El pan no solo es compatible con una dieta equilibrada: es un aliado nutricional de primer orden. La base de su valor está en la materia prima y en el proceso. El pan industrial, ultraprocesado y elaborado con harinas refinadas y aditivos, poco tiene que ver con el pan de verdad. En cambio, el pan integral de masa madre parte de harinas sin refinar, ricas en fibras, vitaminas y minerales, y se somete a un proceso de fermentación natural que mejora tanto su sabor como sus beneficios para la salud.
La Dra. Karen Alarcón es una médica gastroenteróloga y nutricionista reconocida por su labor de divulgación en redes sociales. En uno de sus últimos vídeos ha hablado de los beneficios de congelar el pan antes de consumirlo.
El pan de barra congelado no nos quedará nada bien si lo ponemos en el microondas.
Diez veces más saludable
Beneficios. La experta afirma que congelar el pan y calentar cada rebanada lo hace hasta diez veces más saludable: “Si tú congelas el pan y luego sacas una rebanada para calentarla, ya sea en el sartén o en el tostador, gran parte del carbohidrato del pan va a convertirse en fibra prebiótica, que no solo beneficia tu microbiota, sino que también va a regular tu glucosa en sangre”, empieza diciendo.
Pan congelado
Menos molestias. Otro de los beneficios de congelar el pan y calentarlo después incide en nuestro bienestar: “Recuerda que el almidón por efecto del calor se digiere mejor, así que seguramente tendrás menos molestias de distensión abdominal y gases”, afirma.
¿Cómo congelar el pan? El proceso es sencillo: cortar el pan en rebanadas, guardarlo en bolsas herméticas y congelarlo. A la hora de consumirlo, basta con tostarlo directamente o dejarlo descongelar a temperatura ambiente. El sabor y la textura se mantienen, especialmente si se trata de panes artesanales o integrales de masa madre.

