Las personas que trabajan de cara al público pueden enfrentarse a situaciones cuanto menos surrealistas. Al fin y al cabo, durante toda una jornada laboral pueden encontrarse con gente de todo tipo: unos más amables y otros que lo son menos. La cuenta de Twitter de @soycamarero, especializada en denunciar los abusos en el sector de la hostelería (que está en auge, ya que según Hostelería Digital el número de trabajadores creció un 5,4% en 2024 respecto a 2023), ha compartido una historia que le han hecho llegar sobre lo que sucedió en un local.
La persona que le escribió dice regentar un local de comidas para llevar. Vio a un señor “de unos 40-50 años aproximadamente” que se acercó al escaparate para ver la carta. Pensando que le daba vergüenza entrar, salió dispuesta a preguntar al caballero si quería algo. Es entonces cuando llegó el primer palo: “Llevo más de 30 años en la hostelería y sé perfectamente de dónde salen estas croquetas caseras”, una respuesta que hizo sentir “insultado” al que cuenta la historia.
Después de entrar a petición del camarero para que probara su comida, el señor se dedicó a actuar como si el establecimiento fuese suyo. A una señora que estaba esperando le ofreció un vaso de agua, para después acercarse al trabajador y decirle que 'cuando un cliente espera, debes ofrecerle algo', algo que dejó atónito a la persona que narra los hechos. Pero si lo que había pasado hasta hora era extraño, lo que sucedería al final le dejaría con la boca abierta.
Tras probar la famosa croqueta, el caballero dice que está bien de sabor, pero que no le gusta ni la presentación, ni el mostrador de la tienda ni la forma de vestir del trabajador. Después de tales críticas, viene el giro inesperado: “Nos dijo que no nos preocupemos, que lleva 30 años en la hostelería y que tiene al mejor equipo de redes sociales de España trabajando para él y nos lo va a poner a nosotros completamente gratis”.
Después de haber realizado tal ofrecimiento, el caballero añade otra cosa más: resulta que es el dueño de un local de paellas, y le ofreció al establecimiento al que acudió vender allí su comida “a cambio del 50%”, para despedirse diciendo que es 'un ángel'. Para finalizar, la persona que comparte la experiencia hace una pequeña reflexión que da para pensar: “Si quería una colaboración entre negocios, ¿es necesario insultar a la decoración, la cocina y nuestra manera de vestir? Me recuerda a esa forma tóxica de ligar de 'insulta a la chica, así bajas su autoestima y te presentas como un partidazo'”.
“O es un señor aburrido o se le ha ido la cabeza”
En la sección de respuestas al tuit las personas que han leído el texto tampoco han dado crédito a lo que han visto. Una de ellas afirma: “O es un señor aburrido o se le ha ido la cabeza”. Muchos han comentado que hay gente que hace estas cosas simplemente para 'vacilar' a los trabajadores, pero no se dan cuenta del daño que les puede hacer con sus comentarios negativos, además de hacerles perder el tiempo durante su jornada laboral.

