Laura Pinillas, bióloga: “La cerveza engorda y si le sumas el exceso, la rutina y el sedentarismo, cada caña se convierte en pequeño ladrillo para tu barriga”

SALUD

La divulgadora desmonta el mito de que la cerveza no engorda, explicando qué papel juegan la maltosa, el alcohol y el metabolismo

Un camarero sirviendo una caña de cerveza

Un camarero sirviendo una caña de cerveza

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Pocas bebidas despiertan tantos mitos como la cerveza. Se la acusa con frecuencia de ser responsable de la llamada barriga cervecera, pero los estudios científicos invitan a matizar esta creencia. La relación entre el consumo de cerveza y el aumento de peso no es tan directa como suele pensarse.

La bióloga Laura Pinillas ha reflexionado sobre ello a través de su canal de TikTok: “La cerveza no solo tiene alcohol, tiene maltosa, un tipo de azúcar que se forma al fermentar la cebada. Aunque no es tan dulce como el azúcar de mesa, también es un carbohidrato y aporta energía rápida. Si no la gastas, tu cuerpo la guarda normalmente como grasa”, empieza diciendo. 

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Cerveza

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“Entre el alcohol, la maltosa, el picoteo y el sedentarismo es fácil que termine siendo muy real”

Alcohol. La experta explica que el cuerpo se centra en el alcohol y todo lo que comemos se guarda en forma de grasa con más facilidad: “Si bebes alcohol, comes mal y encima, no lo compensas con una dieta equilibrada y ejercicios, lo siento pero todo va a acabar en tu barriga, sobre todo si eres hombre”, advierte.

Tirador de cerveza

Tirador de cerveza

Getty Images/iStockphoto

Testosterona. La testosterona es una hormona que favorece la acumulación de grasa en la zona abdominal y promueve la aparición de la grasa visceral. Esta grasa no se queda debajo de la piel, está rodeando órganos como el corazón, el páncreas o el hígado: “Imaginarás que esto no es sano. Así que entre el alcohol, la maltosa, el picoteo y el sedentarismo es fácil que esa barriga cervecera que parecía un mito acabe siendo muy real” añade.

Estudio. Un estudio del Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), realizado en colaboración con el Hospital Clínic de Barcelona, concluye que un consumo moderado de cerveza no se asocia directamente con un mayor perímetro abdominal ni con un incremento significativo de peso corporal. Según los investigadores, el problema no está en la bebida en sí, sino en los hábitos que la acompañan: comidas copiosas, falta de ejercicio y exceso de calorías diarias.

Dos personas brindan con sus cervezas

Dos personas brindan con sus cervezas

Getty Images/iStockphoto

Reflexión. La reflexión de Pinillas nos invita a reflexionar sobre los hábitos de salud y lo que más le conviene a nuestro cuerpo: “La cerveza engorda y, si a eso le sumas el exceso, la rutina y el sedentarismo… pueden convertir cada caña en un pequeño ladrillo para esa barriga cervecera. La fórmula para evitarla es moderación, movimiento y equilibrio”, termina diciendo. 

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