En España, el café es un ritual diario para millones de personas. Ya sea para empezar la mañana o aguantar una tarde de trabajo, la taza de café se asocia casi de forma automática con un “chute” de energía. Sin embargo, según explica la divulgadora científica Sandra Ortonobes —más conocida como La Hiperactina— esa sensación es en realidad un truco del cerebro.
A través de un vídeo en TikTok que rápidamente se ha hecho viral, Ortonobes desmonta el mito de que el café proporciona energía real. “El café no te da energía, solo engaña al cerebro”, afirma con claridad. Y la explicación detrás de esta afirmación tiene base bioquímica.
La ciencia detrás del engaño
Cuando pasamos muchas horas despiertos, el cerebro empieza a generar una molécula llamada adenosina, responsable de hacernos sentir cansados. Es, en palabras de Ortonobes, “la forma que tiene tu cuerpo de decir: oye, a la cama”. La acumulación de adenosina es, por tanto, una señal natural del organismo para descansar.

Captura de vídeo
Pero entonces entra en escena la cafeína. Esta sustancia tiene una estructura muy parecida a la de la adenosina, lo que le permite ocupar sus receptores en el cerebro. El resultado: el cuerpo ya no detecta correctamente el cansancio. “Te sientes despierto aunque estés fundido por dentro”, resume la biomédica.

Café por la mañana
¿Café o siesta? Ortonobes, que se ha consolidado como una de las grandes voces de la divulgación científica en redes sociales, plantea una reflexión sencilla pero poderosa: si el café no aporta energía real y solo enmascara el agotamiento, ¿no sería mejor descansar de verdad?

La siesta cortas es muy beneficiosa para mente y cuerpo
“¿Eres más de team café o de team siesta?”, pregunta al final del vídeo, abriendo un debate que va mucho más allá del gusto por la cafeína. Porque mientras muchos confían en el espresso para rendir más, lo cierto es que el descanso auténtico sigue siendo insustituible.
La Hiperactina, ciencia clara y cercana
Sandra Ortonobes lleva años utilizando plataformas como TikTok, YouTube o Instagram para traducir temas complejos de biomedicina al lenguaje cotidiano. Desde cómo actúan las vacunas hasta por qué lloramos al cortar cebolla, su estilo directo y visual ha acercado la ciencia a miles de jóvenes y adultos.