El sesgo de negatividad es la tendencia humana a prestar más atención, recordar más intensamente y reaccionar con mayor fuerza ante los estímulos negativos que ante los positivos. Las redes sociales y los medios de comunicación, conscientes de este patrón, lo aprovechan para captar clics y mantenernos enganchados. Así, la negatividad se amplifica, creando una percepción desproporcionada del riesgo y el mal.
La psicóloga clínica Mireia Martín explica por qué nos afectan mucho más las críticas negativas que los halagos: “Este sesgo está profundamente arraigado en la evolución humana. Nuestros antepasados debían prestar especial atención a las amenazas para sobrevivir. Recordar los peligros era más importante que identificar fuentes de alimento fácil”, empieza diciendo.

La depresión afecta a más mujeres que hombres
¿Por qué lo malo pesa más que lo bueno?
Una herencia evolutiva. El sesgo de negatividad tiene raíces profundas en nuestra evolución. Detectar peligros era clave para la supervivencia. Nuestro cerebro aprendió a priorizar lo negativo para reaccionar más rápido. Aunque hoy el peligro rara vez viene en forma de león, seguimos atentos a las “amenazas” modernas.
El poder de lo negativo en la memoria. Estudios en neurociencia confirman que los eventos negativos se procesan de forma más intensa y duradera. Se activan más regiones cerebrales —como la amígdala— cuando experimentamos emociones negativas, lo que fortalece su impacto y recuerdo.

Una mujer sintiendo dolor
Consecuencias en la percepción social. Este sesgo no solo moldea cómo vemos el mundo, sino también cómo lo sentimos. La sobreexposición a noticias negativas puede generar ansiedad, desesperanza e incluso una visión distorsionada de la realidad, donde el progreso y las soluciones quedan invisibilizados.
¿Es posible contrarrestarlo? La conciencia es el primer paso. Diversos medios están apostando por el llamado periodismo constructivo o de soluciones, que sin ignorar los problemas, también destaca iniciativas que buscan resolverlos. Educar al público en pensamiento crítico y diversificar las fuentes de información también ayuda a equilibrar la balanza.

Con la depresión crecen los pensamientos negativos
¿Cómo superar el sesgo de negatividad?
- Practica la gratitud.
- Fomenta la atención plena y el mindfulness.
- Disfruta de los pequeños momentos.
- Reformula lo negativo.
- Rodeáte de vínculos positivos.