En un momento en el que abundan los podcasts sobre amor, rupturas y vínculos afectivos, pocas veces se menciona un aspecto que, según el psicoanalista Daniel Tejedor, puede ser decisivo para que una relación funcione: la similitud en inteligencia entre los miembros de la pareja.
En el vídeo de La Pura Verdad Podcast, Tejedor lamenta que este punto apenas se trate de forma rigurosa en divulgación: “Una de las variables que más predicen que una pareja funcione es que puntúen similar en inteligencia”, afirma con contundencia. Y añade: “Es imposible ser feliz en una relación de pareja cuando el otro es mucho más tonto que tú. O mucho más inteligente que tú”.
Captura de vídeo
Su explicación es que cuando existe una brecha significativa en capacidad cognitiva, aparece la frustración, el sentimiento de insuficiencia… o directamente la sensación de soledad.
Por qué la inteligencia importa más de lo que creemos
Para Tejedor, la cuestión no tiene que ver con elitismos ni con logros académicos, sino con algo más profundo: cómo dos personas interpretan la realidad, procesan información y afrontan los retos del día a día.
Él mismo lo expresa así:
- Si la pareja es mucho más inteligente, uno puede sentirse pequeño o insuficiente.
- Si la pareja es mucho menos inteligente, aparece el aislamiento emocional: “te sientes solo directamente”, apunta.
El psicoanalista defiende que la compatibilidad intelectual actúa como una especie de “lenguaje compartido”, que permite que la comunicación fluya sin esfuerzo y que las dos personas puedan crecer a ritmos similares.
¿Existen estudios que apoyen esta idea?
Sí. Aunque el tema no es especialmente frecuente en divulgación popular, la investigación psicológica lleva décadas explorándolo.
Uno de los estudios más citados es el de la Universidad de Edimburgo (Dyrenforth et al., 2010), que analizó miles de parejas europeas y estadounidenses. Los resultados mostraron que la similitud en ciertas capacidades cognitivas (como el razonamiento verbal o la resolución de problemas), se asocia con mayores niveles de satisfacción conyugal.
Otros trabajos, como el Matching Hypothesis aplicada a la cognición (Buston & Emlen, 2003), sugieren que las personas tienden a elegir parejas con niveles de inteligencia similares porque esto reduce conflictos y mejora la comunicación cotidiana.
Pareja feliz
Y un estudio posterior publicado en Intelligence (van der Ven et al., 2018) halló que las parejas con cocientes intelectuales parecidos generan dinámicas más estables que aquellas con diferencias amplias.
En conjunto, la ciencia respalda la intuición principal de Tejedor: la similitud intelectual es un predictor sólido de bienestar en la vida en pareja.
Un tabú emocional del que casi no se habla
En el vídeo, Tejedor reconoce que existen “200.000 podcasts sobre relaciones”, pero ni uno (o casi ninguno) pone el foco en este elemento clave.
Según él, ocurre por dos motivos:
- Hablar de inteligencia incomoda, porque puede parecer clasista o implicar juicios de valor.
- Es más sencillo centrarse en consejos de comunicación, autoestima o límites, aunque no expliquen del todo por qué algunas relaciones, pese a trabajar en todo ello, siguen sin funcionar.
El psicoanalista propone abrir este debate sin miedo: la inteligencia, lejos de ser un tema tabú, debería considerarse un factor emocional más, tan relevante como los valores o las expectativas vitales.
Una pareja feliz tras alquilar una nueva vivienda
Un recordatorio incómodo, pero, según Tejedor, profundamente útil para quienes buscan relaciones conscientes, maduras y duraderas.
