visitamos las fiestas para asistir al concierto de OBK. Íbamos con tiempo y vimos las mesas en este establecimiento sin ocupar. No nos dio tiempo de tocar con el trasero la silla cuando un empleado llegó volando preguntando si habíamos reservado. Al negarlo, nos echó, sin siquiera preguntar si queríamos comer algo”, se quejan.
Reacciones en redes
“Volved a Alemania y no olvidéis leer de vez en cuando para mejorar la comprensión lectora”
Pero el propietario del local no duda en responderles: “Como bien usted indica, era un día de fiestas y había un concierto multitudinario para el cual teníamos todos los sitios reservados. Las mesas y sillas estaban reservadas y debían prepararse para recibir a los clientes que reservaron. Si dejamos que estén ocupadas, estos clientes no podrían haber disfrutado de su cena y del espectáculo”.

