Quizás sea la volatilidad de tantos negocios de restauración lo que ha hecho que muchos bares y restaurantes se decoren con una falsa pátina de antigüedad, para dar sensación de solidez, aunque acaben siendo tan parecidos que a menudo se les vea el plumero. Ocurre todo lo contrario cuando te acercas al imponente portalón de L’Aliança d’Anglès (Jacint Verdaguer, 3. Anglès. Girona), en un edificio construido en 1919 para ser sede social de la Cooperativa Agrícola y Sociedad Mútua de Crédito y Seguros. Y sobre todo, cuando una vez dentro, observas el amplio salón, hoy restaurante estrellado, e imaginas viejos tiempos de tertulias bajo la bruma de los cigarros.
A la izquierda se mantiene el billar. Al frente, una escalera que lleva al altillo que en los años 70 habilitaron como discoteca y hoy acoge la bodega de vinos catalanes y de toda la Península que gobierna con acierto Cristina Feliu. Ella sabe mejor que nadie lo que cuenta cada rincón del local social de cuyo café bar se hizo cargo su familia desde 1953. A la derecha, la barra en la que sus abuelos servían bocados sencillos que salían de una cocina minúscula que fueron equipando sobre la marcha; aquí encajamos un fogoncito, allí una plancha para los frankfurts.
El menú arranca con una retahíla de entrantes delicados y sabrosos que rinden tributo al vermut
En el centro, las mesas desnudas donde se sirve el menú de alta cocina de Àlex Carrera. Al fondo, un rótulo junto a una puerta con la palabra Restaurant. Es un espacio que se incorporó a la espectacular actual cocina en la última reforma. Antes cobijaba seis mesas que atendía Josep María Feliu y para las que cocinaba su hermano, Lluis Feliu, el padre de Cristina, y cuyo trabajo le valió la primera estrella Michelin (en 2008) que lució l’Aliança d’Anglès y que volvió a conseguirse hace cinco años con Carrera. A Cristina le faltó tiempo para disfrutar del tándem que formaba con el padre desde que ella se incorporó al negocio familiar al año de llegar la estrella. Compartían un momento dulce cuando él falleció con 53 años la noche de Navidad de 2013.
Ostra con hinojo, pepino u bergamota
Empedrat de sepia con agua de tomate
Junto a su tío Josep Maria y su hermana Marina reabrieron para ofrecer platillos. “Hubo desgaste emocional porque no era fácil contar a los clientes cada giro que dio el negocio”. Tampoco el que se produjo en 2019 cuando tomó las riendas de la cocina Àlex Carrera, su pareja. Venía de Drolma, Neichel, de Mugaritz y, sobre todo, de El Celler de Can Roca. Cuenta este cocinero que el día en que al acabar su estadía en Mugaritz se regaló una comida con los amigos en El Celler, supo que quería trabajar allí y que su idolatrado Andoni Luis Aduriz tendría que compartir altar con Joan Roca. En el menú de l’Aliança asoma la influencia y la admiración al maestro de Girona. Ofrecen dos menús degustación, el Descuberta, por 110 euros y el Emoció, por 155.
Arranca este segundo con una retahíla de aperitivos sutiles y sabrosos, todo un despliegue de técnica, divididos en dos etapas, con los que quiere rendir homenaje a esa tradición del vermut, tan arraigada en l’Aliança. Siguen entrantes deliciosos, como el empedrat de sepia con agua de tomate y judías de santa Pau; la gamba roja de Blanes con brotes de flor, consomé y maíz en distintas formas; el milhojas vegetal con salsa de cava; ya es un clásico de Carrera la golosa cebolla de Figueras con queso de cabra, al igual que su peculiar versión del ampurdanés pato con peras.
L’Aliança d’Anglès
DIRECCIÓNCarrer Jacint Verdaguer, 3, 17160 Anglès, Girona
972 42 01 56
https://www.alianca1919.com/
Impecable el rodaballo con su pilpil y la piel frita y ese mar y montaña del rabo de cerdo deshuesado con espardenya y el lomo de cordero con emulsión de hierbas, acelgas y terrina del cuello. Para concluir, manzana verde, flan de caramelo y cacao con pan tostado y aceite.
