Hay clásicos que nunca fallan, y en el mundo del calzado deportivo, las zapatillas blancas con diseño minimalista siguen siendo una apuesta segura. Combinan con todo, son cómodas y ofrecen un estilo versátil que se adapta a cualquier ocasión. Ya sea para un look casual o para el día a día, unas zapatillas bien elegidas pueden marcar la diferencia en cualquier armario.
Desde El Comprador de La Vanguardia, hoy destacamos las Puma Smash, un modelo versátil que combina con cualquier outfit y que ahora, con un 60% de descuento, son una oportunidad difícil de dejar pasar.
Zapatillas PUMA Smash V2
Estilo, comodidad y versatilidad en cada pisada
Aprovecha hoy el 60% de descuento

Puma Smash
Las zapatillas Puma Smash destacan por su diseño atemporal y su construcción en piel sintética, así como su silueta de inspiración retro que mantiene la esencia clásica de la marca. Gracias a su diseño minimalista, son muy fáciles de combinar con cualquier outfit.
Uno de los puntos fuertes de este modelo es su suela de goma antideslizante. Cuenta además con una amortiguación optimizada que garantiza una pisada cómoda, reduciendo la fatiga incluso tras largas horas de uso. El interior acolchado y la suave plantilla proporcionan un ajuste ergonómico, para un confort máximo durante todo el día.

PUMA Smash
El diseño de estas zapatillas se completa con la inconfundible franja lateral de Puma, que aporta un toque distintivo y elegante. Este modelo tiene un gran 60% de descuento, lo que las convierte en una opción irresistible para los que buscan un calzado versátil y duradero.
Historia de Puma
La historia de Puma comienza en 1948, cuando Rudolf Dassler decidió fundar su propia marca de calzado deportivo tras separarse de su hermano Adolf, quien creó Adidas. Desde sus inicios, Puma se centró en la innovación y en el desarrollo de zapatillas diseñadas para mejorar el rendimiento de los atletas, lo que la llevó a ganar notoriedad internacional en la década de 1950.

Log Puma
Entre los jugadores más emblemáticos que calzaron Puma destaca Pelé, quien convirtió sus botas en un icono tras su recordado gesto en el Mundial de 1970, cuando antes de comenzar el partido de cuartos de final, se agachó para atarse los cordones mientras todas las cámaras se centraban en él.