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Javier de Haro, psicólogo infantil, alerta del síndrome del niño ‘hiperregalado’: “Más regalos afectivos, más compartir momentos y menos regalos materiales”

Navidad y Reyes

Javier de Haro

El Instituto Europeo de Psicología Positiva define el síndrome del niño hiperregalado como “el conjunto de síntomas o efectos psicológicos negativos que observamos en los menores, debidos a una cantidad excesiva de regalos. Aunque estos efectos aparecen durante todo el año, se acentúan más en determinados momentos, como los cumpleaños y la época de Navidad, cuando Papá Noel y los Reyes Magos hacen su aparición”. La organización deja claro que no se trata de una enfermedad o condición mental, sino de una serie de hechos negativos que afectan a los niños.

A nueve días de Nochebuena y diez de Navidad, con la noche de Reyes asomando por el horizonte, muchos padres llenan centros comerciales y tiendas especializadas buscando el regalo ideal. Aunque es siempre una alegría encontrar la mejor elección posible, colmar a nuestros hijos de regalos acaba siendo mucho más perjudicial. Unos hechos que constata Javier de Haro, psicólogo infantil con 20 años de experiencia a sus espaldas. Durante una entrevista para la Cadena COPE, advirtió de las posibles consecuencias de pasarse con los regalos.

A todos nos gusta recibir regalos en Navidad

Monicore / Pexels

“Es algo que estamos sembrando nosotros los adultos, un efecto de lo que estamos potenciando con el consumismo, con el exceso de regalos y con olvidar algunos valores importantes de la Navidad. Si tú le preguntas a tu hijo qué tres regalos de Reyes recibió hace dos años, solo se va a acordar de uno o dos, igual que el año pasado”, dejaba claro el divulgador, asegurando que el resultado final es un millón de juguetes en la habitación de un hijo o hija, ocupando una gran cantidad de espacio y que, verdaderamente, no necesita.

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Ante esta tesitura, De Haro recomienda regalar experiencias más íntimas, que potencien la conexión del menor con su familia. Entre los ejemplos que sitúa sobre la mesa, están compartir un chocolate o realizar una actividad conjunta: “Lo estamos normalizando como si fuera algo normal y puede ser un detallazo. Realmente estamos regalando en exceso. Más regalos afectivos, más compartir momentos y menos regalos materiales”. Otro truco para no caer en los excesos es aplicar la regla de los “tres o cuatro regalos”.

Niño abriendo su regalo de Navidad

StockPlanets/iStock

El otro lado de Papá Noel y los Reyes

La clave es “darle siempre lo que necesita, pero poco de lo que quiere”, haciéndoles elegir aunque sea complicado. No cumplir con esta normativa puede traer enfados, rabietas y reacciones que ni padres ni hijos quieren: “Llega un momento que el niño está abriendo regalos impulsivamente, se frustra cuando no es lo que él ha pedido, no valora lo que tiene, y muchos regalos de reyes acaban en la basura al cabo de un par de semanas”. Asimismo, tampoco es positivo pasarse con el precio en la etiqueta, ya que puede generar expectativas demasiado elevadas.

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“Si le acostumbras siempre a unos regalos que están por encima de lo que las circunstancias familiares se pueden permitir, eso es lo que el niño te va a pedir cada dos por tres”, apuntaba, además de dar otro truco para que aprendan a ser conscientes de lo que implica regalar en Navidad: hacer uno ellos mismos. “Que tengan que pensar en la otra persona, que tengan que hacerle un dibujo bien elaborado, que tengan que envolverlo... Así van a ver el proceso”, contaba.