Raúl Díaz, sommelier, sobre la vida de los vinos: “El 70% de los vinos se tiene que consumir dentro de los primeros 5 años”
Consejos útiles
No todos los vinos mejoran con los años, muchos están hechos para disfrutarse jóvenes, frescos y vibrantes
Mar Casas, experta en protocolo, sobre la importancia de la comida en las negociaciones: “Si tú sabes como convencerle, el estómago gana”
Raúl Díaz, sommelier, sobre la vida de los vinos: “El 70% de los vinos se tiene que consumir dentro de los primeros 5 años”
La vida de un vino no es eterna, aunque la manera de producirse y guardarse haya hecho que en el imaginario colectivo se piense lo contrario. De hecho, no todos los vinos mejoran con los años y muchos están hechos para disfrutarse jóvenes, frescos y vibrantes.
El sommelier chileno Raúl Díaz, titulado como Educador de Vino Certificado en la principal escuela de vinos del mundo, explica que la gran mayoría de los vinos que se hacen, aproximadamente el 70%, se tienen que consumir dentro de los primeros 5 años. Un dato que muchos consumidores desconocen y que marca la diferencia entre disfrutar un vino en su punto óptimo o encontrarse con una botella “avinagrada”, como suele decirse popularmente.
Cada vino tiene una vida determinada
La duración de un vino, explican los enólogos, responde a una curva vital que recuerda a una campana invertida: su punto máximo llega tras meses o algunos años y, después, el deterioro ya es inevitable.
Los vinos rosados, por ejemplo, cuentan con una vida muy breve y se recomienda consumirlos en el año siguiente a su embotellado. Los vinos blancos jóvenes van por la misma línea y deben beberse entre uno y dos años después de su salida al mercado.
El vino tinto es de los que más años de vida tiene
El caso de los vinos tintos es diferente, y su duración varía según la crianza. Los jóvenes deben consumirse antes de dos años, los crianza pueden aguantar hasta cinco, y los reservas disfrutan de una horquilla de entre seis y diez años. Los grandes reservas, con mayor estructura y complejidad, pueden alcanzar los 15 años e incluso superarlos si la calidad de la uva y la elaboración son excelentes. Díaz lo ilustra perfectamente con un ejemplo claro: “Un Ribera del Duero es potentísimo… Ese sí que es un Fórmula 1. Este vino puede vivir 40 años. Son vinos que se hacen para durar”.
Los vinos generosos, como los de Jerez, son una categoría aparte: algunos finos y amontillados se recomiendan consumir en un año, mientras que los olorosos pueden aguantar entre 5 y 10 años y los cream hasta los 15. Además, hay casos muy excepcionales de vinos fortificados que pueden superar los 100 años en condiciones óptimas, convirtiéndose en auténticas piezas de colección.
La ciencia también respalda estas diferencias. Análisis del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) señala que la longevidad depende de factores como la concentración fenólica, la acidez natural y la interacción entre taninos y oxígeno durante la crianza. Estos elementos explican por qué vinos como Barolo, Borgoña o ciertos tintos de Chile y Argentina pueden desarrollarse durante décadas, generando aromas que son muy apreciados por los aficionados al vino.
¿Cómo se debe guardar el vino de manera correcta?
La manera en la que guardemos un vino antes de consumirlo también dirá mucho del resultado final al abrir la botella. Cada vino demanda una manera diferente de almacenaje y conocerla puede mejor la experiencia de manera exponencial.
Se recomienda guardar el vino en un lugar fresco y seco
Para Díaz, todo depende de conocer el estilo y actuar en consecuencia. “Cuando tú quieras guardar un vino, tú tienes que ver el estilo de vino que has tomado”. Si se trata de uno hecho para envejecer, el almacenamiento es clave: “Tiene que ser un lugar oscuro… y que la temperatura no cambie”, recomienda. Para los que no tienen vinoteca en casa sugiere buscar “el lugar más frío de tu casa, a unos 15 o 16 grados si es posible”, colocar las botellas tumbadas y evitar la luz y el movimiento.